jueves, 19 de diciembre de 2013

#LaVozFinal, Gala Final de La Voz


La gran final de anoche de La Voz ha generado toda la polémica del mundo, ya sea por los resultados del propio programa, por las actuaciones de concursantes y famosos que se presenciaron anoche o por la batalla campal que vivieron David Bisbal y Malú, enfrentados por una broma de mal gusto de la segunda, que en otro momento de la noche destrozó parte del decorado en un arranque de pasión gitana.

One Direction en diferido, Pablo Alborán acosado por Jesús Vázquez, Dani Martín en modo pelota, La Oreja de Van Gogh con un traje que ni Mercedes Milá en Gran Hermano, Efecto Pasillo haciendo piruetas, Luis Fonsi Nieto -según Tania Llasera- haciendo falsas promesas a los concursantes, Jarabe de Palo intentando buscar nuevas rimas para sus canciones y David DeMaría haciendo gala de su simpatía. Un plantel de artistas que parecía que estuviesen celebrando la Nochebuena en Telecinco más que viviendo una final en la que cuatro personas se juegan su futuro musical o, al menos, un primer disco publicado.

Los candidatos fueron desfilando por tandas, cantando solos, a dúo con sus coaches y también con algunos de los artistas invitados. Después de tanto momento de tensión y música de diferentes calidades, llegó la hora de la verdad. Aunque la sabíamos desde el primer momento. Porque Telecinco decidió, en lugar de ofrecernos los porcentajes (que no conocimos en ningún momento) ciegos de las votaciones, decirnos, directamente, quién iba en primer lugar, en segundo, en tercera posición y quién no había recibido ni los votos de su familia.

Fue el caso de Estela Amaya, la voz de Rosario Flores, que terminó cuarta después de un paso por el programa marcado por su llanto fácil y su quejío marcado y personal que tanto sorprendió al principio pero tan poco marcó al final. Simpática, humilde y muy auténtica, siempre ha sido un valor seguro y nos ha dado momentos de auténtica pasión. En tercer lugar quedó Jaume Mas, la voz de Antonio Orozco, el nuevo coach. De estilo muy marcado, con una voz única e inimitable y con tantas ganas de comerse el mundo como de hacernos disfrutar, Jaume fue todo un éxito desde su audición a ciegas, convirtiéndose rápidamente en lo mejor del equipo de Orozco, aunque no le fue suficiente.

El segundo puesto fue para Dina Arriaza, la concursante más bajita y gritona del equipo de David Bisbal. Se dijo de ella que era la Amy Winehouse española y parecía que tenía un futuro prometedor. Luis Fonsi aseguró anoche que si ella ganaba, le escribiría una canción y le haría parte de la producción. Y ahora que no ha ganado... ¿Qué? El propio Bisbal también hizo campaña electoral para ver si lograba un segundo triunfo, pero no fue posible. Y al final lo que consiguió fue un fracaso estrepitoso y un bochorno protagonizado junto a Malú, que minutos después del programa parecía solventado en las redes sociales.


Porque Malú aseguró que a ella "no le hacían falta los clubes de fans" para que su David Barrull ganase -y, en efecto, lo hizo-. Un comentario que, por lo que contó Malú, sentó muy mal a David Bisbal, igual que a la mayoría de los que lo cogimos como una broma muy desafortunada. Malú se disculpó pero Bisbal se sintió aún más ofendido. A la  coach la vimos algo distante y molesta el resto del programa, que terminó con el premio para su voz. Porque David Barrull ha sido todo un ejemplo de buen hacer, de saber estar y de arte innata. Arte español y de raza, además. En cada gala hemos visto su flamenco más personal, sus canciones más íntimas, su sobriedad en el escenario. El chico se lució y al final consiguió ganarlos a todos. Enhorabuena. Ahora esperemos que no tenga la maldición del ganador que sucede en España y logre seguir adelante con su carrera. Suerte. Y gracias. Gracias a todos los que me habéis aguantado por aquí, por Twitter o en mi diario. Sois los mejores, lo sabéis.

¡FELIZ DÍA VOCAL A TODOS!

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@RobertoSCaudet

jueves, 12 de diciembre de 2013

#LaVozSemifinal, Gala 14 de La Voz


Una Semifinal oscura, siniestra, turbia, nada clara y bastante polémica fue lo que vivimos anoche en Telecinco con el programa de La Voz. Los cuatro coaches dejaron bastante que desear, los artistas invitados tampoco estuvieron muy a la altura y, finalmente, sufrimos varios momentos bochornosos de esos que no sólo no deberían repetirse sino que, más bien, deberían aclararse un poco.

El único más transparente del grupo fue Antonio Orozco. Cantó bastante bien junto a sus dos semifinalistas, solventó de manera aceptable su canción como solista y tanto Jaume Mas como Damon Robinson dieron todo de sí mismos, consiguiendo ser mis notas más altas anoche.  También cuando cantaron junto a Pablo López, el cantante invitado para la ocasión, con el que protagonizaron otro brillante trío. Profesionales, soberbios y muy enormes, los dos fueron de lo mejor que pudimos ver anoche. Y, además, Damon demostró un saber perder inmenso. Orozco decidió darle a Jaume su 60% que, sumado al 61% que le otorgó la audiencia, logró pasar a la Final del próximo miércoles. Toda la suerte del mundo al rastafari que se cortó una de sus rastas para celebrarlo. Grandísimo todo.

David Bisbal comenzó la noche, y al pobre almeriense le pasó la novatada. Su dúo de semifinalistas jamás me ha convencido nada, y tanto Darío Benítez como Dina Arriaza me parece que sobran bastante a la altura de este programa. Ninguno estuvo a la altura de su tema (especialmente él, que fue desastroso) y tampoco es que se luciesen mucho con Ricky Martin, cuya belleza y sexualidad es inversamente proporcional a lo bien que canta. Bisbal tampoco logró brillar junto a sus voces y al final fue todo desastroso. Aunque le había marcado más porcentaje a Dina, el grafismo mostró a Darío, que terminó con un mosqueo visible. El resultado real fue un 60% del coach a Dina y otro 75% del público, lo que la catapultó a la Final. Será la segunda que viva el pueblo de Los Palacios, que ya tuvieron su momento de gloria con las Gemelas de Gran Hermano.

Malú protagonizó uno de esos momentos de fumada desfasada que la convierten en la Miley Cyrus española, con permiso de Amaia Montero. Cantó con solvencia junto a sus voces, aunque se equivocó ella misma en la letra de su propia canción. Destrozó varios cuadernos y se enfrentó agresiva a Orozco. Terminó desgarrándose un dedo, con sangre real en plató y en directo. Y, además, tuvo un momento terrible que nadie entendió en el que "ayudó" a Rosario a elegir sus porcentajes. No pudo dar más de sí misma. Pero, tranquilos todos, que ya lo dio su voz Silverio Belmonte: "no me creo los porcentajes que se han mostrado, sé que me ha votado mucha gente", dijo el coplero. Casi nada. El mal perder de algunos es brutal. Imagino que tanta lentejuela de su blazer acabó por no dejarle ver la auténtica realidad. No vale para cantar. Fin. David Barrull tiene ya una legión de fans, y a mí me encanta cada día más, porque su voz es inmensa aunque su estilo no termine de llamarme. Arrasó con el 60% de Malú más otro 84% de la audiencia, consiguiendo un histórico 144%. Por cierto, brutal Pastora Soler cantando con las voces de Malú. Eso sí es profesionalidad y tablas.

Rosario Flores también tuvo lo suyo. Estuvo genial junto a sus dos voces, que luego cantaron con Alejandro Fernández con bastante despropósito. Con lo que vale él y lo poquito que demostraron Idoia Bediaga y Estela Amaya. Las dos se salieron en sus temas como solistas, si bien es cierto que Estela está empezando a ser muy lineal y nada rompedora mientras que Idoia continúa sorprendiendo con las versiones que hace de sus canciones. En el momento en que tenía que repartir porcentajes, Malú le mostró una libreta: "yo sólo hago de mensajera", dijo. ¿De quién? ¿Por qué había un hombre detrás de ambas coaches que, probablemente, era del equipo de Telecinco? Lo más fuerte es que aunque Rosario otorgó su 60% a Idoia, no tenía ningún tipo de posibilidad de salvarse, ya que Estela la ganó en porcentaje. ¿La estaban avisando? ¿Por qué dijo luego Rosario a Estela un "no soy mala persona, eras tú la finalista"? Francamente, lo peor.

No voy a hablar de conspiraciones judeomasónicas. Ni de tongos. Ni de chivatazos e irregularidades. Porque no hace falta ni lo pretendo. Pero, la verdad, la gala de anoche fue lo más indefendible que se ha visto en mucho tiempo en la televisión. Alguien debería controlar todo esto, hay mucho en juego.

¡FELIZ DÍA VOCAL A TODOS!

jueves, 5 de diciembre de 2013

#LaVozDirectos, Gala 13 de La Voz


Segunda noche de directos de La Voz y nuevos problemas de audio, de coordinación y de seguridad en la mayoría de actuaciones del programa, que nuevamente dejó bastante que desear, especialmente por la elección de los nuevos 4 semifinalistas, que sumados a los 4 anteriores, completan la lista definitiva que concursará la semana que viene en esta criba demencial en la que sólo puede quedar uno, y en tiempo récord.

Las voces no fueron los únicos que cantaron, y aparte de todos en grupo con sus coaches (la única que puso algo de vida fue Malú, aunque Rosario estuvo muy armoniosa), también hubo tres actuaciones "estelares". La primera, de la propia Rosario Flores cantando su nuevo éxito, Yo me niego, un temazo del cual ya estoy enamorado del todo. La segunda fue Alejandro Sanz, ese pequeño gran hombre, que demostró que sus letras son cada día peor, y todos los que cantaron con él se vieron obligados a leerla sobre el telepronter. Qué cutrez. Los últimos fueron los actores protagonistas de la nueva serie de Cuatro, que ya lleva como 24 años grabada, y que aún no tiene fecha de estreno.

En cuanto a los concursantes, pues más actuaciones horribles, que están desmereciendo bastante la recta final del concurso. El equipo de Antonio Orozco fue potable: Agustín Tirado, Cristina Rueda y Damon Robinson actuaron en primer lugar. De Agustín sólo puedo decir, cayendo en lo fácil, que efectivamente, hizo honor a su apellido, porque quedó tirado del todo en su pésima versión de Roar. Cristina Rueda fue de lo mejor de la noche con una genialidad de Wrecking Ball, pero no empatizó con el público, y terminó hundida pese a ser una de las grandes favoritas. Damon Robinson conquistó a la mitad del público gracias a su voz y tablas sobre el escenario, aunque, particularmente, su estilo no me convence nada.

El equipo de David Bisbal fue bastante mediocre. Tina Riobo, Álex Escribano y Darío Benítez lucharon por un único puesto. La negra sabrosona se desinfló por completo y no logró lucirse para nada en su actuación. Álex estuvo perfecto, y a mí me pareció la estrella invitada de la noche. Estuvo genial tanto a nivel profesional como vocal, y no se le pudo poner ningún pero. Hasta su estilismo y la escenografía fue de cantante con recorrido histórico. Brutal. Mucho peor me resultó Darío Benítez, que cada día me gusta menos por lo encantado que está de haberse conocido y la prepotencia con la que canta cada verso. Sin embargo, fue él el que pasó, y también gracias al coach, no a los votos del público. Terrible.


Alba Lucía, Janyssha Lyon y David Barrull compitieron en el equipo de Malú. Mi querida Happy Hippo fue superior al resto, cantando con absoluta sobriedad y maestría un tema muy difícil. También lo hizo bien David Barrull, que arrasó con los votos del público, ofreciéndole el resultado final más alto de los que llevamos de programa. El flamenco es todo energía y ganas, y tiene una voz muy buena, aunque su estilo termine saturándome. Janyssha había sido enorme durante todo el concurso, pero es cierto que ha ido perdiendo fuerza, y yo anoche la encontré muy desubicada, fuera de lugar totalmente, incluso incómoda sobre el escenario. Una lástima.

La mejor semifinal fue, sin duda, la de Rosario Flores. Sandra Rodrigo, Idoia Bediaga e Ivet Vidal compitieron en último lugar. Sandra jamás me ha gustado y no sé por qué seguía en el concurso. Al final, terminó fuera, para mi total alegría. Ivet consiguió cierto apoyo del público, pero tampoco los suficientes. A mí me parece demasiado chillona, me resulta desagradable. En cambio, tuve alegría total cuando se clasificó Idoia Bediaga, con un resultado también contundente. Su actuación fue perfecta, con ese estilazo que tiene y esa voz tan peculiar, y versionó con total acierto el You are the one that I want de la BSO de Grease. La adoro.

¡FELIZ DÍA VOCAL A TODOS!

jueves, 28 de noviembre de 2013

#LaVozEnDirecto, Gala 12 de La Voz

Podría definir de muchas maneras la gala que vimos anoche en Telecinco de La Voz, pero sólo se me ocurre hablar de bochorno. Porque no hubo un fallo, ni una mala decisión, ni un gesto un poco feo. Es que no paró de haberlos. Este primer directo del programa ha dejado un mal sabor de boca bastante grande a la mayoría de fans, que vimos como no funcionaba nada: ni el sonido, ni los pinganillos, ni las canciones, ni nada...Un auténtico estropicio para un concurso de 4 horas de directo (hora y media más la publicidad) en la que me faltó más dinamismo y justicia, además de profesionalidad.

Tres de las seis voces de Malú actuaron en primer lugar. Mandy Santos, Silverio Belmonte y Amynata Sow. A priori, ninguno de ellos me seducía como para pensar que quiero que sean finalistas, pero por recorrido me hubiese quedado con Mandy, y por la actuación de anoche, con Amynata. Porque el destrozo de Mandy Santos fue total. Falló en la elección del tema, falló en sus tablas sobre un escenario y falló quejándose tanto de los errores de sonido, yendo de víctima del sistema. Ni la apoyó Malú ni tampoco el público, para mi total sorpresa. Amynata estuvo bien, aunque un poco deslucida. Tenía un temazo para salirse mucho más. Silverio, sencillamente, fue desagradable, como casi siempre. Pero ahí está, apoyado en parte por Malú y sobre todo por el público. Tragedia.

Rosario Flores me atragantó la noche. Brigitte Emaga, Gabriele Serrini y Estela Amaya dieron el do de pecho. La señorita Emaga me parece una gritona de cuidado, aunque su escenografía con ese sillón me gustaba. Estaba claro que no iba a pasar ella. Gabriele Serrini volvió a sorprender para bien, aunque no se le oyese nada en las estrofas graves por culpa del audio. Tuvo cierto apoyo del público y de Rosario, pero no fue suficiente, como se veía venir. Y eso que nos dio Fiebre. Mucha fiebre. Para mí era finalista. Y lo era junto a Estela Amaya, las dos grandes voces de la Flores. Estela es todo pasión y sentimiento, y ayer volvió a hacer gala de ello. Canta sencillo, canta simple, y canta con facilidad. Así que gusta. Ya dijo Rosario que estamos en el concurso español y que hay que premiar a los que así nos lo recuerdan. Nada más que decir. Se ha ganado al público y a su coach. Y sí, me ha ganado a mí también, aunque prefiriese a Gabriele.

Antonio Orozco fue, por primera vez, coherente y bueno. No cantando, porque se oían más a sus voces que a él, pero sí repartiendo votos. Por su escenario desfilaron David Velardo, Jaume Mas y Ainhoa Aguilar. El señor musicales siempre me ha parecido un "sin más". Mediocre a la vez que creído, insulso a la vez que correcto. Ni rompe ni sorprende ni mucho menos me transmite o me incita comprarle un disco. Segundón total. Ainhoa se ha crecido en cada gala, y anoche fue de lo mejor que vimos. Una lástima que no haya podido llegar más allá, también era clara finalista. Pero, para ser justos, si hay una voz, una originalidad, una personalidad y un talento en el equipo de Orozco de ayer ése es Jaume Mas. Nos tiene cautivados del todo. Arrasó en porcentajes y volvió a ser lo más. Me encanta.

El que no me gusta nada es David Bisbal. Y menos lo que hizo anoche. Por primera vez en la historia le he visto hasta inteligente. Pero de los malignos totales. Competían por un puesto Susana Sheiman, Jordi Galán y Dina Arriaza. Estaba claro que Susana iba a irse fuera, porque aunque la mujer es de 10 sobre 10 y no sabe ser imperfecta, el público no tendría empatía con su estilo ni su personalidad ni su nada. Es de las mejores voces que han pasado por aquí, y yo me quito el sombrero cuarenta veces, pero no la veo triunfando. La cosa estaba entre Jordi y Dina, y probablemente muy repartida. A mí Dina me aburre, y Jordi habría terminado haciéndolo, pero como los vemos cantar tan poco, aún no lo había logrado. Bisbal fue astuto y decidió dar la menor puntuación a Jordi y la mayor a Dina, por lo que pudiera pasar. Así lo confesó y así fue. Aunque Jordi fue el que más porcentaje de votos tuvo del público (58%) pero como Dina estuvo más que apoyada por Bisbal, finalmente se salvó ella. Fue el único equipo que metió en la Semifinal al votado por el coach y no por el público. Muy significativo.

¡FELIZ DÍA VOCAL A TODOS!

martes, 26 de noviembre de 2013

#AsaltoFinal, Gala 11 de La Voz


Dieciséis concursantes vivieron anoche en Telecinco sus asaltos finales, y sólo sobrevivieron ocho. La gala fue tensa, con momentos de auténtico pánico y algún bochorno, y también con alguna voz eliminada de manera inesperada y otras que continúan pasando cribas sin que nadie sepa muy bien por qué. En mi caso, sólo acerté 3 de los 8 enfrentamientos, y eso me disgusta bastante, aunque, por otro lado algunas de las batallas fueron bastante igualadas, por lo que me alegré igualmente de que se salvasen las otras personas.

Malú consiguió hacerme fallar sus dos asaltos, y ambos me parecieron bastante injustos. Por un lado enfrentó a Luciano da Silva y Silverio Belmonte. Los dos me resultan auténticos concursantes de relleno, y la verdad es que dudo que ninguno logre ser nada especial, pero es cierto que Luciano tiene más personalidad, estilo y actitud que Silverio, que es sólo una cabra desbocada.  Por otro lado tuvimos la batalla entre Alba Lucía y Norykko, ambas muy notables, la primera cada día más, con más superación; la segunda perfecta, como casi siempre. Norykko abandonó el programa por la puerta grande, haciendo una actuación brutal. Alba Lucía logró superarse, y resultó inmensa. Me alegré igualmente, aunque no fuese mi favorita.

Antonio Orozco fue el único que me acertó con sus dos decisiones. Por un lado se enfrentaron Cristina Rueda y Sandra Morales. Las dos echaron los restos, la primera con un temazo y un rollo desgarrador que sólo ella sabe interpretar. Es superior al resto. La segunda volvió a ser un descontrol acertado, y luchó por su dinero y su puesto en los directos. No pudo ser, para mi tristeza. Ambas me parecían de lo mejor de Orozco. El otro asalto se llevó a cabo entre Jaume Mas y Edu Ruiz. Aquí de ajustado nada. El segundo no sé muy bien qué hacía en el programa, pero ayer, por fin, logramos expulsarle. Fatal. Jaume es todo personalidad, energía y diversión. Me parece un auténtico artista, y de momento no me cansa su estilo tan marcado. Le deseo la mejor suerte del mundo.

Rosario Flores, por su parte, también me falló en ambas elecciones, una con especial agonía. Fue el primero, el que vivimos entre Gonzalo Alcaín y Sandra Rodrigo. Este dúo era desigual. Él es todo profesionalidad, elegancia, un señor. Ella es descontrol, escasa actitud, mucho nervio. No entendí cómo pudo deshacerse de Gonzalo, que para mí es de lo mejor que le quedaba en su equipo. Menudo golpe. Tampoco entendí muy bien que prefiriese a Ivet Vidal antes que a Xino Gómez. Ella es torrente y sorpresa, y ha sabido crecerse en cada gala, pero aún así noto que le faltan matices. Él, en cambio, me pareció íntimo, personal, bonito. Cantando únicamente con su guitarra, logró crear otra atmósfera en el plató y en nuestras casas. Lo encontré claro vencedor.

Con el que me doy por vencido es con David Bisbal. Insoportable. Le pido, por favor, que deje de cantar por encima de los concursantes, porque no estamos en su minuto de gloria, que ya los tiene en grandes dosis innecesarias. Me gustó que se quedase con Susana Sheiman antes que con María Ayo. Susana es brutal, auténticamente brutal. Le hizo un verdadero homenaje a Whitney Houston. Interpretó de maravilla. Y es una diva. María me resultó más pobre, más escasa. Es buena, lo sé, pero su voz no me gusta. Me alegré de que se fuera. No entendí, en cambio, que prefiriese a Dina Arriaza antes que a Lydia Lauren. No sé qué le veis a la taponcito, pero a mí me resulta desagradable. Es verdad que ayer cantó mejor, y que tuvo momentos de lucirse, pero la sigo encontrando muy mejorable. Lydia, en cambio, fue todo sobriedad y tablas en un escenario. No pudo interpretar mejor. Fue estupenda.

Como estupendas serán las galas en directo, que empiezan este mismo miércoles en Telecinco. Vamos a vivir momentos únicos, e imaginamos que habrá artistas invitados y que, por fin, veremos a los coaches cantar solos o junto a sus equipos, como la pasada edición. Imposible perdérselo.

¡FELIZ DÍA VOCAL A TODOS!

martes, 19 de noviembre de 2013

#Asalto1, Gala 10 de La Voz

Seguimos completando el cupo de semifinalistas de La Voz y ya tenemos a 8 concursantes más, después de la criba total que hubo anoche en la primera gala de El Asalto Final, un invento un tanto absurdo para deshacerse de más concursantes por coach sin que el público pueda decidir nada. Al final, y como dije, tiene su encanto, porque sólo nos acabará quedando un par de buenas voces donde elegir, y nos será sencillo decantarnos por unos u otros. De momento, analicemos la noche de ayer, bastante acertada a grandes rasgos.

Antonio Orozco tuvo muy fácil sus dos elecciones, porque sus concursantes se lo pusieron muy fácil. El primer dúo fue entre Ainhoa Aguilar y Leyna Sadki. La verdad es que la canaria se creció muchísimo. Estuvo soberbia en su interpretación de Lady Gaga, convirtiendo en baladón un auténtico temazo de la diva más extravagante. Se lució absolutamente, y para mí fue, de hecho, la mejor de la noche. Leyna, en cambio, se vino abajo, con una interpretación lineal, terminando igual todos sus versos y cometiendo el gravísimo error de desafinar al cambiar del agudo al grave al final de la canción. Se expulsó sola, francamente. Y eso que era de mis favoritas. Por otro lado, Damon Robinson superó a Noelia Nowi con diferencia, mucha diferencia. El americano quedó bastante profesional, con unos agudos que ya quisieran muchos para sí. Sin embargo, ella estuvo desubicada, rara, como enfadada. No pudo cantar peor ni interpretar con menos gracia. Después de lo de anoche, no sé cómo ha llegado hasta aquí.

David Bisbal también me ganó con sus dos decisiones, y eso que las tuvo más bien empataditas. Por un lado se enfrentaron Darío Benítez y Susana Ruiz. Ella era genial, con un estilazo máximo, pero ha dejado de sorprender. Sabes qué va a cantar y cómo. Demasiada perfección termina aburriendo en este tipo de concursos. Él, en cambio, se vino arriba con sus falsetes, logrando superarse en cada estrofa. Es cierto que en los graves falló, pero yo creo que Bisbal siente un cariño especial por él, se ve reflejado en el argentino, creo. El segundo asalto fue entre Jordi Galán y Alejandro Udó, que son como la noche y el día. Jordi se salió por todos lados, y eso que no me gusta especialmente. Fue soberbio y elegante. Y ensombreció cualquier otra actuación en minutos. Alejandro sigue con esa voz tan personal, pero lo encontré pesimista, ya derrotado, algo fuera de lugar. Me esperaba más de él, mucha más garra. Una lástima.

Acerté sólo uno de los dos enfrentamientos de Rosario Flores. El que realmente me importaba, aunque ayer desfilaron grandes voces por su escenario. Se quedó Gabriele Serrini antes que Marcos Galindo para mi total alegría. Marcos desafina, es demasiado gritón y vanidoso, y me cae rematadamente mal. Fue al único chico que suspendí (de chicas sólo falló Nowi). Gabriele, en cambio, tiene esa voz tan mágica y esos falsetes que enamoran, por si no fuera suficiente con el resto de su carita y cuerpo. Le puse la segunda nota más alta de la noche. Brigitte Emaga también ganó a María Amolategui, en un asalto que yo encontré justo al contrario. La negra perdió la esencia de su Diamonds, me resultó demasiado alta, chillona. Sólo me gustaron sus pantalones. María, en cambio, es absoluta admiración. Le faltó romper más, porque estuvo comedida, pero fue gigante. Y esa voz que tiene es fácilmente reconocible, que es lo que, en el fondo, identifica a los artistas y los hace auténticos. Una lástima, la adoraba.

Malú también me hizo fallar uno de sus asaltos, pero me dio más igual. El primero enfrentó a Trini Amador contra Janyssha Lyon. La flamenca fue flamenca del todo. Estaba nerviosa, aunque todos dijeran que no, y se notó. Estuvo floja y algo descontrolada. Me esperaba más de ella, porque además cantó un temazo que me enamora. Aún así, yo me hubiera quedado con ella. Janyssha Lyon es una mujer brava como pocas, pero anoche podría haber dado muchísimo más.  Por otro lado estuvieron Mandy Santos y Martín Bueno. Ella me sorprendió gratamente, y creo que poco a poco está rompiendo y quedándose con todos nosotros. No es que me fascine, pero la veo gran favorita. Le pido que cambie de estilismo, eso sí. Y que deje de fingir que llora cuando canta. Gracias. Martín me pareció muy bueno anoche, un gran profesional, aunque no me convence su estilo, no me gusta su voz y no me termina su presencia en el escenario. No sentí nada de pena cuando lo expulsaron. Eso sí, se fue por la puerta grande.

Y, como siempre, la puerta bien abierta tenéis vosotros. Os adoro a todos. Gracias por seguirme por Twitter en directo o por aquí cada martes. Nos vemos la semana que viene.

¡FELIZ DÍA VOCAL A TODOS!

martes, 12 de noviembre de 2013

#Batallas3, Gala 9 de La Voz


Las Batallas de La Voz ya son historia. Esta tercera y última noche se esperaba más tensa e interesante que ninguna, dado que los coaches ya habían acabado sus comodines de robo y cualquiera que perdiese uno de los enfrentamientos iba, directamente, expulsado a su casa. No es que se reservasen grandes platos fuertes, pero alguno dio la sorpresa. Eso sí, y para mi alegría personal, acerté 7 de las 10 batallas que nos ofrecieron. Una vez elegidos los 10 semifinalistas, cada coach tuvo que escoger a dos voces de su equipo para pasarlos directamente a las galas de los directos. El resto se tendrán que batir, el próximo lunes, en la Gala de "El Asalto Final". Apoteósico.

Malú vivió sólo dos enfrentamientos. Y, por primera vez, le acerté los dos. Ya era hora. El primero tuvo lugar entre David Barrull e Inma Herrera. Dos flamencos de pura raza que resultaron muy igualados, aunque ninguno lograse romper del todo. Él se salió un poco de la melodía, pero la verdad es que su voz llama mucho más la atención y es más personal que la de ella. Ganó él. Bien. La segunda batalla fue entre Sergio Rojas y Norykko, un dúo desigual en el que él se las vio y deseó para estar a la altura en ese rockero River deep, mountain high de Celine Dion. Norykko estaba como pez en el agua. Y para mí ella fue la mejor de la noche sin duda. Pasó, claro. Y me alegré mucho. Es una de mis grandes favoritas.

David Bisbal tuvo también dos batallas, ambas bastante ajustadas, aunque sólo acerté una. No fue la primera, la que se originó entre Susana Sheiman y Paula Espinosa. Ambas interpretaron con desacierto When you believe, y ninguna resultó convincente. Susana podría haber dado mucho más. Tiene torrente y tablas para ello. Y Paula estuvo, sencillamente, fuera de lugar en la primera media parte. Luego se creció, y para mí llegó a romper un poco. Pero no le fue suficiente y quedó expulsada. Me alegré por Susana, cuya audición a ciegas aún recuerdo con amor. La otra batalla fue entre Marta Oliva y María Ayo. También me resultaron bastante descafeinadas ambas. Me esperaba mucho más de las dos, pero ninguna dio todo en el escenario, y quedaron desinfladas. Ganó María, que se lo mereció más. Y todos contentos.

Antonio Orozco, por su parte, tuvo tres enfrentamientos. Dos me parecieron muy justos, el otro me pareció terrible. Fue el primero de todos, el que hubo entre Agustín Tirado y Rangel da Silva. Es cierto que mi mulatito entró mal al tema, que desafinó bastante y que al final terminó arrastrando a su compañero a salirse del tiesto durante el resto de la canción. Pero su carita, su timbre y su personalidad debieron sobrar para clasificarlo. Me morí de pena. Mucho más acertada me pareció la decisión de salvar a Damon Robinson antes que a Elena Grau. Esta batalla más bien pareció la actuación del artista invitado con una concursante mediocre de Operación Triunfo. Ella desapareció y él se creció del todo. El tercer enfrentamiento fue la actuación de la noche, con Bárbara Isasi y Sandra Morales. Las dos estuvieron geniales, contundentes, fuertes y bravas. No supe decidirme muy bien por cuál quedarme, porque las dos me resultaron lo mejor de lo mejor. Es cierto que Sandra Morales, de entrada, me cae mejor. Y cuando Bisbal se quedó con ella me alegré mucho. Grande.

Rosario Flores también tuvo tres batallas. Y cada día resulta más fácil adivinarle sus elecciones. Eso sí, no siempre quiere decir que las compartamos. Ayer me gustaron dos de sus tres decisiones, aunque en el fondo hizo bien en todas. Primero enfrentó a Mari Carmen Muyor con María Amolategui. La primera fue muy pluf, mientras que la segunda no dejó de brillar, y se la merendó con un poco de chocolate Milka. Impresionante. Acertó Rosario quedándose con María. No tuvo tanta gracia al quedarse con Brigitte Emaga antes que Ana Ortega. No es que hubiese mucha diferencia, pero una me pareció chirriante y la otra fría. Dudo que alguna traspasase realmente el corazón a nadie, pero ahí están. Completamente prescindibles ambas. Su tercera batalla tuvo lugar entre José Ramírez e Ivet Vidal. Aquí vimos la actitud frente a la voz. Él quedó muy karaoke-man, con esos movimientos y esa voz que no llama nada la atención. Ella estuvo más profesional, aunque tampoco logró encandilarme demasiado. La actuación, en sí, fue un poco destrozo. En fin. Se quedó con ella, que ciertamente estuvo mejor.

Finalmente, cada coach tuvo que elegir a dos voces, como he comentado, para que pasen a las galas en directo sin necesidad de sobrevivir a El Último Asalto, la última criba. Aquí hubo decisiones para todos los gustos, pero algunas fueron realmente inesperadas. Bisbal se quedó con Álex Escribano y con Tiana Riobo. Me parecieron dos decisiones muy hábiles, aunque creo que hay más material potente en su equipo. Veremos qué pasa. Rosario, como era obvio, se quedó con Estela Amaya e Idoia Bediaga. Dos voces muy particulares y con dos estilos tan personales como atrayentes. Creo que ambas pueden tener mucho futuro. Me alegré enormemente. Lo de Malú me sorprendió más, aunque es comprensible. Se decantó por Amynata Sow y David Barrull. Actitudes, voces y estilazos radicalmente opuestos. Bien. Orozco demostró, una vez más, su nulo criterio en este concurso, y aseguró que su decisión era "estrategia de equipo". Se quedó con sus dos voces más mediocres, las de David Velardo y Agustín Tirado. Increíble. No sé a qué juega este hombre, pero a este ritmo, poco tiene que hacer en el concurso.

Nos vemos, cómo no, el próximo martes. ¿Quiénes pasarán? Sólo 4 de cada coach irán a los directos. Otros 4 -en total, 16-, morirán por el camino. Se avecina una auténtica tragedia griega. Yo ya tengo mis favoritos.

¡FELIZ DÍA VOCAL A TODOS!

martes, 5 de noviembre de 2013

#Batallas2, Gala 8 de La Voz


La segunda ronda de Batallas de La Voz cobró más intensidad aún que la primera. Otras 11 parejas compitieron por conseguir su hueco en el programa y poder seguir así dándose a conocer ante la inmensa audiencia española que sigue el concurso e intentar avanzar en esta auténtica guerra de cantantes en la que, de más de 64, sólo podrá quedar uno. Anoche vivimos algunas sorpresas, como grandes favoritos que cayeron frente a sus competidores, y también unos coaches que robaron a grandes voces y a otras que no lo son tanto. El caso es que ya ninguno de ellos podrá recuperar a ningún expulsado, porque los cuatro han terminado ya su cupo de dos comodines. Miedo me da.

Malú vivió tres enfrentamientos, de los cuales sólo acerté uno, para mi total desgracia. El primero fue el de Martín Bueno con Érika Gómez. Ambos me parecieron demasiado acelerados, con escaso futuro en el panorama musical. Ninguno me convenció lo suficiente, pero al final ganó él. Pues bueno. La segunda batalla, más desigual, enfrentó a Amynata Sow con Gabriele Serrini. La pasión y el desenfreno de ella, algo chirriante, contra la perfección, dulzura y sencillez de él, todo elegancia y belleza. Malú se deshizo del "deseado", para tristeza de Jesús Vázquez y mía. Aunque Rosario lo robó y se lo quedó para ella. Antonio Orozco también pujó por él, pero no fue suficiente. Si es que anoche mojamos braguitas todos...  La tercera batalla fue la de Janyssha Lyon contra Lydia Lauren. Dos auténticas negras de corazón (y una de apariencia) que derrocharon soul, energía y brutalidad con una interpretación genial de No more tears. Malú acertó quedándose con la negra sabrosona y Bisbal y Orozco pelearon para recuperar a Lydia (antes incluso de que fuese repescada), que decidió irse con el de rizos. Menudo espectáculo.

Antonio Orozco también tuvo tres batallas y, nuevamente, sólo acerté una. Esto es una tragedia griega. Edu Ruiz y Alejandro Udó actuaron primero. Edu Ruiz quedó descafeinado, con una voz tan chillona como desagradable y tan corriente como fácil de olvidar. El segundo derrochó  personalidad, como ya sabemos, pero se olvidó completamente de su primera estrofa. Y lo pagó caro. Menos mal que Bisbal lo repescó. Yo me quería morir. La segunda batalla fue entre Cristina Rueda y Haley Haitz, la choni de barrio contra la pija de chalé. Ganó la primera, sobrada en fuerza, en potencia y en afinación. La rubia quedó tan pésima que sólo logró que Cristina se luciese más. Orozco hizo bien y se quedó a la extriunfita. Grande. Menos grande fue la batalla entre Ainhoa Aguilar y Rocío Rivas. Aquí volvimos a ver la lucha entre el esfuerzo y la mediocridad de la canaria, que lo dio todo pero no fue suficiente contra el talento innato y el torrente de Rocío, que aunque fue superior, no logró transmitir lo que debiese, y quedó fuera.

David Bisbal, por su parte, tuvo una noche tremenda, con tres enfrentamientos y dos repescas. Un poco más y el de Almería elige ahí mismo a su ganador. Una locura. De las tres, y como no podía ser de otra manera, sólo acerté una también. Mi gusto contrasta del todo con el de los coaches, no me cabe duda. Me lo van a poner muy fácil si sólo salvan a dos de mis favoritos al final... La primera batalla enfrentó a Virginia Moss con Susana Ruiz. Dulzura contra torrente. Elegancia contra personalidad. Ganó Susana. Ambas estuvieron geniales, bravo por las dos. Su segunda pelea fue titánica, entre Darío Benítez y Alba Lucía. El argentino lo dio todo, tan profesional y artista que se comió el escenario entero. La extriunfita no se lo puso fácil, y no por la capacidad de su mandíbula, sino porque también tiene voz para parar un tren. Al final ganaron ambos, porque Bisbal se lo quedó a él y Malú la robó a ella. Grande. El último dúo del andaluz fue entre Dina Arriaza y Leyna Sadki. De verdad que no sé qué le veis a la señorita Dina, pero a mí me disgusta profundamente. Anoche no fue ni un notable bajo. La árabe, en cambio, fue diva, diva total. Hasta para agradecer al público, pasando olímpicamente de Jesús Vázquez. Iba vestida cual concursante de Armenia en Eurovisión y se creyó su papel. A mí me encanta. Me alegré de que la robase Antonio Orozco, porque Bisbal se deshizo de ella a traición. Mal.

Rosario Flores sólo tuvo dos batallas, y aquí también acerté una, aumentando un poco mi estadística personal. La cantante tiene claro que se quiere quedar a voces con personalidad, independientemente de su técnica, profesionalidad o apariencia. Sin embargo, en su primera batalla, que enfrentaba a Jorge Moreno contra Xino Gómez, se quedó con el segundo. Ambos fueron muy muy grandes, lo reconozco. Estuvieron sentidos y emotivos, aunque les faltó romper, les faltó implicarse más con la canción, no estar tan comedidos. No lograron hacer llorar a Rosario pese a que la canción era de su hermano. Pero bueno. Nadie repescó a Jorge Moreno y yo me morí de pena. Ese chico es casi perfecto en todo. Lo quiero para mí. Pulsé desde casa hasta que me salieron callos, pero no logré hacer nada. Fatal. La segunda batalla fue entre Gonzalo Alcaín y Cissy Miranda. Sobrios, dulces, preciosos, elegantes... Los dos estuvieron estupendos. Pusieron el nivel muy igualado, y ya todo dependía del gusto personal. Rosario se quedó con él, para mi total alegría, ya que hasta el propio Gonzalo me agradeció mi tuit comentando su actuación.

Y no ha sido el único. Últimamente recibo menciones e interacciones de muchos concursantes de La Voz. A todos les doy las gracias. También a vosotros, por aguantarme todas las noches con tantos tuits comentando el programa y por leerme aquí cada martes. A todos, de verdad, muchas gracias.

¡FELIZ DÍA VOCAL A TODOS!

martes, 29 de octubre de 2013

#Batallas1, Gala 7 de La Voz



Las Batallas de La Voz ya son una realidad y anoche comenzaron un éxito total de audiencia, tanto en la Gala como en el programa especial posterior. Esta primera noche ya nos ofreció 11 enfrentamientos (de los cuales acerté 6 y me fallaron los otros 5) y otros 3 robos, aunque sólo uno me pareciese correcto. Sobre el escenario, las primeras peleas reales, los primeros dramas y las primeras expulsiones de grandes concursantes que han dicho adiós demasiado pronto.

David Bisbal estará asesorado en esta fase del programa por Cali y el Dandee. Yo me pregunto hasta qué punto serán capaces de asesorar estos dos a alguien… Claro que también me preocupo por qué clase de consejos dará el de Almería a cualquiera de sus voces. Miedo me dan. Por lo pronto, hemos vivido sus primeras 3 batallas. Por un lado se enfrentaron David Velardo y Álex Escribano. Ambos son notables cortitos, y ninguno creo que brillase claramente sobre el otro, aunque me decanté acertadamente por Álex Escribano. Para alegría de medio país, David Velardo fue robado por Antonio Orozco. Pues bien. Bisbal también enfrentó a Tina Riobo y Robert Matchez en uno de los duelos más desiguales de la noche. Claramente ella se lo comió con patatas, porque por muy negra que Robert sea de espíritu, jamás será tan tostado como Riobo. Me alegré de ver a la una dentro y al otro fuera. El último duelo de Bisbal fue entre Estíbaliz Martín y Jordi Galán, los dos líricos. Para mí fue la gran actuación de la noche. Espectacular, profesional, vibrante y muy emotiva, ambos formaron un dúo genial en el que, a mi juicio, ganó la dulzura y sobriedad de Estíbaliz, aunque el coach se decantara por Jordi. Fue un auténtico palo, ella era una de mis favoritas.

Malú, por su parte, vivió otras tres batallas y robó a una voz, ayudada por su asesor, Carlos Vives, ese hombre que Malú guardaba en formol en su casa mientras el resto ya lo dábamos por enterradísimo. Qué cansino y torpe es. Hace buena pareja con Orozco, pero bueno. El primer duelo enfrentó a Cassandra de Rosa y Mandy Santos. La italiana ganó sobrada, mucho más grande y profesional que la rubia teñida, tan falta de tablas como insegura. Malú prefirió a la rubia. Drama personal. Su segunda batalla fue entre Marcos Galindo y Silverio Belmonte, que son como el día y la noche. Como el sol y la luna. Como la ropa chic de Zara y la línea sport. Lo único que los vuelve iguales es lo sobreactuados que son. Y lo mariquitas, pero ése es otro cantar. Ninguno me gusta realmente, pero me quedé con Marcos y fallé. La batalla que sí acerté fue la celebrada entre Luciano Méndez y Marta Pons. Ninguno ganó al otro por demasiados puntos. Ambos me parecieron sosísimos a morir, aunque es cierto que hubo bastante armonía entre ellos. Y eso se agradeció completamente. Al final ganó él. Punto para mí. Y la que ganó fue Trinidad Amador, que luego os hablaré de ella, ya que Malú se la quedó para sí misma, con beso lésbico incluido en la celebración. Menos mal que están en Telecinco…

Antonio Orozco también está en Telecinco, pero por mí se podría ir a Marte. No lo aguanto para nada. Y su asesor, Juan Magán, es el único que a priori me hacía más gracia, aunque tiene un punto de salido mental que no me convence nada. Y hablando de nadas, nada fue lo que entiende Orozco este programa, a juzgar por las canciones que nos ha ofrecido en sus batallas. La Tortura fue la escogida para batallar a Jaume Mas y Andrea Beltrán. La tortura fue la que nos ofreció ella, completamente fuera del tema en todo momento. No entendí nada. Se la cargaron fácil, porque además Jaume supo hacérsela suya (la canción) y nos siguió conquistando a todos. La que conquistó a mucha gente fue Noelia Nowi, que se enfrentó a Nacho Lezcano (lo quiero para mí YA) en una batalla que yo encontré desigual y con un claro vencedor: él. No fue así, y me tocó despedir al chico guapo de sonrisa perfecta y voz preciosa. Qué fatalidad de noche. Además, y como he dicho, Orozco se quedó a David Velardo, del equipo de Bisbal. Horror total.

Rosario Flores pasó de horror a emoción por segundos. Tiene aprendida la lección de la primera edición y, de momento, está decantándose por las voces más personales y las que mejor llegan al público, lo cual me alegra. Anoche, ayudada por Coti, se quedó con Estela Amaya frente a Trinidad Amador (la nueva novia de Malú). El dúo entre flamencas fue apoteósico y me encantó. Me alegré mucho por Estela, tan íntima como genial. También me alegré de su decisión de quedarse con Idoia Bediaga antes de que con Odette Suárez. Aquí también ganó lo personal, único y original frente a la ejecución perfecta y una técnica más trabajada. La actuación también estuvo muy notable, todo hay que decirlo, y ambas eran muy válidas. Como también lo fueron Yoio Cuesta y Sandra Rodrigo, dos cantantes con mucho soul pero que no supieron aprovechar mucho más la oportunidad de la canción, que al final les quedó descafeinada. Ganó la segunda, por “personal”. Pues bien. Rosario, además, robó a Marcos Galindo, el coplero de Malú. Aquí todos ganaban algo.

Ahora que ganar, el que gana siempre soy yo, teniéndoos a vosotros de seguidores por Twitter en mi cuenta personal o por aquí. Eternamente gracias. Nos vemos en la próxima Gala.

¡FELIZ DÍA VOCAL A TODOS!




martes, 22 de octubre de 2013

#MiraLaVoz, Gala 6 de La Voz


Los equipos de La Voz cierran sus filas y ya se han completado del todo. Anoche vivimos las 10 últimas incorporaciones a los equipos de Antonio Orozco, Rosario Flores, David Bisbal y Malú en una reñidísima noche de audiciones a ciegas que dejó un gran sabor de boca a todos los espectadores, con un nivel bastante más alto del habitual y algunas sorpresas encantadoras de última hora. También vivimos un par de momentos muy vergonzantes, como ya comentaré a continuación. Esta última gala de audiciones dio para mucho...

Nada menos que 5 voces se quedaron fuera del concurso, más todas las que aspirarían a entrar y les dijeron: "Lo sentimos, pero Bisbal ya se ha girado del todo, no hay hueco para nadie más", que debe ser bastante terrible, digo yo. No quiero ni imaginarme cómo debió sentirse la siguiente persona que estaba lista para actuar. El que sí estaba preparado fue Fabio Canu, un cantante italiano de country que se desenvolvió muy bien en el escenario, pero que no consiguió encandilar a ningún coach. Idéntica situación vivió Alonso González, sólo que este no se merecía que nadie se moviese de su sillón por él. Estuvo escaso y falto de todo. Horror. Beatriz Lindo no fue mucho mejor. La vi atropellada, apagada y excesivamente grave. No entendí qué hacía ahí. Tampoco me gustó Rosa de Lima, tan chillona y desfasada como ordinaria. Le faltó saber ubicarse y le sobró todo lo demás. Qué fatalidad. Aunque, para humillación, la de Sandra Calderón, que se quedó en blanco, decidió cantar el estribillo durante una estrofa y, al final, terminó haciendo el mayor de los ridículos jamás visto en un programa musical. De pena. La verdad es que me supo mal por ella, lo tuvo que pasar terriblemente mal.

El que se lo ha pasado bomba, al menos de momento, es Antonio Orozco, que ayer fue el primero en completar su equipo de voces. Rangel me encantó. Es mono, me gustó su voz y, además, estoy convencido de que lo conozco de algo. Tiene potencial para ser muy joven. Ahora sólo falta que lo sepan explotar. Lo mismo me ocurrió con Alejandro Udó, una voz tremenda y con un estilazo genial, aunque al verlo en escena deseo salir corriendo. Es un tanto raro, pero supo conquistarnos a todos. De momento, se ha convertido en uno de mis favoritos. Les deseo toda la suerte del mundo, el equipo de Orozco tiene muy mediocres y muy brillantes. Veremos cómo se las apaña.

Malú fue la segunda en decir: "Se acabó". Ayer sumó un poco de todo, como ya nos tiene acostumbrados. Marta Pons cantó en el Madrid Arena o algo así. La verdad es que tanto dramatismo y tanto vendernos un acontecimiento que debió quedar como anecdótico en su paso por el concurso me pareció fatal. La chica tiene un registro grave muy desafinado, pero parece que convenció bastante. Mucho más me gustó Nora Jiménez, aunque ella quiere que la llamemos Norykko. Esta chica ya está experimentada y ha sido corista de grandes del panorama musical nacional. Me consta que tiene vídeos en YouTube con más de medio millón de visitas. Poco más que añadir. Estuvo genial. Lucirá mucho en este equipo, porque este año el de Malú me ha dejado mucho que desear. Está lleno de ceros y muy deficientes.

Rosario Flores ha sabido dar un giro a su proceso de elección, y ya hemos visto como este año se decanta por algo más que por Jorge González el extriunfito, ex de la Campos y exheterosexual. Anoche se quedó con Ivet Vidal, que no tiene mala pinta, pero su voz es demasiado desagradable para que quiera oírla dos veces seguidas. También cogió a Odette Suárez para su equipo, una diva con mucha personalidad pero que termina algunos versos como Shakira, y eso me da bastante miedo. Por último, la Flores consiguió que se fuese con ella Brigitte Emaga, con muy buena voz, actitud y rollito. Me transmitió mucha energía, muy positiva e interesante. Creo que puede dar mucho juego.

El que no sé muy bien a qué juega es David Bisbal, que anoche siguió dejándome claro por qué me cae tan sumamente mal. Odio que finja que va a darle al botón y que luego sonría. Puede que divierta a los espectadores, pero se lo hace pasar fatal a los familiares. Además, el hecho de que se pase media actuación bailando y levantando brazos puede provocar nervios en el aspirante, que cree en vano que va a girarse para "capturarlo". Y, naturalmente, que esté cantando por encima del concursante o que se ría cuando se equivoca me parece de una falta de educación tremenda. A pesar de todo esto, ayer consiguió blindar a su equipo, pero lo hizo en último lugar. A él se han sumado Paula Espinosa, una valenciana muy guapa, muy apta, muy correcta y muy todo. Podría dar la sorpresa. El que sin duda la dio fue Robert Matchez, un showman que no sé si imitaba a Ángel Garó, a Lina Morgan o a Norma Duval, pero lo suyo no es la música. Me pareció cargante y demodé, pero ahí está. Veremos lo que dura. Bastante más me gustó la extriunfita y todavía Happy Hippo Alba Lucía, que ha crecido bastante y madurado muchísimo como artista. Interpretó con bastante maestría. Veremos si sabe aprovechar esta segunda oportunidad.

Y hablando de segundas, ahora llega la segunda fase. Las batallas. Cada coach tendrá que quedarse con sólo 8 voces. Justo la mitad. Así que vamos a ver enfrentamientos apoteósicos entre concursantes que, además, podrán moverse de un equipo a otro si su cantante lo descarta pero otro quiere que se quede con él. Se avecina tensión, diversión y llanto. Y música, mucha música. Hasta entonces...

¡FELIZ DÍA VOCAL A TODOS!