Dicen que la moda,
además de ser lucidora y elegante, ha de ser transgresora. Pero, sobre todo, ha de ser cómoda y práctica. Estos
últimos conceptos los han debido de tener muy en cuenta los diseñadores
australianos del producto que del que os hablo en este artículo. Se trata de unas zapatillas que se convierten en tienda
de campaña. La verdad es que, dicho así de repente, uno piensa que qué
necesidad habría en juntar el calzado con un hogar. Es como si me da por
diseñar una bufanda que también es
microondas. O una pulsera que es caja fuerte.
Pero el caso es que esto ya lo han creado, así que ahora ya
no hay discusión que valga. Uno puede quererlo, odiarlo, respetarlo, usarlo o
reírse de él. Pero ahí lo tenemos. Ya me estoy imaginando el vídeo de la Teletienda, a partir de
las cuatro de la mañana, diciendo algo como “¿has ido a por caracoles al monte
y se te ha hecho demasiado tarde?” “¿Has
tenido una pelea con tu suegro mientras buscáis setas en una cueva perdida de
la mano de Dios y ya no sabes cómo volver a casa…?” “Aquí tienes las
zapatillas – tienda de campaña, el invento definitivo”. Y ríete tú de la batamanta y del anorak – saco de dormir que osproporcioné hace unos días.
Y no creáis que estoy de broma. Porque, precisamente, el
artilugio australiano se ha vendido a los medios de comunicación con el título
de: “¿Demasiado camino hasta llegar a casa?” El que no se conforma es porque
no quiere. Yo os aconsejo que, desde ya, os pongáis estas zapatillas. Por si os
apetece una siesta tras un día de compras. Por si necesitáis un sitio donde
jugar al escondite con vuestros sobrinos. Por
si os han entrado las ganas de un “pinchito” y no tenéis la casa libre.
Porque otra cosa no, pero fácil de usar es. Las zapatillas van con una redecilla
incorporada que contiene dentro todo lo necesario. Basta con desplegarlo,
unir ambas partes, darle la vuelta y clavarlo al suelo, para mantenerlo fijo.
No me diréis que no es genial. Eso sí, confío en que no se enrede tanto dentro
de la zapatilla como mis cascos dentro de mi bolso, o como empiece a llover, me
voy a empapar antes de formar la dichosa tienda de campañas. Porque también es impermeable y yo ya paso
de paraguas. A juzgar por la felicidad del gesto de la modelo, debe ser la
bomba, y no voy a poder separarme de él.
Quizá los colores no sean los más discretos. Y tampoco la
veo muy resistente a los ataques del Yeti. Ni
siquiera a los pelillos del bigote de José María Aznar. Pero, oye, por
probar, que no quede. Lo malo, eso sí, es que todavía no se comercializa. Los
diseñadores sólo la llevan de exposición en exposición a la espera de que una
multinacional se interese por ella (…jajajajaja!!!). Los de Decathlon estarán ya tirándose de los pelos conforme
me lean. Y seguro que vosotros, también. Sé que era el sueño de vuestras vidas,
pero tendréis que esperar todavía un poco. O iniciar vosotros la puja por él…
Suerte.
¡FELIZ DÍA DEL ODIO!
El monto del beneficio y las disposiciones beneficio también nunca cambian
ResponderEliminarpor una póliza de seguro de invalidez renovable no cancelable y garantizado
A continuación, encontrará un resumen de los diferentes tipos de seguros, y en qué se diferencian .
Mientras que en vacaciones, ya sea por negocios o por placer,
las personas suelen dormir en los hoteles .zapatillas