La segunda semifinal de Eurovisión 2014 para mí siempre
estará marcada por la enorme actuación de Israel, la entrevista de la
presentadora del Festival a Conchita Wurst y, por supuesto, la actuación de
Australia que, por primera vez, podía “participar” en el concurso, como
estrella invitada y tras haber participado todos los países, pero ahí estaba.
Ha sido un auténtico lujazo poder ver una canción que, con total seguridad,
habría quedado en un puesto muy aceptable, porque era más que notable. Grandes,
australianos, sois grandes.
También es cierto que estará marcada porque es la semifinal
en la que más he acertado de las dos, 8 de 10. Me hubiese gustado tener a una de mis súper
favoritas, Israel, en esta lista de aciertos; pero otro año será. Siempre cae
alguna de las que amo absolutamente en Semifinales, es Ley Eurovisiva. Las que
no me han dado ninguna pena han sido Lituania, Georgia y Macedonia. Lituania ha
enviado a una cantante del futuro, como Neutrex, pero que con tanto viaje
interespacial se ha dejado la voz en 2023. Para entonces, que vuelva. Qué
horror de canción y de actuación. Georgia, en cambio, han intentado viajar a
ese futuro de Lituania, con parapente incluido, y una buena carga de marihuana,
que para los viajes por el tiempo siempre viene bien. Qué horror. Macedonia
prometió mucho con ese videoclip cargado de chotazos pero al final, y como era
previsible, solo ha quedado la cantante dando golpes al aire con su brazo, más
sosa que el palo de una escoba puesto del revés. Por Irlanda tampoco es que
sienta pena en exceso; aunque la tenía clasificada en mi previa y hoy tras ver
las actuaciones. Ha estado muy descafeinada, y aunque la canción sonaba a
himno, sonaba a uno de 1990. Demodé.
La que se merece un párrafo aparte es Israel. No entiendo,
francamente, como Europa ha podido dejarse a mitad de camino a mi querida Mei.
Era voz, era torrente, era garra, era baile, era estribillos, era fuerza, era
auténtico Eurovisión. Era una diva con un directo impecable y con una actuación
que ya hubiesen querido para sí muchos de los países que, sin un gran decorado,
no sirven de nada. Ahí estaba Mei, sola con sus dos bailarinas, haciendo
maravillas en Copenhague y levantándonos a todos. De nada ha servido. Sé de
buena tinta que la cadena de Israel se ha despedido con un crespón negro en su
pantalla. Los foros allí arden. Traerá consecuencias y, si no, al tiempo. Era
una enorme. Fatal me sabe.
Finalmente tenía fuera de la Final a Bielorrusia y Grecia,
aunque ambas han pasado, y me alegro por sus países y por sus propuestas, que
en estudio sonaban genial… Pero al pasar al directo se han suicidado ambas.
Bielorrusia es una gran basura este año como puesta en escena, seamos serios. Y
Grecia conquista porque es Grecia y es un país que en Eurovisión se desvive y
nos trae temazos… Pero este año podrían haber descansado en la Semifinal. Había
cosas mejores. Una de ellas, por ejemplo, Eslovenia, que me ha alegrado que
pasase. La señora de la flauta travesera nos ha deleitado con su canción más
sencilla y eurovisiva que me enamoró desde el primer día que la oí. Su
actuación en directo tampoco es brillante, pero es efectiva.
Lo mismo le pasa a Malta, que sin ser un temazo, sabe
crecerse en los estribillos y lucirse en el directo, claro que su homenaje a la
II Guerra Mundial va a sumar muchos más votos de los que se podían esperar en
un principio. Tocan el corazoncito, como toca otra cosa el señor de Suiza y su banda.
La mitad de mi Twitter aseguraba tener ya una mano ocupada mientras el chico se
deleitaba entre silbiditos y palmadas varias. El tema es pesado, pero se pega
muchísimo, y no me extrañaría que incluso diese campanada. Es muy de Final, la
verdad. Me alegro por ellos, se han crecido mucho en directo. Algo así le pasa
a Finlandia, que lleva una de las mejores iluminaciones de este año, para el
tema más rockero de 2014 y que, personalmente, disfruto con cada nota. Es
música en estado puro. Felicidades.
Mi 5ª clasificada de la noche era Polonia, y me gusta ver
que también ha logrado crecerse aunque, francamente, el directo de las amigas
pornográficas es muy deficiente. Me ha parecido curioso que, finalmente,
cantasen más partes en polaco que en su canción de estudio y, de hecho, queda
casi mejor. Este sábado toca ver pechos. Y también mucha magia y efectos
especiales, gracias a Rumanía. Soy fan absoluto de Paula Seling y sus falsetes,
agudos, gorgoritos y toda la pajarería que tiene metida en su garganta. Esta
mujer es brutal y la canción se sale gracias a sus estribillos, la verdad. OVI
sigue pareciéndome que sobra, pero ahí lo tenemos un año más. Casi es como
Valentina Monetta. ¿Repetirán tercer puesto?
Noruega también ha pasado para mi alegría, porque el baladón
que se marcan este año es soberbio, y su puesta en escena es tan sencilla como
eficaz. Es una de esas canciones que hay que sentir, hay que disfrutar, y hay
que oír sin ver, con los ojos cerrados y pensando en lo que se nos pase por la
cabeza. La he subido bastante en mi quiniela. Igual que a Austria, cuya
representante vale su peso, y el del noruego, en oro. Conchita Wurst es
auténtica pasión por los escenarios, y se los come. Ha sido una de las
actuaciones de la noche. Se sabía favorita y no ha defraudado a nadie. El
sábado volverá a pelear, pero en esta ocasión contra otros 25 titanes, que
serán votados por otros 36 países. ¿Logrará volver a levantar ovaciones? Confiemos
en que sí. A Austria también le toca ganar ya. Y a volar como el ave fénix.
¡FELIZ DÍA EUROVISIVO A TODOS!
@RobertoSCaudet
No hay comentarios:
Publicar un comentario