Isabel Pantoja ya está en la cárcel. Concretamente, en la
prisión de Alcalá de Guadaíra, donde ha entrado este viernes 21 de noviembre de
2014 a
las 7.55 horas. La tonadillera ha madrugado para la ocasión y ha sido recibida,
antes que por el resto de reclusas, por cientos de periodistas, cámaras y fans
de la cantante, que no han querido faltar a una cita que, más que legal, se ha
convertido en mediática, formándose todo un espectáculo como si la madre de
Paquirrín fuese, en realidad, la madre del Rey de España. No hay que olvidar
que La Pantoja
inicia así el cumplimiento de la pena de 2 años impuesta por blanqueo de
capitales y aunque ella ha recurrido y suplicado, la Audiencia Provincial
de Málaga desestimó hasta el último de sus recursos.
De nada le han servido sus presuntos conciertos previstos
hasta final de año, todos ellos cancelados según diferentes medios de
comunicación. Tampoco su labia habitual, transmitida a través de sus amigos /
satélites que colaboran en los programas de televisión. Se defendió como pudo
pero fue declarada culpable. Y, ahora, pasará a cumplir esa condena
interpuesta. No será un hecho agradable para ella, como tampoco para ninguna de
las personas que están presas en todo el mundo. “Yo no quiero que entre en la
cárcel”, decían algunos periodistas, intentando parecer mejor personas,
“nuestro corazón está contigo”, comentó anoche Mercedes Milá en la gala semanal
de Gran Hermano quince. Pues yo sí.
Me alegro de que esté en la cárcel. Y ojalá cumpla toda su condena. Porque se
la merece, porque así lo ha dictaminado un juez, porque es culpable.
Ya está bien de compararla con otros presuntos ladrones. Se
acabó eso de decir el “y tú más”. No podemos seguir con la tontería de que
otros han hecho más y están en su casa. También los hay que han hecho menos y
llevan meses en prisión. Y, en cualquier caso, el resto de justicia española
nada tiene que ver con su caso. Ella es ella. Es Isabel Pantoja. Y se ha
decretado prisión, y ha entrado. Todos y cada uno de los españoles deberíamos
de estar contentos de que, al menos aquí, la justicia se cumpla. Y tendríamos
que alegrarnos de que la mala gente, la que es corrupta, la que hace mal al
resto del país esté pagando por sus trampas para enriquecerse. Ya está bien de
ir de guays y de simpáticos. La
Pantoja está en la cárcel porque se lo merece. No hay más de
qué hablar, aunque ahora lo vayan a hacer todas las tertulias televisivas. Sólo
puedo añadir una cosa más… ¡¡Qué bien canta, la condená!!
@RobertoSCaudet
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