miércoles, 30 de junio de 2010

El día en que quiero ser nazi


La semana va de aniversarios, y hoy es el día en que se cumplen cinco del día en que España dio el “Sí, quiero” a la propuesta del matrimonio entre personas del mismo sexo. Por ello, desde hoy mismo y hasta este domingo, Madrid celebra su Semana del Orgullo Gay. Les empiezas dando un día y te cogen la semana entera. Cómo son los mariquitas madrileños, ¿eh?

A muchos les parecerá una auténtica aberración leer esto de parte de un miembro del “Colectivo” pero tienen que entender que ni dentro de una minoría, porque se supone que los gays somos una minoría, también pueda haber discrepancias. Analicemos la situación.

El Día –porque empezó siendo uno- del Orgullo Gay era el momento elegido para la manifestación de la lucha por los derechos y libertades iguales para la ciudadanía heterosexual y la homosexual. Lo cual me parece muy lícito y muy coherente. Países en los que los gays no pueden donar sangre (Andorra, sin ir más lejos) dejan mucho que desear. En otros, la homosexualidad es un delito. En unos cuantos una enfermedad. Y en pocos, por suerte, se buscan y matan a todos los gayers por degenerados mentales.

Entiendo, pues, un día en el que reivindicar la eterna lucha. Pero que no se crean los gays que son los únicos desprotegidos en el mundo. Las mujeres cobran en nuestro país alrededor de un 13% menos que los hombres por un mismo trabajo realizado. Tienen la mitad de cargos de poder. Y los inmigrantes también cobran alrededor del 18% menos. No, ¡quieto todo el mundo! Dejad las carrozas y la purpurina. No quiero más carnavales fuera de tiempo. La actual fiesta gay es demodé y debería ser censurable. Si hay un día en el que me gustaría ser nazi, ése es hoy.

Nunca llegaré a comprender qué toman, qué fuman o qué se inyectan todos esos entes que “desfilan” en el Día del Orgullo Gay. En primer lugar, ¿por qué “desfilan”? ¿Y las carrozas? ¿Los gays, además de poco hombres, son vagos? No lo entiendo. Es bueno que los dueños de las carrozas hagan otros negocios además de la Cabalgata de Reyes, pero… no lo considero necesario.

En segundo lugar, el vestuario. ¿Es realmente necesario disfrazarse para manifestarse? Y eso los que se visten. Porque la mayoría de los gays que “se lucen” en las manifestaciones suelen ir sin camiseta. O sin pantalones. O sin ropa interior, directamente. A veces van hasta sin pelo. Ays. Es realmente cutre ver a un montón de chulos piscina que aprovechan el verano para lucir palmito –algunos van sin complejos, todo sea dicho-. ¿Irían igualmente semidesnudos si el Orgullo fuera en enero?

En tercero, las maneras. La forma de manifestarse me parece la más ilógica. Pero a ella se le suma el hecho de que todos vayan ondeando banderas con los siete colores del arco iris y se comporten como Norma Duval en sus primeros espectáculos. Son vulgares vedettes (que no pedetes) alzando sus plumas, moviéndose como prostitutas en celo pasadas de afrodisíacos. Y reafirmándose en unos amaneramientos del todo innecesarios. A todo este paripé se le suman un montón de besos gratis, un poco de sobeteo –o mucho, depende la franja de años- y varias toneladas de prejuicios hechos realidad.

Si lo que los homosexuales buscan es la igualdad, que empiecen ellos a demostrarla. Nada de carrozas. A pie. Nada de boas, ni de purpurina, ni de colores, ni de orgías gratuitas. No se puede reivindicar que son tan hombres como el resto pero andar vistiendo con tacones del 46, minifaldas color rosa fucsia y carmín en los labios. Predicar con el ejemplo les vendría muy bien a muchos de ellos que no luchan, se exhiben. Que no protestan, se suman a la festividad que honora al sexo por el sexo. Lo que se escenifica el Día del Orgullo denigra al colectivo homosexual. Tira por tierra todos los valores que intentamos vender los demás. Multiplica las injusticias y los comentarios denigrantes.

Ni siquiera los tres pregoneros de este año en Madrid son homosexuales: Inmanol Arias, Ana Milán y Karmele Marchante. ¿Quién ha contratado a esos tres? ¿Por qué motivo? Ellos no viven las injusticias, no lo sienten en sus propias carnes, ¿qué van a decir al respecto? Puros comentarios banales y gratuitos que sabría decirlos la planta que tengo medio muerta al lado del ordenador. Si lo que se quiere es venderse bien, que busquen a homosexuales para hacer el pregón. Y que sean personas cultas, ilustres, luchadoras. Que me traigan a Miss Tsunami es patético. Como lo es que los cantantes que van luego a la fiesta sean todos refritos de Operación Triunfo: Natalia –la cual aprovecha el momento para sacar el videoclip de su último disco-, Venus, Labuat…

Y, por cierto, el PSOE ha declarado esta misma mañana que “el PP no está invitado al Orgullo Gay”. ¿También hay propaganda electoral aquí? Cualquier momento es bueno para venderse, desde luego. Las etiquetas que se empeñaban en destruir a estas horas de la tarde se están mostrando una a una en Chueca, el barrio gay de Madrid. Porque señores, hasta hay un barrio-sectario donde viven todos. Qué bonito. Como los pitufos.

La homofobia se combate en el día a día. Consiguiendo el mismo puesto de trabajo. Mostrando el amor con tu pareja por la calle. Haciendo cambiar de pensamiento a los retrógrados. Luchando en los parlamentos. En las urnas electorales. Mostrándose tal y como se es. Sin locuras. Sin sobreactuaciones. El día en que se tenga que votar, votaré. Si hay que firmar, firmaré. Si hay que matar, pagaré un sicario. Pero que no cuenten conmigo para ese circo. Yo no formo parte de ese colectivo que nos venden estos días. Hoy no soy homosexual. No de esa clase.

Roberto S Caudet

lunes, 28 de junio de 2010

Las excentricidades de Michael Jackson pesaron más que su carrera


El miércoles pasado se cumplía el primer aniversario del fallecimiento de Michael Jackson y los medios de comunicación de todo el globo se hicieron eco del “acontecimiento”. Tenía un artículo preparado para la ocasión pero al final opté por otro tema más social. Así que me ocuparé del señor Jackson hoy. Con permiso de sus fans, a los que recomiendo no seguir leyendo.

La carrera artística de Michael Joseph Jackson es absolutamente intachable, no cabe duda. Más de diez discos en el mercado, apariciones varias en películas (a destacar El Mago de Öz en su versión negra –esta última palabra me encanta-), giras de más de dos años, varias docenas de premios internacionales, varios centenares de discos de oro, platino, brillante y hasta con satélites pululando alrededor y una estrella en el Paseo de la Fama de Hollywood conseguida con menos de 30 años. Intachable, repito.

Seguramente todos recordaréis canciones míticas como Thriller, Beat it… No culpes a la nocheee. No culpes a la playaaa. No culpes a la lluviaaaa. Será que no me amas. Pues no, Michael, no te amo. Y jamás he entendido como nadie puede hacerlo. Analicemos la situación más detenidamente...
Michael Jackson físicamente. La opinión pública tachará el comentario de superficial pero me gustaría saber con cuántas personas que físicamente no os atraen en absoluto habéis mantenido relaciones sexuales. ¿Ninguna? ¿Menos? Gracias. Es cierto que el cantante fue atractivo en algún momento de su vida, pero con el paso del tiempo y de las numerosas –decenas, docenas, centenares, miles de millones- operaciones, el señorito Jackson degeneró en una mezcla patética y deforme de plástico seco y duro con pequeñas dosis de dermis.

No concibo una parte de su cuerpo que no estuviera destrozada. Deteriorada. Venida a muy menos. Si alguien quisiera dibujar una caricatura del cantante, seguramente haría un dibujo con tiza blanca y pondría un triángulo perfecto como la punta de su nariz. Raya al medio de un pelo grasiento y sin vida y una mirada entre patética y desgarradora. Todo bajo un paraguas y rodeado de cientos de escoltas. Y todo blanco. Muy blanco. Tan blanco como los anuncios de Ariel. Seguramente a la primera persona a la que se le apareció la señorita de Neutrex fue a Michael Jackson. Tal fue la obesión con el futuro blanco anacarado que el cantante se sometió a toda una serie de procedimientos –nunca operaciones, según el propio Michael- para aclararse la piel.

Y es que cuánto más blanco, más feliz era mi odiado de hoy. Lo cual se me antoja como surrealista. ¿Por qué entonces el pueblo negro lo quería tanto? ¿No se dan cuenta del rechazo a toda la raza? Vamos, que el único que se salvaba de la matanza de Hitler de todos ellos era él, Michael. No llego a saber si hay alguna parte de su cuerpo que no estuviera operada. Sí, una sí sé. Su pene. Perdón.

Precisamente gracias a este miembro del cuerpo de Jackson pasamos al punto dos: Michael Jackson psíquicamente. El artista, por definirlo de alguna manera, fue acusado hasta su muerte de haber violado a numerosos menores. Él mismo confirmaba que se acostaba con niños para “protegerlos”. Miedo me da saber qué habría hecho si le hubieran dicho que estaban en peligro de extinción. Estaría mal que no escribiese también que uno de los niños que demandó al cantante confesó a un canal estadounidense que lo había hecho bajo las órdenes de sus padres y por dinero. Aplausos. Si no sucedió tal acto sexual, ¿cómo pudo identificar el órgano sexual de Jackson? ¿Cómo sabía de la peca negrita que tenía el blanquito en su penecito? ¿Y cuando era negro, la peca era blanca?

Ese es otro asunto del que me ocuparé en otro momento, si eso. Estaréis todos de acuerdo que uno pudo haber “mentido”. ¿Y el resto? ¿Todos por dinero? Pues qué raro que Ivonne Reyes no dijese que el hijo era también de Michael y no de Pepe Navarro. No me satisface… En cualquier caso, también recordaremos las terribles imágenes en las que Jackson amenazaba –jugaba, fingía, escenificaba- con tirar a uno de sus hijos por el balcón de un hotel. Y la cantidad de veces que ha ocultado el rostro de las criaturitas con pesados burkas. También los quería proteger de los periodistas. Para que no se convirtieran en elementos fácilmente identificables. Por eso los disfraza. Muy coherente.

Una tras otra, las excentricidades de Jackson se fueron acumulando y pesaban más que su carrera. Una balanza que caía hacia el lado negativo y que sólo ha variado tras la muerte del cantante. Su familia, primero víctima y ahora enfrentada por el dinero, comparecían ante los medios de todo el mundo previos cheques millonarios. Sus objetos eran subastados. Su funeral, televisado -¡Y cantado!-. Sin vida íntima. Sin un ápice de historia privada. Todo fue público en la vida de Michael Jackson, que un buen día estalló.

Su vida no fue más fuerte que los negocios que crecían a sus espaldas. Y que se multiplicaron tras su muerte. No hablo de conspiración, pero recapacitad vosotros mismos. Jackson era una persona enferma. Visiblemente enferma. Una marioneta para su representante. Una fuente de ingresos para su alrededor. Un blanco fácil –perdón- para los medios. Él mismo tan sólo era una pequeña llama de cerilla de su propia vida. Y una vez cumplida su función, la llama se apagó. Hace ya un año. Descanse en paz. Dejadle hacerlo.

 
Roberto S Caudet

viernes, 25 de junio de 2010

Román quería ser un negrito de verdad. Y se lo han prohibido


Lo reconozco. Estoy viendo Supervivientes desde que empezó. No es un programa que me apasiona especialmente, pero me entretiene lo suficiente. Reconozco, y lo sabéis, que soy un fan absoluto de los realities shows desde su comienzo en España con Gran Hermano 1. Desde entonces los he visto casi todos –de Telecinco, todos- y además he formado auténticas plataformas (recordad la que lié para salvar a Roser en Popstars, la que monté por Soraya en el primer O(T)elecinquero y las últimas críticas de las Galas de GH y OT por Tuenti). Pues bien, el Odio vuelve por el verano y lo hace hablando del programa más isleño que existe en el panorama actual. Con permiso de la recién fallecida Lost, por supuesto.

Soy consciente de que estaríais esperando algún Odio referente a las dos efemérides que hoy sacuden el país –o tres, si incluimos el Mundial- pero ya hablaré de ellas a lo largo de la semana que viene. Que se preparen los fans de Michael Jakcson, y los detractores de la pena de muerte. Al lío, que me pierdo con tanta autopromoción.

Como venía diciendo, hoy quisiera hacer una crítica "diferente" a Supervivientes en Nicaragua. Anoche, durante la Gala, conocimos que Román, el bombero de Vizcaya –¡el tremendo bombero de Vizcaya!- iba a ser expulsado del programa por razones médicas. El programa utilizó eufemismos varios para no decir que el favorito de los anónimos estaba más en el otro barrio que en el nuestro. La pena es que no estuviera en la otra acera, pero ése es otro asunto.

Román había adelgazado 15 quilos en 7 semanas. Cual anoréxica de serie de adolescentes. Además, y por la insistencia del concursante de querer pescar, recolectar fruta, ayudar a tapar el fuego de las lluvias, superarse cada vez más en las pruebas de líder, no comer tanto como sus compañeros, y un sinfín de heroicidades varias, el pobre, se vio superado por las circunstancias. Hasta aquí, la gente con un poco de sentido común –los cuatro con sentido común que vemos el programa, digo- pensamos “pues que se dedique a descansar y le den dos pastillitas…”. De hecho, el propio Jesús Vázquez, conductor del programa, confirmó que los resultados de las pruebas médicas aconsejaban descanso, pero no eran excesivamente preocupantes. Pues no. El programa decidió expulsarle. El público, algunos invitados, la madre del afectado y el propio afectado insistían en que podía seguir allí peleando por ganar el concurso.


Todo un ejemplo de coraje, de valentíaNo, lo siento pero no. ¿Estamos todos locos? Los médicos le han dicho que se relaje una y otra vez y él ha seguido demostrando lo bombero que es. Lo fuerte que es. Hasta que su cuerpo ha dicho basta. ¿Por qué no reconocerlo? ¿Por qué no cesar? ¿Por qué no aceptar una derrota física? Supongo que el demostrar lo hombre que es uno y el premio final pueden con el raciocinio. Algo de lo que el concurso va escasito. Escassi-to. Muajajá.

Si miramos con una lupa maligna, Supervivientes es un auténtico reality terrible. Inhumano. Superficial y artificial. Denigra los valores humanos y vuelve tonta a la audiencia. Una aproximada docena de personitas de un país desarrollado son llevados, por voluntad propia, a una isla remota del Atlántico. Allí tendrán que pasar una cantidad determinada de meses luchando contra los demás. Con escasez casi absoluta de alimentos. De higiene. De agua potable y sin poder refugiarse –digamos, con dignidad- de la lluvia, el viento y los mosquitos que les pican sin cesar. ¿Estamos jugando a ser negritos africanos? ¡Yo me pido Angola! Lo cierto es que si se piensa, el espectáculo que nos venden es lamentable.

Pero no pasa nada, ayer pudimos comprobar que si una de esas personitas no se encuentra en condiciones, la repatrían a España para que se alimente como debe. ¿Cómo debe? ¡Qué locura! Ellos que pueden, claro, toman el avión y a casita. ¿Qué les pasa a esos millones de africanos –porque esto es África- que no pueden ir a ningún otro sitio cuando no tienen qué comer? ¿Quién los expulsa de la isla cruel cuando no pueden aguantar más? ¿Quién les hace una prueba de recompensa si se quedan sin harina?

Hoy, analizando la situación de Román, me di cuenta de lo ilógico que era todo. El vasco quería seguir allí. Román quería ser un negrito de verdad. Y se lo han prohibido. Pues qué bien, supongo. La reflexión me ha llevado a un estado patético en el que no distingo lo real del concurso. Lo moral de lo surrealista. Qué horror. Me siento indigno por formar parte de este show televisivo. Hoy, me odio a mí mismo. Y a todos los que vemos el programa sin entender su fundamento.

Nada más que decir. Feliz fin de semana. Que gane España esta tarde.
¡Feliz Día del Odio!

Roberto S Caudet

martes, 1 de junio de 2010

Premios Roob - ESC 2010


Hoy sí que sí me despido de este ciclo eurovisivo, no sin antes comentar rápidamente que se han hecho públicos los “votos” de los australianos, en caso de que éstos hubieran participado en Eurovisión este año y, ciertamente, me gustan mucho más que los que se dieron el sábado. Lo que no voy a hacer –ni hoy ni próximamente- es comentar la polémica entre Coral Segovia, Soraya Arnelas y la “señora Orellana” por frases de unas y otras entre el Facebook y la propia RTVE. Sería irme mucho de madre.

Así pues y por primera vez en Eurovisión (sobre OT lo he hecho algunas veces en mis crónicas de Tuenti y Fotolog) voy a publicar mi lista de premios conmigo mismo como única persona del jurado –muajajá- en vista del bochorno de posiciones en las que han quedado los países que a mí me parecían genialísimos a más no poder. Por favor, ya sé que es casi verano, pero poneos vuestras mejores galas que hoy hago unos semi-Óscar. Gracias.


Premio ROOB al MEJOR VESTUARIO:
5º puesto para Filipa Azevedo, por “Há dias assim” (Portugal).
4º puesto para Didrik Solli-Tangen, por “My heart is yours” (Noruega).
3º puesto para Harel Skaat, por “Millim” (Israel).
2º puesto para Sofia Nizharadze, por “Shine” (Georgia).
Ganadoras: Feminnem, por “Lako je sve” (Croacia).


Premio Roob a la MEJOR COREOGRAFÍA:
5º puesto para Croacia, por “Lako je sve”.
4º puesto para Serbia, por “Ovo je balkan”.
3º puesto para Georgia, por “Shine”.
2º puesto para Grecia, por “OPA!”.
Ganadora: Francia, por “Allez, olla, olé”.


Premio Roob a la MEJOR PUESTA EN ESCENA:
5º puesto para Grecia, por “OPA!”.
4º puesto para Armenia, por “Apricot stone”.
3º puesto para Turquía, por “We could be the same”.
2º puesto para Francia, por “Allez, olla, olé”.
Ganadora: Georgia, por “Shine”.


Premio Roob al MEJOR “ME SACO PARTIDO”:
5º puesto para Reino Unido, por “That sounds good to me”
4º puesto para Grecia, por “OPA!”
3º puesto para Armenia, por “Apricot Stone”.
2º puesto para Francia, por “Allez, olla, olé”.
Ganadora: Turquía, por “We Could be the same”.


Premio Roob a la MEJOR INTERPRETACIÓN:
5º puesto para Thea Garret por “My dream” (Malta).
4º puesto para Niamh Kavanagh por “It’s for you!” (Irlanda).
3º puesto para Tom Dice, por “Me and my guitar” (Bélgica).
2º puesto para Sofia Nizharadze, por “Shine” (Georgia).
Ganador: Harel Skaat, por “Millim” (Israel).


Premio Roob al MEJOR ESPECTÁCULO:
5º puesto para Croacia, por “Lako je sve”.
4º puesto para Turquía, por “We could be the same”.
3º puesto para Finlandia, por “Työlki Ellää”.
2º puesto para Grecia, por “OPA!”
Ganadora: Francia, por “Allez, olla, olé”


Premio Roob al MEJOR DIRECTO:
5º puesto para Hera Björk, por “Je ne sais quoi” (Islandia).
4º puesto para Alyosha, por “Sweet people” (Ucrania).
3º puesto para Paula Seling por “Playing with fire” (Rumanía).
2º puesto para Thea Garret por “My dream” (Malta).
Ganador: Sofia Nizharadze, por “Shine” (Georgia).


Premio Roob a la MEJOR LETRA:
5º puesto para “Drip drop” (Azerbaiyán).
4º puesto para “Je ne sais quoi” (Islandia).
3º puesto para “It’s all about you” (Albania).
2º puesto para “Millim” (Israel).
Ganadora: “Apricot stone” (Georgia).


Premio Roob a la MEJOR CANCIÓN:
5º puesto para “OPA!” (Grecia).
4º puesto para “Drip drop” (Azerbaiyán).
3º puesto para “My dream” (Malta).
2º puesto para “Je ne sais quoi” (Islandia).
Ganadora: “Millim” (Israel).


Premio Roob al mejor DÚO O GRUPO:
5º puesto para Chanée & N’evergreen (Dinamarca).
4º puesto para Paula Seling & Ovi (Rumanía).
3º puesto para Feminnem (Croacia).
2º puesto para Giorgos Alkaios & Friends (Grecia).
Ganadoras: Kuunkuiskaajat (Finlandia).


Premio Roob al mejor SOLISTA MASCULINO:
5º puesto para Jessy Matador (Francia).
4º puesto para Milan Stankovic (Serbia).
3º puesto para Tom Dice (Bélgica).
2º puesto para Didrik Solli-Tangen (Noruega).
Ganador: Harel Skaat (Israel).


Premio Roob a la MEJOR SOLISTA FEMENINA:
5º puesto para Juliana Pasha (Albania).
4º puesto para Alyosha (Ucrania).
3º puesto para Thea Garret (Malta).
2º puesto para Sofia Nizharadze (Georgia).
Ganadora: Hera Björk (Islandia).

Espero que no estéis de acuerdo en absoluto y que la entrada vuelva a ser récord como la anterior, en visitas y en comentarios. ¡MUCHAS GRACIAS! Realmente no me esperaba tanta expectación por leer la que ha sido la entrada más larga del blog (5 páginas a Word, porque primero yo lo escribo todo en Word… muajaja). Gracias. Y ahora sí que sí… ¡FELIZ PRÓXIMO DÍA DEL ODIO!

Roberto S Caudet