martes, 19 de enero de 2010

¡España te necesita! (Primera Parte)


49 participaciones. España concursa ininterrumpidamente desde el año 1961 en que Conchita Bautista nos representó por primera vez en el Festival de la Canción de Eurovisión. Sin duda alguna, eran otros tiempos. Ayer se dieron a conocer los trescientos trece (313) participantes que optan a llevarse el lujo de ser los representantes españoles en la edición número 55º que se celebrará en Oslo.


Pero no voy a hablar de los preseleccionados, no os preocupéis…
porque eso lo haré otro día. De momento, hay que dejar que los votos sumen y sumen para ir pensando quiénes serán realmente los favoritos y si, finalmente, acaban saliendo tantos descalificados como parece. Este año, por lo visto, RTVE ha tenido manga ancha con los cantantes. Y con Karmele.

Bajo el lema "¡España te necesita!" Votaremos este año al que va a ser nuestro representante, y por el momento, todo el mundo parece llevarse las manos a la cabeza con la primera posición provisional de la periodista –ejum- convertida a Reina y Estrella del Popejum bis-. ¿Acaso, España, podría decirse que somos un país modelo en enviar a los mejores cantantes al certamen? Hoy toca repaso eurovisivo. Los detractores, que vayan cerrando ventana porque hoy vengo cargadito de música. A los amantes de la buena música, también les invito a que vayan a otro blog. Para todos los demás, MasterCard. ¡Comenzamos!

Es tradición popular decir que cualquier tiempo pasado nos parece mejor. Y parece que si remontamos a los años 60 y 70, España tenía mejores posiciones en Eurovisión –cierto es, dos primeros premios consecutivos-. Sin embargo, también hubo actuaciones penosas, patéticas, insufribles, infumables, desastrosas… Vamos como un telediario de Intereconomía. De hecho, la segunda actuación que llevamos al concurso, de mano de Víctor Balaguer, fue la primera ocasión en la que quedamos últimos (en la 13º posición, qué gracioso) con cero points.



Aquél pseudo-Frank Sinatra apareció como el que ve un Poltergheist en el escenario de Luxemburgo. Su canción, pura poesía, rezaba “Cuenta conmigo como el amigo que nunca olvida. Llámame y tu pecado será olvidado con sólo decir “ven””. Lo que yo diga, el señor Balaguer se vistió de cura y le hablaba a la niña del exorcista. Fatal.

Cuatro años más tarde volvimos a enviar a Conchita Bautista, que tenía dos actuaciones por el precio de una. A ver si os creéis que Carrefour es el inventor de las rebajas. La señora se nos tiñó de rubia por aquello de las suecas que venían a veranear a Torrevieja. Otro cero points como resulté y para casa con la faja enganchada a las megabragas que llevaría la pobre. Desastroso.

Desde ese momento y hasta el año 1983 ganamos dos veces. En el 68 y en el 69. Con Massiel y Salomé. La primera bebió tanto champagne para celebrarlo que todavía le dura la resaca. Borracha todo el día. Qué mala es la vejez, que se lo digan a Sara Montiel… Otros tres segundos premios llegaron durante esos veinte años y alguna posición intermedia en la tabla. Tranquilos, España tenía que dar mucho de qué hablar. Y vendría todo seguidito…



Año 1983, Munich. La gitana Remedios Amaya nos representa descalza, para descontento de todos los países, que no se atrevieron a darnos puntos, por si nos los gastábamos en jamón en lugar de en zapatos para la pobre mujer. “Quién maneja mi barca” ha sido catalogada como la peor canción de la historia española en Eurovisión. Aunque visto lo de los últimos siete años, no sé yo qué decir. Desde luego, y después de su actuación, no me extraña que los alemanes decidieran tirar abajo el muro de Berlín. Querían escapar como fuera de la señora Amaya. Cómo les entiendo. Seis años les costó el trauma.



El resto de años 80 fue bastante tranquilito para nuestro país, aunque ya empezábamos a bajar posiciones y relegarnos a las más mediocres. Todavía sin bajar del puesto número 19. De hecho, y para sorpresa de todos, Azúcar Moreno quedaban en la quinta posición, y Paloma San Basilio era arrastrada hasta la décimo cuarta cinco años antes. El mundo es duro…

La cosa se estropeó en los años 90, está claro. En el 92, el pianista ciego, Sebastián Zuribi –otro que le cogió gustito a Eurovisión y tuvo que ir también en el 2000- nos representaba con la archiconocida “Todo esto es la música”. Sólo 37 puntos recibidos. Dos años más tarde, Alejandro Abad y su “Ella no es ella¿Y entonces quién es?, se caerían con 17 puntos a la 18º posición. Otros dos años más tarde la volvimos a cagar con Antonio Carbonell y el tema “¡Ay, qué deseo!” que obtuvieron la posición número veinte.




La canción no era buena, ni mucho menos, pero peor era el “artista”. Juntad al cantante de Jarabe de Palo, a Carlinhos Brown, a Ketama y hacedle cantar una canción flamenca de Luis Miguel. El resultado es Antonio Carbonell cantando “¡Ay qué deseo”, lo juro. Puedo probarlo.




No nos iría mucho mejor en los años venideros. Para acabar los noventa, alguien tuvo el desacierto de sacar a una pobre chica del día del Orgullo Gay, de meterla en Jerusalén con cuatro coristas con nociones básicas de Cha-cha-chá y obligarle a cantar lo primero que se le ocurra. Obviamente, nadie querría escucharlo. Y así fue. Última posición para Lydia y su “No quiero escuchar”. Era para verla. Ella y su disfraz carnavalesco de Reina de Corazones del País de las Maravillas sólo escucharon “one point” a lo largo de hora y media de votaciones… Fatal, fatal. Ángelita mía.


 
El Zuribi la volvió a liar al año siguiente, quedándose con sólo 18 puntos. Luego vendrían Civera y los Triunfitos, todos con posiciones aceptables… Hasta que volvimos a irnos de madre. Ya eran demasiados años actuando “bien”…


Y yo me estoy enrollando mucho. Si queréis ver la segunda parte del mensaje, esperad al jueves por la tarde. Las notas de estos proyectos ya estarán publicadas, pero yo voy a seguir dando caña. ¡Como España! -Matadme por ese comentario- Escuchad buena música. Y sobre todo, pero sobre todo, no votéis a Karmele.

¡Feliz Día del Odio a todos!

Roberto S Caudet

5 comentarios:

  1. Bueno bueno bueno señor Roob, un buen repaso a la historia de España en Eurovision, espero que no nos represente Karmele, es de sentido común, aunque de eso queda poco ya....

    Solo espero que vaya alguien decente..
    Besos.

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  2. Ay, quien maneja mi barca, quien...??
    Jajajaja
    Desde luego es que España y música no es una buena combinación. Rectifico: España y música eurovisiva NO es buena combinación.
    Es así... La La la la la...
    Un abrazo Roob!!
    Boy under the rain!!

    p.S. Tienes hasta mañana para dejarme un comentario en mi blog, sino, sufrirás las consecuencias (joer, que ni uno, eee?? xD)

    Visita http://esencialondinense.blogspot.com

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  3. ¿Perdón? jajajajaja No estoy escribiendo a nadie desde hace... ¿3 semanas? Así que lo siento pero no vas a ser VIP, cuando acabemos el viernes que viene el último examen de la temporada, prometo ponerme al día en los blogs de todos mis amores cibernéticos, incluido tú, manquemepese (vocabulario sevillano, ya lo irás entendiendo ^^).

    PD: España ha aportado muy buenas canciones a Eurovisión, perdona... U.U

    PD 2: Quiero sufrir las consecuencias, quiero sufrir las consecuenciasss!!

    PD 3: ¡Deja de hacer publicidad de tu blog! jajajaja

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  4. Lo que me jode, es que los españoles somos tan pasotas y nos queremos tan poco, que por hacer la puta gracia nos vamos a ir con la señora esta a Eurovisión, y haremos de nuevo el ridiculo. De verdad que no lo pillo, no lo pillo porque somos tan capullos e imbeciles.

    Un beso cielo

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  5. Pues... No sé, debo tener un gusto fatal, porque a mí , ·Quien Maneja mi barca" me parece una canción alucinante. Si es que hasta la llevo en el Ipod, y la escucho bastante... Un abrazo.

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