Los equipos continúan completándose, y no hay tiempo que perder. Los coaches lo tienen muy claro, y están empezando a ir a por todas. Les cuesta más girarse, ya no coinciden tanto como antes, y ahora sus críticas y sus comentarios para convencer a las voces resultan mucho más convincentes y sensatas. Anoche vimos desfilar a 17 aspirantes, de los cuales 6 se quedaron fuera. La verdad, algunos me dieron bastante pena, porque yo creo que sí se merecían otra oportunidad y sí que eran aptos. Pero, señores, recordemos que ellos sólo oyen. Y cantar bien, moverse bien e interpretar bien no significa necesariamente transmitir, llegar, traspasar.
Xandro Leima fue
expulsado ayer mismo. Tenía buenos matices y una actitud bastante solemne,
aunque la canción no le iba mucho, y ninguno de los cuatro coaches quiso girarse para acogerlo en su equipo. Lo mismo pasó con
Juan Valverde, el exvocalista de La
Caja de Pandora, un cantante con mucha personalidad y carisma que no convenció
con una canción demasiado chabacana, que le pasó factura. Lo siento bastante
por él, seguidor mío en Twitter desde hace años. También quedó fuera Patricia Clark, una profesional como la
copa de un pino que derrochó voz, pero le faltó convencer más.
La que no convenció en absoluto fue Olga Romero, exconcursante de Popstars
que demostró no haber madurado nada en absoluto. Continúa tan diva y digna como
siempre, y desafinando muy de vez en cuando. Demasiado torrente pero no bien
llevado. Drama. Raúl Ventura también
iba sobrado de voz, pero versionó demasiado un temazo de Nino Bravo, hasta
salirse del tiesto sin remedio. Quedó fuera. Como también se quedó a las
puertas el valenciano Jota Martín,
un joven atractivísimo al que no le faltó actitud ni tablas, pero que se exigió
poco para esta audición a ciegas, y no logró convencer a ningún coach, aunque en casa nos ganase a casi
todos.
La que no gana para disgustos es Rosario Flores, que sigue siendo la más atrasada en su equipo,
aunque acorta diferencias. Tiene ya a 10 miembros, gracias a incorporar ayer a
3 voces más. Una de ellas es Sandra
Rodrigo. Tiene buena técnica, pero le falta proyectar. Su voz se queda
atrás, y al final me resulta descafeinada. Veremos cómo avanza. También está ya
dentro del concurso Mari Carmen Muyor,
que destrozó La gata bajo la lluvia.
Me pareció pobre, muy escasa, fatal. Yo no entiendo qué pretende Rosario con su
equipo, pero me está pareciendo el más mediocre de todos. Eso sí, no será por Jorge Moreno (esta mujer va de Jorge a
Jorge y tira porque le toca), su voz más dulce, calentita, sentimental y
elegante. El chico está como quiere, y puede ganar votos con facilidad, porque
él ya ha asegurado que tiene varias toneladas de fans. No me extraña. Fue lo
mejor de la noche.
La otra gran fémina del concurso, Malú, tiene ya 11 voces en su poder. Anoche logró quedarse otras 3
más. La primera fue Janyssha Lyon (no
lo pienso escribir dos veces), que cantó más o menos bien, pero sin brillar
demasiado. También se quedó al flamenco Silverio
Belmonte, que a mí me parece el nuevo Paco Arrojo, tan desmedido,
desenfrenado y con ese estilismo tan de la línea gay de Zara. Malú también ha
ganado la voz de Érika Gómez, aunque
la chica en cuestión se llama Verónica. La pobre es choni. No sabe vestir, no
sabe peinarse y lleva un piercing
blanco en el labio. Pero canta bien, qué le vamos a hacer. A mí me gustó bastante.
Eso sí, que mejore su inglés del todo, porque lo lleva a nivel Relaxing cup of café con leche, in Plaza La
Voz.
Antonio Orozco
también ha sumado 3 voces más a su grupo, y ya van 11 en total. El artista ha
logrado llevarse a la voz de Elena Grau,
con unos magníficos falsetes y tan dulce como profesional. A mí me gustó mucho,
pero ya veremos si logra convencer al resto del planeta. El que también me encantó fue Nacho Lezcano, un argentino con una
sonrisa para comérselo y que cantó bien, interpretó bien, tuvo buen rollo y un
registro gravísimo que fue lo más. Magnífica versión y magnífico todo. Orozco
también ha aceptado a Eduardo Ruiz,
que pisó el escenario desafinado, pobre y bastante deficiente. No le vaticino
ningún futuro, pero parece que gustó bastante. No le he debido encontrar el
punto... Pero es que al cansino de su coach
tampoco se lo encuentro.
Y de David Bisbal
ni me pronuncio, porque es casi peor, que éste viene ya sabiendo lo que hay. Lo
tengo muy atragantado, porque me resulta excesivamente falso, exageradamente
pedante y tan antinatural como sobrevalorado. Anoche volvió a conquistar a dos
voces, una genial pero la otra pésima. La genial es David Velardo, que decidió lanzarse a la piscina con un tema de
Queen y que enamoró a medio país, que es, básicamente, la audiencia media del
programa. A mí me parece que pudo hacerlo mejor con otra canción, pero que supo
defenderse y hasta con nota. En cambio, a Marta
Oliva el tema le vino muy grande, y estuvo desafinada y ahogada todo el
rato. No quiero ni imaginármela si hubiese bailado. Destrozó por completo su
canción. Y, de paso, mis tímpanos. Con ellos dos (las voces, no mis tímpanos),
Bisbal suma ya 11 voces a su equipo.
El que espera seguir sumando soy yo. Gracias de nuevo por llegar hasta aquí y por seguirme al minuto
cada lunes desde Twitter. Nos vemos el próximo martes en este mismo blog, o
desde ya mismo en mi cuenta personal de Twitter.
¡FELIZ DÍA VOCAL A TODOS!
Les cuesta más girarse, ya no coinciden tanto como antes, y ahora sus críticas y sus comentarios para convencer a las voces resultan mucho más convincentes y sensatas.
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