jueves, 20 de diciembre de 2012

Afónico




La Voz española ya tiene nombre y apellido y se llama Rafa Blas. Así lo decidió una mayoría de votos de la audiencia del programa revelación de 2012. Francamente, me habría encantado saber cuánta, pero anoche la realización del concurso dejó mucho que desear, por no hablar de la organización, de los presentadores y hasta de los propios concursantes. Sí, señores, lo que podría ser una última Crónica de La Voz calmada y elegante se va a convertir, forzosamente, en una Crónica de guerra. Agárrense, que vienen curvas.

Este talent show se ha caracterizado por su valiente apuesta por la música en directo. Cierto es que la banda estaba relegada a un cuarto o quinto plano (allá al fondo, tras los pantallazos), pero ahí tocaban, en riguroso directo. Risto Mejide lo pedía siempre en Operación Triunfo y para La Voz se ha conseguido. Las voces y los coristas también han sido siempre en riguroso directo. Al fin y al cabo, no podemos olvidar que se trata de un talent show de prestigio mundial y que aterrizó en España para arrasar con todo. Pues bien, ¿cómo pueden permitirse el lujo de dejar que los cuatro finalistas lleven la letra apuntada? Maika fue la única profesional en esta Final (la semana pasada la lió pero bien). Con Pau Piqué tuvieron más acierto y cuando él cantó la estrofa de Rap con Cullum, la cámara lo enfocaba muy de lejos para no ver cómo miraba hacia el papel que sostenía su mano izquierda. Jorge González fue el menos disimulado, y leyó todos sus versos en un papel –que él mismo giraba- sobre el piano que tocaba Pablo Alborán. Y Rafa, el flamante ganador, se quedó blanco mientras cantaba con su asesor, Luis Fonsi. Me parece de pena. Si estos cantantes no tienen la suficiente memoria para aprenderse la mitad (o menos) de cuatro canciones, para mí no se merece ganar ninguno.

Y hablando de ganar… ¿Qué se supone que ganó Rafa? Sí, era algo así como un disco, ¿no? Francamente, eché de menos que se viera a algún directivo entregarle un cheque a Rafa. Que explicasen un poco quién pensaba producirle el disco, o qué temas han pensado para él, o cuánto tiempo creen que van a tardar en editarlo y tenerlo preparado… A todo esto, ¿pero el disco era de Sony, Universal, Warner Music…? Me pareció un final de programa muy descafeinado, como muy fugaz. Ha ganado Rafa, bien, ya está, corten el programa, no, esperen, falta un último anuncio de pan Bimbo; ahora sí, ceeeeerrramos. Fatal. Llamadme romántico, pero yo creo que aunque sea un ramo de flores, algo le podrían haber dado a Rafa, ¿no? No he visto ganador más cutre en mi vida. Y no creo que fuese por falta de tiempo… La gala duró 4 horas, algún hueco podrían sacar para pensarlo… Aunque fuese uno de los coches que patrocinan el programa. O una joya. O una conexión a Jazztel. O el libro del programa, mirad lo que hace Mercedes Milà con los expulsados de Gran Hermano… Pues no. Aquí ni agua. Muy deprimente todo.

Para deprimido, el concursante que tuviese el 46% inicial de los votos que nos mostraron. Porque, la primera conexión con porcentajes que nos ofrecieron nos decía que había un claro ganador con casi el 50% de los votos y luego el siguiente no tenía apenas un 26%. Los otros dos se repartían el 30% restante. Sin embargo, a mitad de Gala (por más que decían que iban a cerrar teléfonos, no lo hacían nunca) nos aseguraban que los porcentajes estaban, los cuatro, rondando el 25%. Sin duda, este baile de porcentajes tan exagerado sólo se puede deber a dos posibles causas: la primera, y menos creíble, que anoche estuviera votando toda España entera y los porcentajes subiesen y bajasen cual montaña rusa; aunque al primero, por lo visto, no lo quería nadie de repente; la segunda causa es justo al contrario, que nadie haya votado. De esta manera, si solo hay 10 votos, en cuanto sumamos 3 llamadas, el porcentaje puede variar sustancialmente.

Otra cosa que no entendí muy bien fueron las actuaciones de anoche. Sí, cada finalista cantó solo, con su coach, con su asesor (menos Pau Piqué, que cantó dos veces con Malú) y también con dos de los invitados. Y entiendo perfectamente que, para hacer más dinámica la gala (…………………) intercalasen estas actuaciones. Pero, ¿alguien se cree que de verdad Tiziano Ferro no fuese por un esguince en el pie? ¿No ha aprendido nada del Rey Juan Carlos? Qué delicados son los italianos… ¿Y por qué todo eran baladas y canciones a medio tiempo? Eché mucho de menos algo más movido, alguna canción fuerte, algo apoteósico que nos hiciera recordar que seguíamos en la Final. Lo más emocionante fue el Hijo de la Luna de Bisbal y Rafa (en versión Stravaganzza) y aún así la hicieron más lenta de lo que es. Vamos, que la mitad de canciones de los anuncios tenían más vidilla. Francamente, me hubiese gustado ver a alguno de los ex concursantes cantando. O a todos (sí, a los 56). A Sharay Abellán a dúo con Brequette o a Ruimán haciendo un solo y quedándose a gusto por fin. Ni un mísero recuerdo a todos ellos. También horrible, este punto.

El resultado ya fue soporífero. Ver a Pau Piqué 4º me pareció comprensible. Pero tener que dejar a Maika como 3ª clasificada me pareció horrible. Deslució cualquier momento de los que vinieron después. Jorge González tampoco pudo con su legión de braguitas mojadas y aflamencados varios y al final ganó Rafa (enhorabuena, de verdad). Insisto, no sabemos con qué porcentaje de votos. Pero poco importa. Creo que no fui el único que en cuanto echaron a Maika (ojo, pasada la 1 de la madrugada) perdió todo el interés por el programa. Me quedo con un sabor de boca muy agridulce. Con la sensación de que ni el propio programa está convencido del resultado. Con la idea de que Rafa no tiene nada especial en su voz. Es el heavy, sí, pero no destacaría entre cuarenta de ellos. Ni Jorge tampoco, no nos engañemos. Ahí los que verdaderamente daban sentido al programa eran Pau y Maika.

Ahora vienen los: “No pasa nada. Si luego hay carreras colaterales”, como decía Melendi –como repitió Melendi tooodo el programa-. ¿En serio alguien lo cree? El programa ha sido un exitazo, pero ha sido fugaz. Entre las audiciones a ciegas y las batallas, realmente hemos visto sólo cinco o seis actuaciones de cada uno de los finalistas. De los demás (Paula Rojo, Anabella, Emmanuel, Paco Arrojo, Abraham, Neus Ferri, Yanela…) ni siquiera un par bien hechas. Seamos realistas, no los hemos disfrutado tanto como para quererlos de verdad –como sí pasa con Operación Triunfo- y querer comprar un CD. Con la victoria de Rafa está la prueba. Maika tenía un 50% más de suscriptores y fans más en las redes sociales que Jorge y Rafa, sin embargo, perdió ante ambos. Ya lo dijo Tania Llasera, muy desafortunada, anoche: “Tuitear es gratis; pero votar, oye, pues cuesta”. Y no poco. Y más en crisis…

Habrá segunda edición de La Voz. Pero veremos el bajón de audiencia que tendrá. Lo veremos. Los cuatro coaches han sido magníficos. Hemos descubierto a una Rosario muy protectora de lo suyo. A un Bisbal más paleto y simple de lo que nos pensábamos, sobreactuado hasta la saciedad y siempre queriendo llamar la atención. Malú es lo más. La hemos visto llorar, moquear, reírse y hormonarse, siempre muy implicada con el programa y con sus voces. Y Melendi ha sido todo un coach profesional, genial y divertidísimo. Me llevo también el haber descubierto a Anabella, a Maika, el haber visto cómo se cumplía el sueño de Pau Piqué y cómo se emocionaba como un niño cuando lo salvaban. Me llevo la barbaridad de seguidores, FAV y RT que me habéis hecho cada semana en Twitter. Las más de 20.000 visitas en el blog. Los centenares de mensajes y respuestas. Os llevo a vosotros. Porque ahora el que se va soy yo. No descarto volver a ser El Quinto Coach el próximo año. Pero, de momento, toca volver a ese Odio olvidado pero que hoy ha resurgido un poquito. Estas Navidades prometo dar mucha mucha guerra. Pero, hasta entonces y como siempre…

¡FELIZ DÍA VOCAL A TODOS!

No hay comentarios:

Publicar un comentario