lunes, 26 de julio de 2010

Yo mismo me liaría a puñaladas con el juez y los 7 miembros del jurado



Después de varios minutos –decenas de ellos- reflexionando con los pelos de punta sobre cómo empezar a escribir esto, he decidido dejar de lado los comentarios irónicos, apartar mi lado humano y sacar la artillería pesada. El texto que viene a continuación no es apto para seres con corazón o un mero sentido de la justicia. El que avisa no es traidor.

Hoy quisiera hablar de Jacobo Piñeiro Rial, el asesino confeso de dos hombres de 27 y 32 años de edad, en el propio piso de las víctimas. El doble homicidio se cometió con CINCUENTA Y SIETE (57) puñaladas, algunas de ellas, señala la acusación “innecesarias para la consecución de su muerte, aumentando deliberadamente el sufrimiento” de los dos fallecidos. Insisto, fueron 57 puñaladas las que este energúmeno, porque no se me ocurre llamarlo de otra manera, asestó a una pareja en su propia casa.

Uno de los fallecidos intentó encerrarse en su cuarto y llamar a la policía, en vano. Jacobo Piñeiro, el homicida, no dejó los cuerpos sin vida en el suelo, sino que los maniató a dos sillas y estuvo con ellos alrededor de siete horas. 7 HORAS CON 2 MUERTOS A LOS QUE HABÍA ASESINADO ÉL MISMO. En ese tiempo, el mal nacido y subnormal de Jacobo se duchó y se tapó las heridas que le habían causado las víctimas antes de salir a la calle. Y aprovechó la situación para robar todo lo que encontró de valor y meterlo en una maleta de uno de los fallecidos. Sumadle, al doble homicidio, un delito de hurto. Terrorífico.

No conforme con haber asestado casi sesenta puñaladas a dos señores a los que había conocido esa misma tarde: repito, los había conocido horas antes; les plantó dos focos en el cuerpo y puso alrededor de ellos otros tres. Cerró las ventanas y abrió el gas. El piso ardería minutos después. Tenemos ya un doble delito por asesinato, uno por robo y además los agravantes de alevosía y nocturnidad. Y las drogas. Porque el asesino hijodeputa había estado drogándose con uno de los dos muertos desde primeras horas de la noche. Pese a lo drogado que pudiera estar, Jacobo actuó con absoluta frialdad, con una mente calculadora y ordenada: había asestado casi 60 puñaladas a dos chicos a los que iba a robar y a quemar en su piso para fingir otro tipo de muerte.

El caso sobrecogió a todo Vigo y, de hecho, hubo un jurado popular que llevó el caso. Que absolvió a Jacobo de homicidio. Sí, señores. Jacobo Piñeiro Rial está absuelto y en la calle desde hace dos semanas. Libre de cargos por doble asesinato con agravantes. Tan sólo tendrá que pagar por el incendio que ocasionó en la vivienda y que pudo “causar daños colaterales a los vecinos. ¿Qué os parece? Exacto. Un espectáculo lamentable el de las siete personas del jurado. Cinco mujeres y dos hombres, para matizar. Esos siete tremendos hijos de puta que exculparon a Jacobo de la muerte que causó a dos chicos. ¿Por qué? ¿Cómo se puede perdonar a alguien que haya cometido tal acto reprobable?

Jacobo, simplemente, alegó que cada una de las 57 puñaladas las golpeó por defensa propia. Manifestó que una de las víctimas había intentado acostarse con él y que, por miedo a una violación, se vio obligado a actuar. En efecto, las dos víctimas eran una pareja homosexual que vivía felizmente hasta que se les cruzó este ser inhumano por el camino. Aunque, imagino, si se les hubieran cruzado alguno de los siete miembros del jurado, igual habrían tenido la misma suerte. De hecho, tres de los miembros del jurado popular TERMINARON LLORANDO ante las palabras de Jacobo. Y no por empatía hacia las víctimas, sino hacia el asesino confeso “arrepentido”.

Sintetizo para acabar: un subnormal conoce a un chico. Se van juntos a casa y empiezan a drogarse. El novio del dueño del piso llega a casa. Después de horas de fiesta con más amigos, vuelven a quedarse los tres solos en casa. El energúmeno asesina con casi 60 puñaladas a la pareja. Pasa siete horas con ellos. Se ducha. Les roba. Provoca un incendio y se va a seguir con su vida normal. Alega en el juicio que tenía miedo a ser violado. Y el jurado popular lo absuelve.

¿Alguien más a parte de mí se ha quedado con la boca abierta? Gracias. La sentencia ha sido, evidentemente, recurrida y el próximo 16 de septiembre volverá a haber un juicio para volver a dictaminar algo sobre lo sucedido. Mientras, Jacobo Piñeiro tendrá que firmar todos los días en el juzgado de Cangas, donde vive actualmente con sus padres y su hijo, por posible miedo de que se fugue. Qué ilógico.

Hoy vuelven a mí unos deseos de asesinar tremendos. Días como hoy me dan un asco tremendo todos aquellos que van en contra de la pena de muerte. Asesinatos como éste me hacen sentir tan frágil y tan incomprendido que yo mismo me liaría a puñaladas con el asesino, el juez y los siete miembros del jurado que llevaron el caso. Hoy, al contrario que con el Mundial, no me siento orgulloso de ser español. Y menos todavía de estar bajo una justicia que permite este tipo de… No sé cómo llamarlos… ¿atrocidades?

Porque no termino de entender cómo alguien puede exculpar a un loco como Jacobo. Ni mucho menos como no sólo hay una persona en el mundo así, sino ocho. A todos ellos, igual que al propio Jacobo, les deseo la más terrible y agoniosa de las muertes. Les deseo un cáncer de pulmón, de garganta y de estómago. Les deseo que violen a sus hijas y que atropellen a sus padres. Les deseo que paguen con la misma moneda con la que han causado la muerte a dos inocentes y se han atrevido a decir que fue en defensa propia. Y que luego me absuelvan a mí de todos mis deseos por una enagenación mental. Terrible. Horrible. Desastroso. No me puedo creer que a eso se le llame Justicia. Y que a ése se llame ser humano. Qué lástima de cámara de gas en mi poder.

Qué vergüenza de Justicia. Qué lástima de país.

Roberto S. Caudet

7 comentarios:

  1. Este individuo necesita que le violen de verdad, que violen a su madre de verdad, a su padre de verdad a sus hijos de verdad. Y si es necesario yo me apunto a violarle con un machete. Mierda de país, mierda de jurado, mierda de justicia.

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  2. No sabes cuánto agradezco leer esto.

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  3. enseeeeeerio... a m o tu blog!!!
    No me pierdo ni uno...
    me encanta

    Miriam Rute

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  4. Coincidimos en los post, casi... bueno, yo en el anterior a ultimo.. la verdad es que estas cosas sacan lo más violento que tenemos, y muchas veces uno se cansa de ser tan moderado, y darle un par de ostias a este hijo de puta y cortarle el cuello.. uf, es increible lo que esta pasando.. si fuera otra personas a la que hubieran asesinado, otro gallo cantaria.

    Un beso cielo

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  5. No sé como puede haber gente así. Merecen la muerte.
    Y como pueden tener esa sangra tan fria. En fin.

    Encontré este blog por casualidad, es interesante.
    Saludos.

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  6. Entiendo lo que puedas sentir.Aquí por Argentina también tenemos lo nuestro.Todos los días una familia destruída a manos de la delincuencia.Todos los días alguien en libertad debiendo estar en la cárcel.Dejo mis saludos,llegué aquí por casualidad,pero prometo regresar.Te agendo a mi lectura.

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  7. ya no se que comentar sobre esto... que cada vez que lo recuerdo me pongo malo.
    Yo aparte de recurrir la sentencia les pondria una denuncia al jurado... que no sé de donde los han sacado.

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