Telecinco estrenó anoche la segunda edición de La Voz, respaldada
por más del 23% de la audiencia y rozando los 3,5 millones de espectadores
durante sus tres horas de emisión. Como no podía ser de otra manera, las
audiciones a ciegas se estrenaron con tanta tensión como emoción. Serán más de 70 las actuaciones que veamos
pasar por ese escenario tan cruel, en el que los que deben decidir si
sigues o no en el concurso lo hacen de espaldas. Y uno tiene sólo minuto y
medio para defender un tema. La mitad de tiempo que ofrece Eurovisión, que ya
es poco.
Por eso no se explica cómo hay algunos concursantes que se
dejan tanto, que se suben al escenario de La Voz con
canciones mediocres, con una actitud
simplista y derrotada. Esta fase del concurso pide que uno luzca toda su
voz posible, sus giros, sus agudos y sus graves, que sepa encandilar con una
canción que nadie se espere que vaya a sonar, que pueda sorprender sólo con su
timbre. Y en eso fallaron los cuatro (cinco, en realidad) aspirantes a Voz que se quedaron ya en el camino.
Laura Pastor
defendió un grandísimo tema (One day or
another) que terminó comiéndosela. Una chica que se dedica al doblaje (es
Hermione Granger en la saga Harry Potter)
no puede quedarse tan corta de todo. Pretendió lucir voz y artificios, pero
quedó sosa, gritona y desagradable en algunas partes. Nadie se giró para
comprarla. Tampoco lo hicieron con Sarah
Miró (la hermana de la actriz y presentadora Kira Miró, y no es broma).
Como consejo, si una canta Metálica, mejor que tenga ciertas aptitudes para el
rock o quedará muerta. El baladón que escogió la devoró por completo. Le faltó
diferenciarse, brillar y soltarse. Peor fue el caso de Mayka Alonso, que destrozó por completo su actuación. Ya lo dijo su
madre: “es muy grande esto para ella”. No sé muy bien qué la hizo llegar hasta
allí. Ni tampoco a los amigos murcianos Fran
y Salva, tan chungos como karaokeros. ¿Pero en serio se creían capaces de
pasar una audición a ciegas? Qué drama.
Aunque, entre vosotros y yo. No sé si me parece más drama
quedarme a las puertas o que se me gire Rosario
Flores y tener que quedarme con ella. El año pasado ya demostró que su
criterio para escoger a sus Voces es
desconocido, siniestro y caduco. En esta ocasión parece que las cosas tampoco
le van a ir mucho mejor, si sólo sigue interesada en voces aflamencadas que
nada aportan ya al panorama musical español. Su equipo ya ha sumado a dos
concursantes. Por un lado tenemos a la señora Estela Amaya, fuente de lágrimas que ya hubiese querido para sí
misma Geno cuando participó en Operación
Triunfo. No le vi nada especial, pero como concursante de relleno está
bien. No aspirará a mucho más, pienso. Tampoco creo que dure Idoia Bediaga, su voz es tan particular
como cómica. Suena a antigua y parece Dita Von Teese. Disfrutó como pocos en el
escenario, pero dudo que sepan cogerle los temas que necesita.
El que parece estar necesitado es Antonio Orozco. Necesitado de protagonismo. De su minuto de
gloria. De un valium. Por favor, ¿alguien puede decirle a este señor que no
está en La hora de José Mota? Sus
gracias continuadas y su peloteo de manual hacia todos y cada uno de los
concursantes ya me ha saturado hasta el mes que viene. Orozco, ese hombre que
medio país ve muy sexy y yo no entenderé nunca por qué, ha logrado que dos
personas se vayan con él. Lo cual es demasiado preocupante, ya que se giró 9
veces. Su primera adquisición es la de Ainhoa
Aguilar, la canaria que Telecinco ya vendió en su presentación del
programa. Voz no le falta, de hecho va demasiado sobrada. Se descontroló
muchísimo, pero bien guiada, puede dar mucho juego. El que no necesita guías,
porque su estilo es tan personal como original, es Jaume Mas. A nadie le pasó desapercibido este mallorquín, ya fuese
por sus rastas, por su vestimenta, o por cómo fue capaz de darle la vuelta a su
canción, y convertirla en una versión tan genial como reggae. A mí ya me ha ganado.
Bueno, ganarme, ganarme… La única que me gana siempre es Malú. Yo tengo clarísimo que me iría
con ella. En caso de que se girase, por supuesto. La diva del pop español
empezó tarde a coger su equipo, y miedo me da el futuro que le deparan sus dos
voces escogidas hasta el momento. Gabri
Serrini versionó el If ain’t got you de Alicia Keys con bastante
maestría. Ya sólo por el gusto de escoger estas canciones, uno debería pasar sí
o sí. Pero es que además Gabri tiene actitud de artista, cuerpo de artista,
ojos de artista y nombre de artista. No se le puede pedir más. Su único
compañero por el momento es David Barrul,
quien escogió un tema del padre de Malú, Pepe de Lucía. A mi juicio, le faltó
estilo, personalidad y voz. Pero ha logrado encandilar a la madrileña. Veremos
por cuánto tiempo.
Y, hablando de tiempo, no sé si David Bisbal tiene mucha prisa por terminar el programa, pero en la
primera gala (y son 6 de audiciones a ciegas) ya ha alcanzado el 25% de su
equipo. A este paso, el de Almería se pone ya con las batallas y entrega el
premio mientras el resto aún no ha conseguido ni girarse tres veces. Pero es
que todas las voces quieren irse con él. Es muy comprensible. Algunos creerán
que, por su paso en OT, es el que más
les va a ayudar y a entender. Y, además, es el campeón de la primera edición.
Por cansino, sobreactuado y desfasado que sea, yo también lo tendría en cuenta.
De momento, Bisbal suma 4 voces. Y su nivel es alto. Darío Benítez tiene un poder vocal impresionante, de graves a
agudos. Y sabe tocar el piano. Y es argentino. Tiene todo a su favor. Salvo su
gusto por la moda. Qué horror de americana. Estíbaliz Martín no se lo pondrá fácil. En ningún sentido. Porque a
hortera también va a pelear. Pero es que esta jovencísima cantante se atrevió
con un lírico operístico de la BSO
de El fantasma de la ópera. Ahí es
nada. Y lo bordó. Yo quedé maravillado. Fue mi nota más alta de la noche.
David Bisbal también se ha llevado a su equipo la voz de Dina Arriaza. Me pareció floja, escasa
y desagradable, pero los cuatro coaches se giraron por ella. Y mi Twitter
enloqueció. Tendré que darle otra oportunidad, pero de momento me parece de lo
peor del programa. Y atreverse con un tema de Amy Winehouse… Osada, la chica.
Claro que para osada, Tina Riobo,
una negra zumbona (con todo mi amor, lo digo) que el año pasado ya pisó el
escenario y no logró que nadie se girara, pero ha querido repetir ocasión. Este
año los cuatro se dieron la vuelta. Incluso Rosario aseguró que se acordaba de
ella. El caso es que voz no le ha faltado en esta ocasión, aunque no sé si su
estilo venderá mucho por aquí.
A los que nos queda mucho por comprar es a nosotros. Que
sólo llevamos 10 voces escogidas, y necesitamos 64. Largo será el camino. Pero se hace camino al cantar.
¡FELIZ DÍA VOCAL A TODOS!
"Esta fase del concurso pide que uno luzca toda su voz posible, sus giros, sus agudos y sus graves, que sepa encandilar con una canción que nadie se espere que vaya a sonar, que pueda sorprender sólo con su timbre".
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