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lunes, 16 de enero de 2012

Los cromosomas de Fraga


 Españoles, Manuel Fraga ha muerto. Lo lógico ahora sería que me pasara unos seis o siete párrafos alabando sus glorias y victorias. Pero ése no es mi estilo. Y seguro que él tampoco querría que yo lo recordase de ese modo. Absteneos de seguir leyendo todos los que penséis que vais a contemplar una oda a la figura de este político gallego. Porque como diría mi siempre Odiado Jandrito Sanz: “te lo agradezco, pero no”.

El único aspecto positivo de la carrera política de Fraga, se remonta a 1966, cuando creó la Ley de Prensa e Imprenta que suprimía la censura previa del régimen franquista del que él era ministro de Información y Turismo. Algunos ahora dirán que esta Ley provocó un pequeño enfrentamiento entre Fraga y Franco. Otros dirán que Fraga era un adelantado para su época. Yo lo que opino es que si esa Ley no la hubiera hecho Manuel Fraga, la hubiera aprobado otro. España era el lugar de vacaciones para muchísimos turistas que disfrutaban de la España cañí. Turistas que venían de países democráticos en los que se hablaba de España con total franqueza (término que utilizo sin pretender sonar sarcástico). Nuestro país ya participaba incluso en Eurovisión.

Esta apertura de una puerta gatera con la Ley de Prensa no supuso la creación de nuevos canales de televisión. Ni tampoco la desaparición del No-Do. Qué va. Fue, simplemente, un lavado de cara que muchos ahora verán como el mejor momento de su carrera. Para nada. No voy a ponerme la bandera de progresista –ni mucho menos-, porque en época de Franco, muy probablemente yo habría sido un Fraga más. O te unías al régimen, o estabas contra el régimen. Y lo más habitual es que en contra del régimen terminaras en la cárcel, exiliado o muerto. Es lo que tienen las dictaduras.

Pero que fuera ministro en tiempos de Franco no implica que luego siguiera recordando y aplaudiendo su figura. Es cierto que Fraga fue “uno de los padres de la Constitución” de 1978. Me gustaría saber, exactamente, qué artículos redactó y aprobó Fraga de esta Constitución. Pero lo cierto es que varios miembros de su partido votaron en contra a la hora de aprobarla en el Congreso. Manuel Fraga siguió aferrado a la ideología franquista que sirvió para fundar Alianza Popular primero, y el Partido Popular después. Míticas serán sus frases del estilo: “pienso morirme sin utilizar un condón” o “los homosexuales se forman porque los cromosomas se equivocan”. “Algo les pasa para ser así”, continuaba su lindeza.

Lo que no sabremos nunca es si los cromosomas de Manuel Fraga se equivocaron llevándole a las aguas de la playa de Palomares, en Almería. ¿Quién no recuerda ese baño fantástico de Fraga para comprobar que las aguas no estaban contaminadas? El gallego puso de moda los bañadores por encima del ombligo, como podemos contemplar en esta fantástica imagen de, precisamente, 1966, cuando la Ley de Prensa. Se dice de Fraga que ha publicado 80 libros a lo largo de su vida. Me pregunto yo si el negro de Ana Rosa Quintana no será también amiguito de Fraga…

Desde ayer, Manuel Fraga descansa en paz. Y la democracia lo hace un poquito más a gusto. No lo hará, seguramente, la Justicia. Ni tampoco los familiares y amigos de las víctimas del franquismo, que contemplarán durante toda la semana (como poco) homenajes a esta figura preconstitucional que nunca será juzgada ni fue apartada de la política, sino aplaudida y vanagloriada como una auténtica Juana de Arco. Los dos comparten el hablar con Dios. Y ahora él –imagino- los tiene en su gloria.

Hasta el día de hoy, Manuel Fraga era una de las personas más Odiadas en este blog. Un total de nueve artículos lo citaban de manera directa o indirecta. Sólo Zapatero, Belén Esteban y Mercedes Milá lo logran superar. Pero, desde hoy, ya se acabaron los chistes fáciles con(tra) su persona. Pero el Odio no se acaba. Vosotros y yo nos vemos el miércoles con otro Odio político y el viernes con un… Bueno, ya os lo imagináis.

¡FELIZ DÍA DEL ODIO A TODOS!

Roberto S. Caudet

miércoles, 20 de julio de 2011

Un corrupto menos


Francisco Camps, el presidente de la Comunitat Valenciana, ha dimitido de su cargo. Entre sus palabras, el miembro del Partido Popular, imputado por un delito de cohecho, ha señalado que se va “con la conciencia muy limpia” y que su dimisión está directamente relacionada con que “Rajoy gane las próximas elecciones y sea el presidente del Gobierno de España”. Asimismo, Camps ha querido destacar que “no van a encontrar nada porque él no ha hecho nada”. Y tengo que decir que le voy a dar la razón.

¿Pero vosotros creéis que desde que empezó este juicio, un presidente de una Comunidad Autónoma, con todos sus contactos, fieles, seguidores y demás, no es capaz de eliminar todas las pruebas que lo inculpen? Ahora, ya libre de presiones, va y dimite. Total, ya no “le van a encontrar nada”. He visto, durante mis 22 años de vida, varias muestras de soberbia. La última, bastante grande, no hace mucho. Pero esta escenita ofrecida por el señor Camps, “Paco” para los amigos, la supera con creces.

Lleva meses censurando cualquier tipo de noticia o reportaje sobre sus imputaciones y las de otros miembros del PP en la cadena autonómica que él mismo dirige de manera indirecta, Canal 9. Lleva todos esos meses echando balones fuera en todos los medios de comunicación que se atreven a preguntarle al respecto. Ha realizado alguna que otra rueda de prensa en la que ha prohibido las preguntas. Ha basado su política en una serie de inauguraciones eternas que hacía visible desde Canal 9, como ya hiciera Francisco Franco con el No-Do. Hizo dimitir a su casi mano derecha, el siempre sexy Ricardo Costa, para seguir en su cargo contra vientos y mareas. Se ha jactado hasta la saciedad de repetir que los socialistas también tienen varias tramas con políticos imputados. Ha convertido en la portavoz de su partido a la ex directora de Canal 9. Y se ha presentado nuevamente a las elecciones autonómicas valencianas, de las cuales salió satisfactoriamente reforzado.

Y ahora, que ya parecía que nada ni nadie lo puede parar, dimite. Y lo hace por no aceptar que es culpable, según varias fuentes periodísticas consultadas. Lo hace en una nueva muestra de vanidad indecente, de paradoja política y moral, en un contexto lamentable cuya última secuencia era la de Rita Barberá, alcaldesa de Valencia, diciendo que “Camps estaba sufriendo por el acoso al que estaba siendo sometido. Y Camps se va, por ese acoso, imaginamos, y dice que lo hace como un favor a España. Yo, sólo quiero añadir una cosa:


¡MÁS VALE TARDE QUE NUNCA, UN CORRUPTO MENOS!
¡FELIZ DÍA DEL ODIO A TODOS!

Roberto S. Caudet

lunes, 22 de noviembre de 2010

Quiero la Cruz en el Valle de los Caídos


La Federación Estatal de Foros por la Memoria han pedido la ‘voladura controlada’ de la Gran Cruz del Valle de los Caídos, que se desmantele su basílica y que se exhumen los restos enterrados de Francisco Franco y José Antonio Primo de Rivera”.

(Diario HOY.es, 18 de noviembre de 2010)

¡Atención que vienen curvas! Hoy os propongo un artículo con unas pinceladas ideológicas a las que no os tengo acostumbrados. Rojos, abstenerse, que diría Losantos. Ya anuncio que lo siento mucho –no, en realidad no-, pero soy de ese escueto 25% que ha votado que “no” a la encuesta del diario Público sobre la demolición de la Cruz. Sí, ya sé que resulta paradójico con todo lo que he dicho anteriormente, pero no es un rebote. Lo digo totalmente en serio. Quiero que esa cruz de 150 metros de altura, construida en tiempos franquistas, permanezca donde está hasta ahora. Y que luzca brillante.

Lo que más me ha llamado la atención de la solicitud de la Federación Estatal de Foros por la Memoria –no sabía que existiese tal cosa- ha sido que pidan una voladura “controlada”. Cómo si alguien fuera a hacerlo de manera desenfrenada. Ahí, a lo loco. Pongo dinamita delante y detrás, un poco a modo de espumillón del árbol de Navidad, y listo. Que explote sin más. Catapumpimpum-chas-chas-ñuuuuuuum. Fuuuuu. Y con fuuuuu entiéndase el humo de polvo que va luego. Superado el trance del momento, me vuelvo a centrar en por qué se pide que alguien tire abajo la cruz.

El motivo principal, parece ser, que es el único símbolo franquista que permanece en pie en la actualidad. Claro está que esos Foros no se han pasado por Valencia, pues, de lo contrario, habrían observado la figura de Franco a caballo en Capitanía Militar, en la Plaza de Tetuán. No es tan imponente como la cruz –si es que Franco todavía logra imponer algo- pero ahí sigue tranquilamente. Y, ¿sabéis lo peor de todo? No me molesta en absoluto que siga ahí. ¿Por qué los hay que se empeñan en destrozar todo lo que huela a Francisco Franco? (si cambiáis Franco por España y “los hay” por catalanes, soy un auténtico titular de ABC) Puedo decir, y digo, que no me incomodaría vivir en una calle que se llamara “del Caudillo”… que tampoco dista mucho de mi apellido. Tampoco me sentiría violento por tener una estatua del Generalísimo enfrente de mis ventanas. ¿Y por qué?

Decidme a santo de qué celebramos las Fallas, el Día de Todos los Santos. Por qué seguimos reuniéndonos en Navidad, Nochebuena… en el Día de Reyes. Por qué descansamos los domingos y por qué decimos “Jesús” cuando escuchamos a alguien estornudar. Todo viene de la Iglesia, exacto. Y los ateos seguimos viviendo con esas costumbres, creamos o no en Dios. No me negaréis que la Iglesia Católica no ha asesinado a muchas más personas que Franco durante toda su historia. Y la finalidad era la misma: que todos pensaran según los cánones establecidos por un atajo de mentecatos. Igualmente, los franceses siguen haciendo la mayoría de sus manifestaciones y actos públicos alrededor del Arco del Triunfo. Una enorme puerta que conmemora las ciudades que eran invadidas –de una manera no especialmente pacífica- por Napoleón. ¿Y qué me decís del Cristo de Brasil? Pero a nadie le molesta.

¿Por qué les agobia tanto, entonces, lo que viene de Franco? Pues porque en España se ha vivido con tanta represión durante tantos años, que ahora no saben disfrutar de la Democracia. Se creen los más modernos y progresistas pero se empeñan en negar la historia y en olvidar lo ocurrido. En destruir símbolos. En borrar edificios. En quemar la memoria que tanto representan. Ni qué decir tiene que para llevar como máxima la tolerancia, primero hay que practicarla. Todo para el pueblo, pero sin el pueblo, decían. Se han convertido en eso que dicen odiar tanto. Son los cazadores cazados. Son igual de necios y soberbios que los otros. Tanto se quejan pero actúan de la misma manera. También hay que saber ganar las batallas.

Quisiera saber si, en el caso de que la Cruz fuera un homenaje a la República, también pedirían demolerla. Imagino que al Rey no le hará mucha gracia verla ahí, claro. Todos sabemos que en tal caso, a lo sumo, se quejarían los mismos que protestan contra derechos y libertades por el hecho de serlo. Pero que quieran censurar y destruir los que van de progresistas, ya no me parece tan lícito. Ni tan normal, vaya.

El Patrimonio es Patrimonio y ha de permanecer por los siglos. Amén. Oh, señor, cómo me está quedando el artículo… Del mismo modo que se protegen los edificios antiguos que a nadie le interesan, las fachadas románicas absolutamente descatalogadas y fuera de series, las mezquitas y ermitas en lo alto de las montañas y un gran largo etcétera, pido desde aquí que se mantenga la Cruz del Valle de los Caídos. Y, por supuesto, el Valle de los Caídos. Seamos sensatos por una vez. No es antidemocrático nada de lo que hay ahí. Ni tampoco los monjes. Vale, quizá ellos sí. No lo es que den misa. Ni que se reúnan allí un montón de fascistas, nos parezcan más o menos majos.

Hoy quiero colgarme la medallita del respeto del que tanto hablan todos. Quiero coger la copa de la tolerancia, de la coherencia y la sensatez. Quiero, insisto, que o todos o ninguno. Quiero la Cruz donde está, que además, como conjunto arquitectónico me gusta bastante. Y la quiero limpia y rehabilitada lo antes posible. Y quiero mi cubalibre. Ups.

Nos vemos el miércoles. Álex, hoy sí puedes hacer mitin. La ocasión lo merece. A todos los demás:

¡FELIZ DÍA DEL ODIO!

Roberto S. Caudet