“Fallers, falleres, sentiu-vos orgullosos de fer esta festa més gran, però sobre tot sentiu-vos orgullosos per entregar-vos en cor i ànima a aquesta ciutat” (“Falleros, falleras, sentíos orgullosos de hacer esta fiesta más grande pero, sobre todo, sentíos orgullosos de poder entregaros en cuerpo y alma a esta ciudad”).
(Laura Caballero, Fallera Mayor de Valencia 2011)
Al discurso pronunciado por la Fallera Mayor de Valencia 2011, Laura Caballero, le faltó, al final, el ya mítico “ja estem en Falles!” (“¡ya estamos en Fallas!”). Por lo demás, la ciudad de Valencia vivió ayer el pistoletazo de salida de sus fiestas más importantes y relevantes con emoción y euforia, pero con demasiado automatismo. Eso sí, todo sin saberlo.
Después de comer, como cada último domingo de febrero, los primeros falleros empezaron a aglutinarse a las puertas de las Torres de Serrano de Valencia. A partir de las seis de la tarde, la conocida orquesta Montercarlo amenizaba la espera a todos los valencianos que ya estaban invadiendo el puente de los Serranos que comunica las dos partes de Valencia separadas por el río Turia. Con una puntualidad no demasiado británica, el acto de la Crida 2011 iniciaba con un discurso pausado y poco sentimental de la alcaldesa de la ciudad, la eterna Rita Barberá. Ella fue la encargada de entregarle las llaves de la ciudad –no todas, por supuesto- a la Fallera Mayor de Valencia 2011. Y esta, a su vez, hizo su discurso de bienvenida a todos los falleros, valencianos, españoles, europeos y terrícolas a las Fallas 2011 que anoche mismo comenzaron.
El discurso de Laura Caballero tampoco fue mucho más emotivo que el de Rita Barberá. Al principio y muy astuta, rogaba a los valencianos que abrieran de par en par sus puertas y ventanas. Está claro que ella ya era consciente de que con la pedazo de llave que le entregaba la alcaldesa, no podría abrir más que una o dos ella sola. ¿Y para qué querría Laura Caballero que los valencianos dejaran sus hogares al amparo de los ladrones? Pues para que entre la pólvora de los petardos. Para que penetre el aroma de las flores. Para que las casas de toda Valencia se iluminen con el color y la belleza de los trajes regionales y de la sátira de los más de 600 monumentos artísticos que se “plantarán” en la ciudad de Valencia.
¿Escucharon sus motivos los miles y miles de falleros congregados anoche en las Torres de Serrano? Evidentemente, no. En primer lugar, los propios gritos y vítores de los asistentes enmudecían la voz de Laura Caballero, pese a tener una megafonía casi perfecta. Mientras hablaba Rita Barberá, las palabras más escuchadas entre el foso fueron “carajillera” y “lesbiana”. Porque Valencia sigue siendo una ciudad abierta, moderna y cosmopolita, no os quepa duda. Cuando el micrófono pasó a manos de la Fallera Mayor de Valencia, el gentío pareció calmarse, pero se reavivaba cada vez que ésta decía las palabras “falles”, “València” o “festa”. Como unos auténticos autómatas. Sin más. Sin saber realmente qué estaba diciendo.
Hoy la gente no hablaba en sus Facebook ni en sus Twitter (tampoco los medios de comunicación) del discurso de Laura Caballero, sino de lo pedos que iban –los asistentes- y de lo grande que fue el castillo de fuegos artificiales que se disparó después. Poco hubiera importado si en sus palabras, Laura Caballero hubiera introducido términos en ruso. O en rumano. O hubiera soltado algunos insultos. O hubiera eructado. O, directamente, se hubiera cagado en la madre de todos los presentes. Siempre y cuando supiera elegir el momento adecuado para hacerlo.
Podría haber dicho frases como: “Fallassssss… (applause) Este traje es horrible y los moños me están rompiendo las orejas” para que la gente animara y aplaudiera y no escuchara el mensaje. O también podría haberse sincerado y comentar “Valenciaaaaaaa… (applause) Rita Barberá nos ha elegido a todas tras un pase en bikini a solas en su casa” para que todos aplaudieran muchísimo y ninguno le prestara atención. Nadie se habría dado cuenta. Así funciona nuestro cerebro, nuestra capacidad de atención… y nuestro fanatismo. No os creáis que los valencianos somos idiotas. Lo mismo hubiera ocurrido en plena Puerta del Sol en Nochevieja con Anne Igarta.. Ighahartbe… Igahrbt… La rubia que presenta las Campanadas. Y las reacciones tampoco hubieran sido muy diferentes con un discurso similar en medio del chupinazo de San Fermín. Basta con saber decir las palabras clave en los momentos adecuados. Y todo sale a pedir de boca.
Seguro que ni vosotros mismos os habéis dado cuenta de con qué finalidad he escrito el artículo. Ni de qué he dicho realmente. Quizá esa era la gracia. Quizá seáis mis fanáticos. Quizá vosotros sí seáis idiotas. Pero sois mis idiotas. Y os Odio a todos con toda mi alma. Especialmente ahora, en el mes más grande para mi ciudad que me hará desaparecer una semana entera en la que os invito a todos a formar parte de las Fallas 2011 y disfrutarlas en grande. Pero eso será dentro de once días. De momento, nos vemos el miércoles. Hasta entonces:
¡FELIZ DÍA DEL ODIO A TODOS!
VALENCIANS, JA ESTEM EN FALLES!!!
Roberto S. Caudet
JAjajajaja, vale, yo por si acaso antes de que sueltes más sapos en medio de los vítores me quedaré en mi coruñita, jajajajaja.
ResponderEliminarMe encantaría ver a alguien leyendo el pregón de las fiestas y tirándose pedos. Jajajajajajajaja, ha sido total!
Me ha gustado mucho tu post. Felices fiestas!!!!
Divertidísimo, francamente. Yo pagaría por que el año que viene, la Fallera Mayor de Valencia decidiera confesar cuándo fue su primera vez y qué talla de sujetador utiliza....! =)
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