Señoras y señores, ya las tenemos. Las 24 mejores voces de
España ya han sido seleccionadas. Los cuatro coaches de La Voz terminaron anoche de hacer
sus equipos y ahora la pelea ya es de todos contra todos, porque en siete galas
elegiremos a la que se convertirá en la primera Voz ganadora del concurso.
Decidir quiénes son los 24 finalistas no ha sido fácil y anoche vivimos la
última tanda de batallas. Malú, Bisbal, Rosario Flores y Melendi tuvieron que
volver a decidir entre varias opciones y, lo peor de todo, aún recibieron un
toque de gracia final. Después de elegir a sus siete candidatos para ganar el
programa, se les obligó a formar un último dúo entre sus finalistas para
expulsar a uno de ellos y quedarse sólo con seis. Duro, la verdad es que fue
duro. Y más viendo algunos resultados…
Melendi solo vivió un último enfrentamiento, el que juntó a
Claritzel y Marta para cantar “Más que nada”. El tema no pudo quedarle mejor a
la andaluza (Marta) que en un perfecto portugués defendió la samba y la bossa
nova con una calidez y un amor tremendos. Claritzel, en cambio, me resultó algo
chillona y estuvo bastante descontrolada, claro que su timbre de voz tan agudo
no ayudó mucho. Sin embargo, Melendi la prefirió a ella. Dos veces. Porque en
la decisión final, el asturiano quiso enfrentarla de nuevo, en esta ocasión
contra Javi Mota, el objeto sexual por excelencia de este concurso y que anoche
nos dijo adiós, muy a nuestro pesar. Cuando Melendi lo “nominó”, le dijo que no
quería cometer más injusticias y que quería saber si era capaz de afinar toda
una canción de principio a fin. Como para hundirlo, al chico. Javi hizo todo lo
que pudo, y muy bien (aunque al tema entró de pena), pero de poco le sirvió. La
decisión ya estaba tomada y aunque el sexymbol logró expulsar a Mirela, anoche
el expulsado acabó siendo él. Toda una tragedia griega.
Malú también tuvo un único duelo en esta Gala, antes del que
decidió por sorpresa. Enfrentó a Isabel y a Alejandro Canals para cantar “Mi
amante amigo”, un tema de Rocío Jurado con el que los dos decidieron darlo
todo, aunque de poco les sirviera a ambos. Isabel tiene una voz muy linda y una
interpretación muy correcta, pero le faltó envolverse más con Alejandro,
buscarlo, tener más complicidad… Él, en cambio, estuvo muy pendiente de ella.
Derrochó su torrente de voz habitual y demostró unas tablas que le han dado
tantos y tantos años de experiencia sobre los escenarios. Malú quiso que pasara
él, pero por poco tiempo, porque lo volvió a enfrentar a Nuria en el último y
apoteósico duelo final para elegir al sexto finalista. Ambos cantaron su tema
de las audiciones a ciegas y Malú, a lágrima viva y limpiándose los moquitos
con las manos (literalmente), decidió expulsar al hombre que había salvado
hacía media hora para quedarse con la rockera y exultante Nuria, que si anoche
llega a dar más, desfallece en el escenario.
David Bisbal, por su parte, tuvo dos últimas batallas y un
enfrentamiento sorpresa final. En estas tres últimas actuaciones vimos mucha
mucha fuerza en el escenario y a siete (que no seis) concursantes aferrados a
su plaza en el concurso, aunque cuatro (que no tres) nos dijeron adiós. Abro
estos paréntesis porque el andaluz se reservó a las gemelas Marta y María para
batallar contra Paco Arrojo. Tres voces y no dos cantaron “No me ames” con más
acierto del que me esperaba. Si bien es cierto que tanto la voz de Jennifer
López como la de Marc Anthony son muy especiales y únicas, tanto Paco Arrojo
como las gemelas decidieron hacer suyo el tema y demostrar por qué habían sido
elegidos anteriormente. Él estuvo brutal, aunque se esfuerza tanto en los
agudos que me hace sufrir por sus cuerdas vocales. Ellas estuvieron más
descafeinadas y, además, una de las dos estuvo muy desafinada en algunos
momentos. Bisbal lo eligió a él. A quien no eligió fue a Sharay Abellán, a la
que enfrentó a Brequette, concursante que como siga en el programa dos galas
más va a optar por llamarse Pepa, porque anoche le cambiaron el nombre
cuatrocientas veces y hasta Rosario le preguntó: “¿Pero tú cómo te llamas?”
“Pepa, Rosario, me llamo Pepa”, le tenía que haber dicho para zanjar el asunto.
Esta concursante con un pelo digno de admirar fue todo energía y estuvo muy en
su línea, con esos matices que sólo ella sabe hacer y con unas caras
fantásticas mientras cantaba. Sharay no estuvo mal, para nada, pero en cuanto
supo que no era la elegida, se transformó en lo peor de sí misma. Cual niñata
mimada y consentida, besó a Bisbal fría como el témpano y bajó las escaleras
del ring para hacer un mutis por el foro sin despedirse de ninguno de los
coaches ni de los asesores. Ni siquiera del suyo, Luis Fonsi, que claramente le
tendió los brazos para cogerla y darle un último abrazo de apoyo y de despedida
amistosa. Desde aquí le aconsejo a esta diva de la música que se baje los humos
y que tenga mejor perder, porque el numerito de anoche fue despreciable y de
vergüenza.
El último dúo de Bisbal, para decidir a su sexto finalista,
terminó por enfrentar a Mara y Lola, sus dos cantantes más demoledoras y con un
estilo más igual. Un rollito muy de negra zumbona del barrio del Bronx. Las dos
cantaron de manera impresionante, sobra decirlo. Mara cambió la mitad de su
tema para hacer tantos agudos y tan roncos que parecía que en cualquier momento
iba a transformarse en el Rey León. Lola cantó brillante su tema, con ese
estilo tan de coro gospel que tanto me ha gustado y que tan perfecto lo hace.
Bisbal se quedó con Lola para mi alegría y para la suya, que la pobre estaba
hecha un flan. Rosario Flores también vivió momentos muy tensos anoche, en
parte, por su poca gracia a la hora de formar las parejas que se han ido
enfrentando. El primero de los retos enfrentó a Angélica y a Noemí para cantar
“Vivir sin aire”. Todos teníamos más o menos claro que Angélica acabaría siendo
la ganadora, y así fue. Con una voz personal y muy bella y un dominio claro de
la situación, logró merendarse a una Noemí que se defendió como gata panza
pa’rriba, aunque no fue suficiente. Las dos estuvieron grandes, pero sólo podía
quedar una… El otro de sus dúos juntó a Anael y a Estitxu para cantar la
discotequera “I wanna dance with somebody”, tema con el que ninguna logró
lucirse lo más mínimo, y eso que vivieron una verdadera batalla. Las dos
cantaron juntas, pero en ningún momento fueron un dúo. Las encontré anti-armonizadas
y muy fuera de sitio a ambas. La ganadora final fue Anael. Mi enhorabuena.
Pero Rosario aún tuvo que hacer un último duelo final, ése
por sorpresa para decidir a su sexto finalista. Para mi sorpresa, decidió que
fuesen sus dos niños, Jorge González y Juan Carlos, los que se batiesen por la
ansiada clasificación para las Galas en directo. Como el resto de los
“nominados” (llamadlos como queráis), ambos cantaron sus temas iniciales. A
Juan Carlos lo vi todavía más cansino, hortera y Pitingo cantando esa versión
terrorífica de “Summertime”. Rosario pareció encantada, aunque no dudó ni dos
segundos en expulsarlo frente a su ojito derecho y ex triunfito, que cantó
Lucía y, de nuevo sobrepasó con creces el minuto y medio que les dieron al
resto. Otra de esas injusticias que se han cometido durante estas ocho galas.
Con su club de fans y una cara bonita, Jorge González tiene muchas papeletas
para ganar este concurso, Dios no lo quiera.
Os recuerdo que, a partir del próximo miércoles, las Galas
ya son en riguroso directo y que me podéis seguir por Twitter que, como
siempre, la comentaré al minuto.
¡FELIZ DÍA VOCAL A TODOS!
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