“A la gente le importamos un pepino. Ni las ratas nos quieren consolar. Nadie llena nuestro estómago vacío, aunque siempre estamos roncas de llorar. Navidad no existe aquí. ¿Navidad? ¡Jamás la vi!”
El fragmento pertenece a la mítica “Esta vida es criminal”, del musical de Annie. La huerfanita pelirroja que tuvo una suerte que ya quisiera la rusa-disneysiana Anastacia para sí. La otra noche me pasé dos horas escuchando la canción en la que las niñitas destrozan la vajilla del orfanato, rompen las almohadas y terminan por montar el show final en sus camas. Pero, evidentemente, no voy a hablar de lo brillante que siempre me ha parecido la película Annie (hablo de la versión de 1982) ni del tema arriba citado.
La canción, aunque muy divertida y sarcástica, dejaba patente una realidad sobre la que pocos se atreven a hablar, y muchos menos son los que confesarían haber vivido. Y eso me ha hecho reflexionar. ¿Tan horrible es ser huérfano? ¿Tan maléfico es uno que no tiene padres? Es comprensible que si algo no se desea nunca es la falta de los padres, aunque no nos pongan tele en el cuarto, pero no entiendo ese afán por ocultarlo por parte de unos y esa utilización de la orfandad por parte de otros como algo negativo, malvado.
La canción, aunque muy divertida y sarcástica, dejaba patente una realidad sobre la que pocos se atreven a hablar, y muchos menos son los que confesarían haber vivido. Y eso me ha hecho reflexionar. ¿Tan horrible es ser huérfano? ¿Tan maléfico es uno que no tiene padres? Es comprensible que si algo no se desea nunca es la falta de los padres, aunque no nos pongan tele en el cuarto, pero no entiendo ese afán por ocultarlo por parte de unos y esa utilización de la orfandad por parte de otros como algo negativo, malvado.
El huérfano es aquel que no tiene padres. O padre, o madre, o los dos. Y, según la RAE, el huérfano es aquel al que le falta “especialmente el padre”. No entraré en el conflicto machista que me plantea esta apostilla de los académicos, aunque me ha sorprendido absolutamente. En sí, pues, los huérfanos no tienen nada especial sino una desgracia venida encima. Además, sólo se consideran huérfanos a los menores de edad. Los hay que tienen suerte y viven con sus abuelos, con sus tíos… Pero los hay que no han tenido ni eso. Los hay que no conocen nada de sus orígenes, de sus raíces.
Los primeros, los que conservan miembros de su familia, todavía tienen sus posibilidades. Éstos solo conviven con la desgracia de toparse con algún imbécil que les recuerde la ausencia de sus padres o de tener un encuentro con Curri Valenzuela y que ésta les recrimine que no tienen padre porque su madre era muy socialista o los utilice como pisapapeles por ser hijos bastardos. Pero siempre tendrán alguien ahí que les recuerde que esa señora no es ni periodista.
¿Qué hay de los huérfanos que viven en pequeños orfanatos mucho más duros que el de Annie? Ellos, cuando les llegue la hora de salir del lugar, tendrán que enfrentarse absolutamente solos a un mundo cruel que les haga comentarios incómodos, incluso hirientes, o que se jacte de ellos. Porque todavía ocurre. Y cuando lleguen a sus casas sólo encuentren aire para abrazarse como un hombro en el que llorar. Tan duro como suena.
Hoy, en este artículo breve, me gustaría odiar a todos los padres y a todas las madres que se deshacen de sus hijos en conventos, en contenedores. A todos los seres que han abandonado a sus hijos pero luego han formado familias numerosas. A todos los que salen en El Diario de Patricia lamentándose de haber perdido a sus hijos por un gramo más de coca. A todos los padres y madres maltratadores. A los que asesinan a sus hijos y luego se suicidan. A todas las marujas que siguen hablando de “hijos ilegítimos” como un cáncer que haya que callar. A las guarras televisivas que buscan un padre famoso para que les dé un sueldo de por vida pero luego y vía sentencia judicial, repudian el apellido paterno.
Odio también a todos los que se atreven a ponerse en contra de la adopción de mujeres y hombres solteros. De parejas homosexuales. De cualquier núcleo que no sea “la típica familia”. A Frollo, por tratar tan sumamente mal a Quasimodo. Hoy Odio a todas esas circunstancias que apartan a los hijos de sus madres. De las madres de verdad. Biológicas o no, pero que se preocupan del cuidado de las criaturas.
Porque madre no hay más que una y todos –hasta Curri- nos merecemos tenerla al lado durante todo nuestro camino.
Y que no se olviden los de siempre que el primer hijo bastardo fue el propio Jesucristo. ¡Que me nieguen a mí que la Virgen cometió adulterio! ¡Y con el Santísimo! Por todos ellos. Por Annie. Por Anastacia. Por Quasimodo. Por los que no salen en la tele. Por todos los que tienen que enfrentarse a prejuicios y malas miradas por el mero hecho de no tener un apellido que deletrear.
Que canten los niños, que alcen la voz.
Que canten aquellos que no cantarán porque han apagado su voz.
Roberto S. Caudet
Vaya. Yo soy huérfano...
ResponderEliminar¿Hasta que edad se es considerado huérfano?
Odio a los pelirrojos.
Según la RAE -yo me mantengo al margen- el huérfano es hasta que supera la mayoría de edad.
ResponderEliminarY pobres pelirrojos, qué te habrán hecho. Con lo mona que es Annie y lo gracioso que es Ron Wisley...
jaj vaya con el dramatismo de tu post y os liais con los pelirrojos, eh!. Cari, está muy bien todo lo que dices aunque yo no sigo a esa señora, por llamarle algo. Lo que si dices que todos merecemos una madre que nos acompañe toda nuestra vida, y eso no es temporalmente posible.
ResponderEliminarDe todas maneras, como siempre habra casos así, lo que debería la sociedad es que los que no tienen la suerte de vivir entre padres (sean del sexo que sean) lo sufran lo menos posible, y no en esos hospicios, muy litararios pero poco esperanzadores, como el de Anne.
Bezos.
Para esto si te puedo hablar de primera mano, aunque nunca he utilizado la palabra huérfano ya que he tenido a mi madre conmigo siempre. La falta de un padre puede ser en muchas ocasiones una carga muy pesada para un niño. Yo por mi parte, intentaba obviar esas conversaciones, nunca hablaba del tema y cuando había que hacer en el colegio un regalo para el día del padre, yo lo hacía sin decir nada, y después en casa lo tiraba, ya que no quería hacer sufrir a mi madre.
ResponderEliminarLa orfandad se lleva según la persona a la que la toque vivirla, ya que la vida es vista y sobrellevada por las personas de formas muy diferentes. Hay a quienes nos ha pesado mucho, hay a quienes no. La vida es muy diferente en según que persona.
Un beso cielo
Para esto si te puedo hablar de primera mano, aunque nunca he utilizado la palabra huérfano ya que he tenido a mi madre conmigo siempre. La falta de un padre puede ser en muchas ocasiones una carga muy pesada para un niño. Yo por mi parte, intentaba obviar esas conversaciones, nunca hablaba del tema y cuando había que hacer en el colegio un regalo para el día del padre, yo lo hacía sin decir nada, y después en casa lo tiraba, ya que no quería hacer sufrir a mi madre.
ResponderEliminarLa orfandad se lleva según la persona a la que la toque vivirla, ya que la vida es vista y sobrellevada por las personas de formas muy diferentes. Hay a quienes nos ha pesado mucho, hay a quienes no. La vida es muy diferente en según que persona.
Un beso cielo
Me ha gustado tu opinión Roob. Un abrazo!
ResponderEliminarCAri, respecto a tu comentario en mi blog sobre los carnetes, te explico:
ResponderEliminarEl carnete Plateado, el Chabacano y el Moreno se dan a todo el que lo pide, solo hay que solicitarlo y SUSCRIBIR el correspondiente MANIFIESTO. El "Sello Plateado de la Semana" se lo doy a un blog que me parezca que lo merece por su calidad y/o originalidad. El carnet de seguidor a todo el que me lo pida y me diga el número de seguidor que es, si no se lo doy a los que consiguen un número de seguidor curioso o redondo, como fue ahora el 500.
Y luego tengo el carnet de "¡Jopeta, ya soy poeta!" que le doy a los poetas de DIALECTICA POETICA EROTICA FESTIVICA que me hagan un poema guarri y pornografico para ese blog, jajaaj
Así que antes de despreciarlo, informáte, pero te perdono pq llevas poco tiempo por mi blog, cari. Que yo aparte de los carnete que doy generosamente y gratis, tengo el más codiciado y que no logra cualquiera, el de BLOG PLATEADO DE LA SEMANA, qué lo sepas, jaaja , Bezos.
Ay, no, no! Thiago, no te confundas... Que no escribiese en tu blog no implica que no lo conociera.
ResponderEliminarDe igual modo, creo que no he sabido ser muy sarcástico, pero no he despreciado los carnetes, me ha hecho gracia que -igual que me hizo gracia que le dieras uno a Israel por ser el 500- le des el carnet a alguien públicamente en plan: wo wo, cuando creo que los que deberían de escribir un post agradeciéndote el carnet son ellos en sus respectivos blogs y, cuando entré, no había una entrada especial sino la imagen y texto correspondiente. De ahí que hiciera broma.
En cualquier caso me alegra enormemente que me perdones por ser novato, así puedo seguir jugando al despiste.
Y, evidentemente, pienso optar algún día a tener el Blog Plateado de la Semana que tan merecido tengo desde que escribí el primer artículo xD
me encantó este post que he leio ya un par de veces pero que nunca terminñe de comentar...
ResponderEliminarporque no quiero parar a reflexionar y darme cuenta que soy tan acomodado y tan "malo" que no me atrevo en serio a pedir a a coger o adoptar un niño (y si podría hacerlo y permitirmelo en este momento)...
mientras me lo sigo pensando ... que sepas que en cuando pongan Annie tienes visita obligada a Madrid para que vayamos a verla ¿no?
Besos_bastardos_pero no huerfanos :)
Por supuesto, pendiente estoy ya de que me digas una fecha y empiece a mirar Alaris de esos que me gustan tanto hasta que por fin la señorita -que no está casada- Rita Barberà se digne a ponerme el AVE.
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