sábado, 16 de enero de 2010

Santa Rita, Rita, el Cabanyal no se quita


Harto. Muy harto. Mega harto tirando a hartísimo estoy. ¿Hasta dónde llega la manipulación en los medios de comunicación? Hoy se ha producido el colmo de los colmos en el telediario de una de las cadenas de televisión públicas –y autonómicas- de nuestro país. No hace falta que dé más datos, ¿no? Vale.

Siempre me ha parecido muy lícito –contrariamente al resto de periodistas y personas en el mundo- que un medio incline sus opiniones e informaciones hacia sus ideologías. Una cosa es opinar e informar y otra sólo opinar. Una más alejada es opinar de manera denigrante, pero voy a suponer que nadie hace eso. Insisto, informar y dar opiniones a la vez no me parece un aspecto negativo. Al fin y al cabo los debates son eso, y están muy bien valorados.


El problema viene cuando se opina, no se informa y encima se manipulan descaradamente unos datos existentes afín de… No entiendo con qué fin, vaya. La noticia rezaba algo así como que “La amplia mayoría del barrio del Cabanyal está descontenta por el plan del Gobierno para no prolongar la Avenida Blasco Ibáñez”. Apaga y vámonos. La frase en sí es poesía. Para cualquier valenciano poco más hay que decir. Sin embargo, conozco algunas de vuestras procedencias, así que me explico.

El barrio del Cabanyal es uno de los más antiguos de Valencia. Y de los pocos que vive pegado al mar. Es el barrio marítimo y pesquero por excelencia, y además ha sido declarado “Bien de Interés Cultural”. Algunos de los edificios que se alzan son verdadero arte. Hay fachadas de azulejos, de conchas, con murales… Una verdadera pasada. Y todo construido hace –lo menos- cien años. No vivo allí, ni mucho menos, pero uno sabe reconocer algo bonito cuando lo ve. Y el Cabanyal, en parte, es precioso.

No todo es alegría y color, por supuesto. Aparte de la Lonja y el Mercado del barrio –otros dos edificios divinos- hay dos problemas en el barrio: las drogas y la marginación. El Cabanyal también es uno de los barrios más pobres de Valencia, y gran parte de sus habitantes se dedican principalmente al comercio de droga y de prostitución. Hay calles donde uno no osaría a pasar a medianoche y sólo.

El Gobierno del Partido Popular hace años que decidió tirar abajo alrededor del 30% de las casas del barrio para prolongar la Avenida Blasco Ibáñez (una de las más grandes de la ciudad, empieza en Los Viveros y continúa por las Universidades públicas) hasta el mar. O sea: yo te tiro la casa y en su lugar pongo doble carril, zona azul para aparcar y cuatro palmeras, que siempre hace bonito. Realmente, el cambio es fabuloso. Todos sabemos que a los valencianos nos encantan las calles grandes, verdes y las cosas nuevas, ¿cierto? Pues no. Estáis engañados. Lo siento. Esto ha sido peor que lo de Papá Noel. Estoy seguro. Lo siento, en serio.


No os voy a contar, porque me quedaría corto, la cantidad de manifestaciones, plataformas, programas, consensos, centros de ayuda, etc. que se han montado para “Salvar el Cabanyal”. Es decir, que todos esos vecinos a los que les quieren tirar las casas puedan seguir viviendo allí. Yo mismo estuve allí haciendo un reportaje hace algo menos de un año y, lógicamente, entrevisté a algunas personas que llevaban viviendo entre 50 y 80 años en esas casas. Enfatizo: en SUS casas.


Los más jóvenes las habían heredado de sus abuelos y habían dejado todavía el estilo rústico-marítimo de esas casitas de doble planta pegadas a la costa. Algunos matrimonios me contaron que ni por un adosado en la Moraleja cambiaban su vivienda en el tercer piso de la calle equis. Los más ancianos lamentaban tener que dejar la única casa que habían visto. A sus vecinos de siempre. A los hijos de sus vecinos de siempre. Las vistas al mar. Los paseos con la brisa de Levante. Cuando uno acababa la conversación con cualquier habitante del Cabanyal al que le iban a tirar su casa para prolongar una avenida no podía sino echarse a llorar. Absolutamente lamentable la iniciativa del PP valenciano con Rita Barberá –alcaldesa de Valencia- a la cabeza.

Me produjo una calma terrible ver cómo hace días el Gobierno central había conseguido paralizar las obras (muchas de las casas que quieren tirar han sido compradas por el Ayuntamiento y ya están derruidas) del Cabanyal. Sin embargo, dos días después, el Gobierno valenciano propuso una ley autonómica para que el plan siguiera adelante. Horror, pensé. Qué humillante para los vecinos. Era casi tétrico ver las fotos del Parlament, las imágenes de Rita y Camps sonriendo ante la cámara con un puñado de obreros y arquitectos. Era verdaderamente lamentable.

Hoy, para colmo, la noticia decía que la prolongación de la avenida ayudará al bienestar del barrio ¿¿?? Y a su auge económico. ¿Economía de quién? ¿De los que blanquean dinero a través de carreteras y arbolitos nuevos? ¡Venga ya! Lo peor de todo eran los vecinos que salían diciendo “¡qué tiren ya esas casas!¿Perdón? ¡Que se las tiren a ellos! Claro, la cosa cambiaría… Es que es lamentable. Infumable. Despreciable. Terrible. Horroroso. Denigrante. No puedo. Yo no puedo con esta política basura.


Desde mi odio más profundo hablo duro y con compromiso para estos alcaldes y diputados inhumanos que van a tirar abajo –si lo logran finalmente- las casas de ciudadanos de clase media. Que van a tirarles abajo sus casas de toda la vida. Que van a tirar abajo unos edificios de Bien de Interés Cultural. Que van a tirar abajo la historia y el arte valenciano. Ojalá no ocurra nunca. Desde mi humilde posición, sólo puedo sumarme a las actividades de protesta,  y añadir:

Santa Rita, Rita, el Cabanyal no se quita.

Roberto S Caudet

5 comentarios:

  1. Es difícil conjugar el progreso con las tradiciones. Yo tampoco estoy muy a favor de tirar un barrio o unas casas para hacer una avenida, un parque o un lo que sea, pero por otro lado, no se si detenerse y no hacer cambios y grandes infraestructura es bueno para las ciudades.

    Bueno, no tengo mucha idea de lo que puede estar pasando allí, porque no es un tema que conozca y habría que ver todas las versiones, aun así, tirarle la casa a alguien solo para hacer una avenida mas grande, tampoco lo entiendo mucho.

    Y sobre la manipulación informativa, todos hacen lo mismo, pero todos, ninguno se salva.

    Un beso cielo

    ResponderEliminar
  2. Que conste que estoy totalmente de acuerdo con el progreso de las ciudades, de los países y del mundo en general. Pero no estoy a favor de un progreso donde los únicos que se benefician son los más ricos y donde hay que pasar por encima del pueblo medio para lavar la cara de la ciudad.

    Que arreglen el barrio, como sí han hecho con otras zonas de Valencia -mi barrio, por ejemplo- y como han hecho con la parte del Cabanyal que no quieren destruir. Han arreglado aceras, han construido parques, han restaurado las fachadas de los edificios más antiguos... pues que hagan lo mismo en esa zona.

    ResponderEliminar
  3. tienes más razín que un santo, Roob!

    santa rita, rita, el Cabanyal no se quita!

    me uno a tu protesta.

    besos!

    ResponderEliminar
  4. desconozco la realidad de ese barrio pero tal y como lo cuentas, te doy la razón.
    En fin que si al progreso pero con respeto a lo que hay y la gente que lo habita.
    Animo con la lucha y espero que saldreis con la vuestra. Yo os apoyo... y dime que si hay que manifestar yo voy :-)

    ResponderEliminar