jueves, 5 de diciembre de 2013

#LaVozDirectos, Gala 13 de La Voz


Segunda noche de directos de La Voz y nuevos problemas de audio, de coordinación y de seguridad en la mayoría de actuaciones del programa, que nuevamente dejó bastante que desear, especialmente por la elección de los nuevos 4 semifinalistas, que sumados a los 4 anteriores, completan la lista definitiva que concursará la semana que viene en esta criba demencial en la que sólo puede quedar uno, y en tiempo récord.

Las voces no fueron los únicos que cantaron, y aparte de todos en grupo con sus coaches (la única que puso algo de vida fue Malú, aunque Rosario estuvo muy armoniosa), también hubo tres actuaciones "estelares". La primera, de la propia Rosario Flores cantando su nuevo éxito, Yo me niego, un temazo del cual ya estoy enamorado del todo. La segunda fue Alejandro Sanz, ese pequeño gran hombre, que demostró que sus letras son cada día peor, y todos los que cantaron con él se vieron obligados a leerla sobre el telepronter. Qué cutrez. Los últimos fueron los actores protagonistas de la nueva serie de Cuatro, que ya lleva como 24 años grabada, y que aún no tiene fecha de estreno.

En cuanto a los concursantes, pues más actuaciones horribles, que están desmereciendo bastante la recta final del concurso. El equipo de Antonio Orozco fue potable: Agustín Tirado, Cristina Rueda y Damon Robinson actuaron en primer lugar. De Agustín sólo puedo decir, cayendo en lo fácil, que efectivamente, hizo honor a su apellido, porque quedó tirado del todo en su pésima versión de Roar. Cristina Rueda fue de lo mejor de la noche con una genialidad de Wrecking Ball, pero no empatizó con el público, y terminó hundida pese a ser una de las grandes favoritas. Damon Robinson conquistó a la mitad del público gracias a su voz y tablas sobre el escenario, aunque, particularmente, su estilo no me convence nada.

El equipo de David Bisbal fue bastante mediocre. Tina Riobo, Álex Escribano y Darío Benítez lucharon por un único puesto. La negra sabrosona se desinfló por completo y no logró lucirse para nada en su actuación. Álex estuvo perfecto, y a mí me pareció la estrella invitada de la noche. Estuvo genial tanto a nivel profesional como vocal, y no se le pudo poner ningún pero. Hasta su estilismo y la escenografía fue de cantante con recorrido histórico. Brutal. Mucho peor me resultó Darío Benítez, que cada día me gusta menos por lo encantado que está de haberse conocido y la prepotencia con la que canta cada verso. Sin embargo, fue él el que pasó, y también gracias al coach, no a los votos del público. Terrible.


Alba Lucía, Janyssha Lyon y David Barrull compitieron en el equipo de Malú. Mi querida Happy Hippo fue superior al resto, cantando con absoluta sobriedad y maestría un tema muy difícil. También lo hizo bien David Barrull, que arrasó con los votos del público, ofreciéndole el resultado final más alto de los que llevamos de programa. El flamenco es todo energía y ganas, y tiene una voz muy buena, aunque su estilo termine saturándome. Janyssha había sido enorme durante todo el concurso, pero es cierto que ha ido perdiendo fuerza, y yo anoche la encontré muy desubicada, fuera de lugar totalmente, incluso incómoda sobre el escenario. Una lástima.

La mejor semifinal fue, sin duda, la de Rosario Flores. Sandra Rodrigo, Idoia Bediaga e Ivet Vidal compitieron en último lugar. Sandra jamás me ha gustado y no sé por qué seguía en el concurso. Al final, terminó fuera, para mi total alegría. Ivet consiguió cierto apoyo del público, pero tampoco los suficientes. A mí me parece demasiado chillona, me resulta desagradable. En cambio, tuve alegría total cuando se clasificó Idoia Bediaga, con un resultado también contundente. Su actuación fue perfecta, con ese estilazo que tiene y esa voz tan peculiar, y versionó con total acierto el You are the one that I want de la BSO de Grease. La adoro.

¡FELIZ DÍA VOCAL A TODOS!

1 comentario:

  1. "Hubo tres actuaciones "estelares". La primera, de la propia Rosario Flores cantando su nuevo éxito, Yo me niego, un temazo del cual ya estoy enamorado del todo. La segunda fue Alejandro Sanz, ese pequeño gran hombre, que demostró que sus letras son cada día peor, y todos los que cantaron con él se vieron obligados a leerla sobre el telepronter".

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