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domingo, 31 de octubre de 2010

I Aniversario (3º Parte)


¡Último Día del Amor! La semana especial por el I Aniversario del Odio acaba con las últimas iniciales del Rosco del Amor (de la Q de Queso a la Z de Zapdos). Antes de comenzar, quisiera aclarar que, obviamente, hay muchas más cosas que me gustan especialmente y que las he dejado a un lado, porque, ¿quién no os dice que el Amor vuelva al blog? Me alegra absolutamente la acogida que han tenido las entradas, que si bien no han sido muy comentadas, ya han subido a los puestos más altos en las visitas del blog, que además ha incrementado de manera inusual el número de personajitos que queréis Odio en vuestras vidas. Bien hacéis.

Es la primera vez –este artículo, digo- que he de publicar un Odio (en este caso, Amor) cuando la entrada anterior todavía no ha recibido un solo comentario. Qué lamentable. Gran Hermano 12 está perdiendo repercusión hasta en mis crónicas. Lo voy asumiendo. Lo voy asumiendo… Sin más, os dejo, tras el éxtasis de un 5-0 en casita, con las últimas palabras amorosas del blog. ¿Preparados? ¡TIEMPO!

Queso. Como decía en la CH de Champiñón, el queso es un alimento que me pierde. Probablemente el que más lo haga. En otra vida fui un ratón, no me cabe duda. Adoro el queso en todas sus modalidades, en todos los platos posibles y de cualquier manera cocinado… Y otros dos pequeños secretitos confesables: me encanta añadirle queso en lonchas a la sopa (para hacerla crema) y me como el queso azul a cucharadas. Sin más y a deshoras. Esto mi madre no lo sabe, creo. Muajajá.

Roser. La cantante catalana salida del desaparecidísimo Popstars, es una de mis cantantes favoritas. Ella tiene la culpa real de este blog, y algún día se lo agradeceré. Gracias a ella he conocido a personas magníficas que llevo en mi corazón, y además con sus canciones –petardísimas, por supuesto- me he desahogado más de una vez. Que la violencia no es buena… Roser tuvo su momento estrellita en el artículo “Por muchas lunas llenas” y además y como digo, es la culpable del título del blog y del titular del primer artículo, “Ataca La Bestia”. Ahora lo entendéis todo mejor, ¿verdad? Algún día contaré la verdad del Odio y de su sentido…

Sawyer. Y, por supuesto, en este último tomo también tendría que haber algún Hércules. De hecho, hay otro más por abajo… pero no leáis antes de tiempo. Sawyer es, sin duda, el mejor personaje de la serie –también desaparecidísima- Perdidos. Aunque nos quisieran vender la moto de que el médico (el estúpido médico) era el protagonista, el papel de Sawyer y su evolución siempre dentro de la Isla ha sido mítico. Nunca un personaje dio tanto juego, tanto odio y amor a partes iguales. Josh Holloway se mereció un Óscar o cuatro por cada una de las temporadas. Como diría Nuria, “Sawyer es amor”.

Titanic. El Odio también tiene su lado romántico, y la historia de Titanic lo hace resurgir de las profundidades. Nunca mejor dicho. Hasta la tragedia del 11-S, nunca un acontecimiento me dio tanta lástima como el hundimiento del Titanic, y eso que ni lo viví. La historia siempre me ha impactado y sobrecogido muchísimo, y la película, aunque esté protagonizada por el pésimo Leonardo diCaprio, bien merecidos tiene los 11 Óscar. Es, simplemente, OH. Por supuesto, me he pateado varias veces las exposiciones que han hecho (la última, que recuerde, en la Ciudad de las Artes y de las Ciencias en Valencia, con objetos reales y partes del barco reconstruidas). Qué grande.

Uruguay. Si es que este Rosco tiene guiños para todos. El que se queje es por vicio, y punto. Todo lo que sé de Uruguay es por interés propio salido del amor –amor real, platónico, sexual, idealizado…- que siento por Diego Forlán. Ese futbolista rubito y fibrado que para todo el mundo menos para mí (y para la guarra de su novia), es más feo que pegarle a un padre con un zapato del Fary manchado de silicona frita de los pechos de Ana Obregón. Pues a mí me encanta. Hasta el punto de comprarme –me la regalaron- su biografía, sí. Desde aquí le mando un saludo cordial (y todo lo que surja) por si me lee. Y otro para Lu. Muá.

Vegetariano. Casi tres años y medio de “régimen” vegetariano voluntario me han dado para mucho. No es lo que tengo, es lo que soy… Y lo que como. Qué ricas están las verduras. Qué cruel me parece matar un animal por que sí. Y qué cavernícolas me parecen todos los que se pueden poner la piel de un animal para vestirse. Jamás entenderé esas matanzas de focas, ni las capturas de ballenas, ni la caza del zorro ibérico, o el que sea… Qué horror. Desde este Odio os animo a todos a que dejéis la ternera y os paséis a las espinacas. Muajajá. No conquistas nada, con una ensalada

Witch. Tranquilos, que no voy a hablar de esa serie de dibujos animados cuyos guiones mejor se utilizarían si los pusieran de rollo de papel higiénico en una cárcel de Kuwait. A mí lo que me gustan son las brujas, pero como todas las letras estaban ocupadas… Pues acabé traduciéndolo al inglés. Perdonadme que sea así de moderno. Como decía, me encantan las brujas y sus series (Embrujadas, Sabrina, cosas de brujas…) y, por supuesto, soy de esos supersticiosos que tienen su habitación con velas estratégicamente colocadas y hasta harían conjuros en fechas señaladas si hiciera falta. Si ahora pongo un muajajá, me vais a tomar por loco del todo

SaXofón. Mis instrumentos preferidos siempre han sido los de cuerda (violín, arpa, cello…). Pero el saxofón es todo un instrumentazo y todo un guiño para poder hablar de otra serie mítica y de su protagonista más genial: Lisa Simpson. Lisa es, sin duda, el personaje con el que más me pueda identificar, y no por su inteligencia, que también (juas). Desde entonces, alguna vez me pierdo por los videos de Youtube que tienen, como único instrumento, el saxofón. Qué brutalidad. Qué personalidad. Qué música.

Yo mato. Dicho así, suena fatal. Yo mato es el título de la novela de misterio más brillante del mundo mundial. Escrita por Giorgio Faletti, relata los crímenes de un asesino en serie que vive en Montecarlo. Es absolutamente perfecta desde la primera frase hasta la última. No sé si habrán hecho película al respecto (tampoco me interesa) pero, sin duda, os recomiendo que os paseéis por la novela en algún momento de vuestras vidas. La historia es desgarradora y muy sorprendente. Y, por cierto, también tuvo su guiño en el blog (como todo lo que me gusta, vaya…), ya que una de las frases más representativas del asesino “Para aliviar mis penas, yo mato” fue título reformado para un artículo: “Para aliviar mis penas, yo ODIO”.

Zapdos. A algunos les sonará a chino, a otros a ruso, y en realidad es el nombre de un Pokémon. Sin más. La última letra sólo podía describir otro momento freak de este Odiador (creo que es la primera vez que me llamo así). Y es que la pasión por los Pokémon me vino a los 11 años, por culpa de mis dos mejores amigos de la infancia, y desde entonces no he parado –en realidad sí, pero poco tiempo y muy forzado- de jugar. Esto también es un dato revelador para algunos de mis amigos. Muajajá. Desde entonces, Odio salir a la calle y que otros entrenadores me reten a batallas. Otro guiño más.

Como decía, este artículo cierra el ciclo Amor por el I Aniversario del Blog. Gracias a todos los que seguís leyéndome. A los que empezáis a hacerlo. A los que lo habéis hecho sólo una vez. A los que me habéis detestado por odiar cosas que os gustan. A los que os sentís identificados con muchos artículos. A los que compartís la mayoría de mis Odios. A los que os reís con las comparaciones. A los que me corregís cuando me equivoco. A los que no entendéis mi humor. A Guillermo López. A Roser Murillo. A Eduardo Herrero… A todos. Gracias. Nos vemos el año que viene. Uy, perdón. Ha sido la emoción… Nos vemos el miércoles. Vosotros y yo. Y dos niñas de trece años. El último guiño, lo prometo. Hasta entonces:

¡FELIZ DÍA DEL NO ODIO A TODOS!

Roberto S. Caudet

miércoles, 27 de octubre de 2010

I Aniversario (2º Parte)



¡Segunda parte del aniversario de Todas las cosas que Odio! Como sabéis, el Odio se convierte en Amor y el rosco de Pasapalabra sigue avanzando hasta la letra P, que como ya os adelanté, es la inicial del apellido Potter. Hoy, se suman a la lista una canción, una novela, un escritor y varios personajes Disney. ¿Preparados? ¡TIEMPO!

Israel. El país que tenía que haber ganado Eurovisión este año pasado (de la mano de Harel Skaat y su canción titulada palabras” [“millim”]), es un país que siempre me ha atraído por la variedad de culturas que tiene, la grandísima historia que lleva detrás y que, con tantas guerras y barreras absurdas, no se deja conocer fácilmente. Un lugar para amar y odiar a partes iguales, unas tierras que siempre me han llamado la atención y que parecen míticas, mágicas, inalcanzables. Y también es un nombre de chico. Ya sabéis, como reza la maravillosa Dentro del laberinto: “El lugar donde todo parece posible, y nada es lo que parece”. Guiño, guiño.

Jonathan. ¿Hace falta que diga algo más? Sobran las palabras cuando se habla del amor, pasado, presente y por venir, y cuando se hablan de sentimientos verdaderos, sensaciones encontradas y muchos, pero que muchos recuerdos y vivencias que dibujan en la cara una “sonrisota”, que diría mi queridísima Lau, imborrable para los restos.

Ken Follet. Este escritor nacido en Cardiff (Gales) es universalmente conocido por su novela “Los pilares de la tierra”, recién emitida en Cuatro (y en el resto del mundo) con un éxito arrollador. La segunda parte del libro, “Un mundo sin fin” es todavía más brillante si cabe. Aunque describe y narra al estilo de los cineastas franceses –leeento, muy leeento-, lo cierto es que dota a todos sus personajes de un halo especial que inspiran amor, ternura, desafíos y malicia (parezco Rocío Jurado). Aunque para mí, sin duda, su mejor obra es “En el blanco”, una novela muy thriller al estilo de la serie de Telecinco “Motivos personales”, aunque el libro saliera antes, en la que las industrias farmacéuticas y los malvados más malotes se pelean hasta la muerte. Literalmente.

Lady Marmalade. Aunque no es mi canción favorita (Tell him, de Barbra Streisand y Céline Dion; y Can’t take my eyes off of you, BSO de Diez razones para odiarte), lo cierto es que Lady Marmalade podría decirse que resume bastante bien algunos años de mi vida. Porque uno ha tenido sus momentos de Lolita y, ¿para qué voy a gastar mi dinero cuando puedo gastar el tuyo? Fui a París con la única intención de visitar Notre Dame, subir a la Torre Eiffel… y perderme por el Moulin Rouge. Por supuesto, el desengaño me lo llevé en cuanto me topé con un edificio de dos plantas y un molino que parecía sacado de un catálogo de Ikea. Sin embargo, la canción es mítica, la película es la mejor de la historia y Nicole Kidman… Es simplemente OH. Me encanta.

Megara y Musas. Y hablando de películas… a estas alturas ya sabréis que mi peli favorita de Disney es Hércules. Salvando sus errores históricos y mitológicos, el film es absolutamente impresionante. Me encanta la historia de Meg entre el amor, el desamor y la vuelta al amor. Y es imposible olvidar a las cinco Musas que tan bien ponen la banda sonora. Ni qué decir que me aprendí todas las canciones en cuanto me compré la cinta cassette –qué tiempos- y que la veo, al menos, dos veces al año. Podría interpretar a cualquiera de los personajes. Me conozco todas las frases.

Negritos, Diez. Para los que no conozcáis a Agatha Christie, el título es, como poco, muy raro. “Diez negritos” es el nombre de una de sus novelas de misterio, la que para mí, sin duda, es la mejor de todas. La historia gira alrededor de diez personajes –que no son negros- que quedan encerrados en una isla sin posibilidad de salir (¿Perdidos?) y cómo van muriendo uno a uno, según una canción infantil llamada “diez negritos”… Perfecto. Os lo recomiendo absolutamente.

EÑe. Sin más. La propia letra Ñ siempre me ha hecho mucha gracia. Es nuestra letra, qué narices. ¿Qué coño? Muajajá. No hay país en el mundo que la tenga tal cual ni que sepan pronunciarla igual que nosotros. Ni toros, ni jamón ni nada. Nuestra seña de identidad es la letra Ñ. Magnífica. Debería ser obligatorio tener una Ñ muy grande tatuada en el culo si se es presidente del Gobierno. Jojo.

Odio. ¿Alguien dudaba que la O sería la inicial de Odio? Nunca una palabra me dio tanto juego, tanta diversión y… y tanto sacrificio. A ver si os pensáis que es muy fácil publicar constantemente cosas que no te gustan y a sabiendas de que vas a recibir críticas y más críticas. Y hasta algún mensaje amenazador, como ocurrió en una de mis entradas –hasta hace bien poco- más comentadas. Actualmente, ya se suman casi 23.000 visitas y 43 suscriptores. Las entradas más comentadas son las de Eurovisión, la entrada de Disney y la del 11-S. Y las más visitadas, la de Disney y la de Michael Jackson. Gracias, en serio, gracias a todos por quererme tanto y por odiarme todos. Gracias.

Potter, Harry. Y termino hoy con la P de Potter. De Harry Potter. Si hay un personaje novelesco –o peliculero- que me enamore y que me haya apasionado tanto, ése es el mago más desgraciado de la historia. Recuerdo que cuando empezó a ser famoso en España, yo sentencié un “jamás me han gustado las cosas que se convierten en éxito tan rápido”. Un año más tarde, ya había leído los cuatro primeros libros y tenía los dvd’s originales con las ediciones dos discos, extras y demás… Si es que he sido muy friqui de muchas cosas. No sé por qué sigo teniendo amigos. Muajajá. Otro secretito os diré: tardé año y medio en ser capaz de leer la última novela de la saga. Me resultaba imposible acabar de leer las que serían las últimas páginas de Harry Potter. Y además el final no me pudo resultar más ridículo. Qué manera de decir “no quiero escribir más, lo siento”. Qué manera de romper la magia, vaya. Cómo lloré con las muertes y más muertes… Por cierto, mi personaje favorito de la saga es la profesora Minerva McGonagall. Creo que me hubieran metido en la escuela de Ravenclaw. Y me habría encantado ser profesor de oclumancia. Y ya, ya no me destapo más.

Y hasta aquí. El viernes, como sabéis, se romperá el amor –o quizá no- con el especial GH 12; y el domingo daré paso al final del “rosco” con el resto del abecedario, desde la Q de Queso, hasta la Z de Zapdos. ¡Feliz Día del No Odio a todos!

Roberto S. Caudet

lunes, 25 de octubre de 2010

I Aniversario (1º Parte)


Nunca me he planteado cómo celebraría mi primer aniversario en el mundo de los bloggers, pero claro, tampoco hubiera pensado nunca cuando empecé con este queridísimo Blog del Odio que llegaría a detestar cosas y más cosas durante todo un año. Y realmente no lo he hecho. Al principio organicé una encuesta del odio en la que vosotros decidíais qué era lo que había que odiar, luego hice un especial “Todas las cosas que Quiero”, por Navidad; y este 2010 ya cuenta con otros dos grupos de artículos diferentes: “Todas las cosas qu(E)urovisión” y las crónicas de Gran Hermano 12, todavía en marcha. Es decir, que en realidad, de las casi 90 entradas que he hecho estos 365 días, sólo he odiado en 50 o menos. Si en el fondo soy un santo…

Pensé en escribir una carta de agradecimiento a todos los que me visitáis en cada escrito, a todos los que comentáis los Odios por largos que sean, a los diferentes bloggers que me han ido dando premios durante mi primer año “de vida on-line”. Pero me parecía excesivamente típico y muy ñoño. Y no soy ninguna de las dos cosas. Muajajá. Así que me planteé el explicaros la realidad del por qué de este blog y su título, su temática… pero ya lo haré en otro momento. No es bueno descubrir los secretos tan pronto. Que luego te quedas sin serie, y te toca sacar de la manga un humo negro que se trague habitantes de tu isla.

Finalmente, me he decidido por volver a “Todas las cosas que Amo” en versión express. Y es que durante esta semana de celebración del aniversario, iré contando cosas que me gustan realmente, porque no solamente odio, aunque podría. Y más ahora, con mi queridísima Pajín de ministra de Sanidad. Pero como sólo son siete días de Amor, he decidido escribir mucho pero poco sobre las cosas que me gustan y desnudarme con ellas una vez más. Qué hot me ha quedado, parezco Britney Spears.

Pero en el fondo es cierto, con cada artículo, con cada expresión y con cada reflexión uno se desnuda, se abre a los demás, se define, se da a conocer. Así que, a modo de rosco de Pasapalabra, como podéis ver en la imagen que abre el artículo, empezaré hoy con la A y acabaré con la H. Atentos a los dobles sentidos y a los mensajes escondidos. Ya sabéis que me gusta ser muy claro y también todo lo contrario ¿Empezamos? ¡TIEMPO!

Adrianos. Todos los padres tienen predilección por uno de sus hijos aunque no lo confiesen, y como la mami de la criaturita que es este blog (lo parí yo, así que soy la mami a efectos) siempre he sentido preferencias hacia este blogger de orígenes griegos, canarios y venezolanos, si no recuerdo mal. Adrianos fue mi primer suscriptor no-conocido y también el único de los que habita actualmente este Odio que me ha escrito siempre. Lo hará antes o después y con más o menos reparos, pero lo hace. Por escribir, me escribió hasta la primera entrada, hace ya un año. Y también es el primer blogger al que conocí en persona. ¿Se puede pedir algo más? Como digo yo siempre, que tengamos un hijo. Entreguémonos al amor hasta que lo consigamos… muajajá.

Barcelona. Con la B no podía faltar una de las ciudades más mágicas que conozco. La ciudad condal es multicultural, es modernidad y tradición, es cosmopolita, es diversión, frescura, inteligencia y… es la ciudad de mi equipo de fútbol favorito. Blaaaau grana al veeeeeent!!!. Me encanta Barcelona. Me encanta el catalán. Y me gustan los catalanes. Como ya dije en su momento, “soy fan de Cataluña”.

Cantar. ¿Qué sería de mí sin la música? Pues lo mismo pero más aburrido. Los que me conocen saben que me paso el día escuchando música, cantando y bailando cualquier cosa. Que soy de esos que creen que la ducha es un estudio de grabación y toman el ascensor como si se subiesen al escenario de su último concierto. Cantaré bien o mal, pero canto todo el día, para desgracia –o no- de mis vecinos, amigos y familia. ¡Qué buena es la vida desde que descubrí la música…!

CHampiñón. La CH no es una consonante, soy consciente de ello, pero me vino a la mente, mientras hacía el seguimiento, y necesité expresarlo. ¿Qué comida hay que me guste más que unos champiñones? Puede que las patatas, el chocolate y el tomate. Son cuatro alimentos por los que ma-to (jojo). Me encanta meterle champiñones a todo. Jamás como una pizza en la que no los haya y… suelo comérmelos crudos mientras los cocino. ¡Top secret!, que dirían en la Super Pop.

David Roberto José Beckham. Más conocido como Beckham a secas. Muchos vais a huir al leer su nombre, pero lo cierto es que David Beckham fue, es y será por mucho tiempo, el hombre más sexy del planeta. No hay hombre que me guste más, vaya. Tauro como yo, su descubrimiento marcó un antes y un después en mi vida. Los que se pelean –que los hay- por ser mis futuros maridos, que sepan que él es mi prototipo de hombre. Me encanta su carita, su cuerpo, su forma de vestir, su acento inglés… y a su mujer la tiraba al contenedor de la basura, por supuesto. No creo que sirva ni para que la reciclen.

Eurovisión. No podía faltar aquí el concurso de música por excelencia. Eurovisión es mi punto débil, no cabe duda. Si en algo se puede decir que soy un auténtico freak es en el certamen europeo de música. Cada año me aprendo casi la mitad de las canciones de memoria (sus letras) y soy capaz de recitar países, canciones, cantantes y posiciones desde hace varios años. Lo vivo como si no hubiera nada más y hasta he comprado los cedés y deuvedés que salen el lunes siguiente del concurso. ¿Un sueño confesable? Me encantaría presentar Eurovisión algún año. Porque lo de actuar lo veo más difícil…

Francia. Con la F viene el país democrático por excelencia, aunque en algunos aspectos sigan muy atrasados. Francia tiene un idioma precioso, una literatura brillante, unos edificios espectaculares y una gente muy rancia, eso sí. Muajajá. Soy un enamorado de todo lo galo, salvo de sus hombres, que siempre he encontrado muy feos –a excepción del jugador de fútbol, Nicolas Anelka-. Por suerte hablo bastante bien el francés y puedo entenderme cuando he ido allí, porque en algunos momentos de mi vida me he instalado literalmente en sus tierras. Ojala viviera en París…

Gran Hermano. El reality por excelencia es mi otro punto freak del día. He visto absolutamente todas las ediciones, las VIP, las no VIP… Compraba las revistas y los CD’s cuando salían y votaba en masa cuando estaban nominados mis odiados. Como sabéis, ahora los viernes se cubren con el especial GH 12 y siempre he querido concursar para vivir la experiencia. Aunque luego me arrepentiría toda mi vida. Quizá por eso me he presentado tres veces y todavía no he pisado la casa

Hamilton, Lewis. El abecedario de hoy se completa con la H, que es la inicial del apellido de mi negrito favorito, Lewis Hamilton. Desde que lo vi por primera vez se ha convertido en mi piloto de Fórmula 1 favorito. Es más, jamás me he perdido una carrera desde que corre en la máxima competición. He llegado a no dormir o a dormir tan sólo un par de horas para ver en directo las carreras. Soy fan absoluto de Lewis y de su manera temeraria de conducir. Al fin y al cabo, el que no arriesga, no gana. Viví casi llorando la última carrera que lo hizo el campeón del mundo más joven de la historia, en 2008. Hoy, todavía sigo pensando que puede ganar el mundial 2010. Angelito yo. Angelito él. Ay, cómo me gusta...!

De la I de Israel a la P de Potter, el miércoles. ¡FELIZ DÍA DEL NO ODIO A TODOS!

Roberto S. Caudet