¡Último Día del Amor! La semana especial por el I Aniversario del Odio acaba con las últimas iniciales del Rosco del Amor (de la Q de Queso a la Z de Zapdos). Antes de comenzar, quisiera aclarar que, obviamente, hay muchas más cosas que me gustan especialmente y que las he dejado a un lado, porque, ¿quién no os dice que el Amor vuelva al blog? Me alegra absolutamente la acogida que han tenido las entradas, que si bien no han sido muy comentadas, ya han subido a los puestos más altos en las visitas del blog, que además ha incrementado de manera inusual el número de personajitos que queréis Odio en vuestras vidas. Bien hacéis.
Es la primera vez –este artículo, digo- que he de publicar un Odio (en este caso, Amor) cuando la entrada anterior todavía no ha recibido un solo comentario. Qué lamentable. Gran Hermano 12 está perdiendo repercusión hasta en mis crónicas. Lo voy asumiendo. Lo voy asumiendo… Sin más, os dejo, tras el éxtasis de un 5-0 en casita, con las últimas palabras amorosas del blog. ¿Preparados? ¡TIEMPO!
Queso. Como decía en la CH de Champiñón, el queso es un alimento que me pierde. Probablemente el que más lo haga. En otra vida fui un ratón, no me cabe duda. Adoro el queso en todas sus modalidades, en todos los platos posibles y de cualquier manera cocinado… Y otros dos pequeños secretitos confesables: me encanta añadirle queso en lonchas a la sopa (para hacerla crema) y me como el queso azul a cucharadas. Sin más y a deshoras. Esto mi madre no lo sabe, creo. Muajajá.
Roser. La cantante catalana salida del desaparecidísimo Popstars, es una de mis cantantes favoritas. Ella tiene la culpa real de este blog, y algún día se lo agradeceré. Gracias a ella he conocido a personas magníficas que llevo en mi corazón, y además con sus canciones –petardísimas, por supuesto- me he desahogado más de una vez. Que la violencia no es buena… Roser tuvo su momento estrellita en el artículo “Por muchas lunas llenas” y además y como digo, es la culpable del título del blog y del titular del primer artículo, “Ataca La Bestia”. Ahora lo entendéis todo mejor, ¿verdad? Algún día contaré la verdad del Odio y de su sentido…
Sawyer. Y, por supuesto, en este último tomo también tendría que haber algún Hércules. De hecho, hay otro más por abajo… pero no leáis antes de tiempo. Sawyer es, sin duda, el mejor personaje de la serie –también desaparecidísima- Perdidos. Aunque nos quisieran vender la moto de que el médico (el estúpido médico) era el protagonista, el papel de Sawyer y su evolución siempre dentro de la Isla ha sido mítico. Nunca un personaje dio tanto juego, tanto odio y amor a partes iguales. Josh Holloway se mereció un Óscar o cuatro por cada una de las temporadas. Como diría Nuria, “Sawyer es amor”.
Titanic. El Odio también tiene su lado romántico, y la historia de Titanic lo hace resurgir de las profundidades. Nunca mejor dicho. Hasta la tragedia del 11-S, nunca un acontecimiento me dio tanta lástima como el hundimiento del Titanic, y eso que ni lo viví. La historia siempre me ha impactado y sobrecogido muchísimo, y la película, aunque esté protagonizada por el pésimo Leonardo diCaprio, bien merecidos tiene los 11 Óscar. Es, simplemente, OH. Por supuesto, me he pateado varias veces las exposiciones que han hecho (la última, que recuerde, en la Ciudad de las Artes y de las Ciencias en Valencia, con objetos reales y partes del barco reconstruidas). Qué grande.
Uruguay. Si es que este Rosco tiene guiños para todos. El que se queje es por vicio, y punto. Todo lo que sé de Uruguay es por interés propio salido del amor –amor real, platónico, sexual, idealizado…- que siento por Diego Forlán. Ese futbolista rubito y fibrado que para todo el mundo menos para mí (y para la guarra de su novia), es más feo que pegarle a un padre con un zapato del Fary manchado de silicona frita de los pechos de Ana Obregón. Pues a mí me encanta. Hasta el punto de comprarme –me la regalaron- su biografía, sí. Desde aquí le mando un saludo cordial (y todo lo que surja) por si me lee. Y otro para Lu. Muá.
Vegetariano. Casi tres años y medio de “régimen” vegetariano voluntario me han dado para mucho. No es lo que tengo, es lo que soy… Y lo que como. Qué ricas están las verduras. Qué cruel me parece matar un animal por que sí. Y qué cavernícolas me parecen todos los que se pueden poner la piel de un animal para vestirse. Jamás entenderé esas matanzas de focas, ni las capturas de ballenas, ni la caza del zorro ibérico, o el que sea… Qué horror. Desde este Odio os animo a todos a que dejéis la ternera y os paséis a las espinacas. Muajajá. No conquistas nada, con una ensalada…
Witch. Tranquilos, que no voy a hablar de esa serie de dibujos animados cuyos guiones mejor se utilizarían si los pusieran de rollo de papel higiénico en una cárcel de Kuwait. A mí lo que me gustan son las brujas, pero como todas las letras estaban ocupadas… Pues acabé traduciéndolo al inglés. Perdonadme que sea así de moderno. Como decía, me encantan las brujas y sus series (Embrujadas, Sabrina, cosas de brujas…) y, por supuesto, soy de esos supersticiosos que tienen su habitación con velas estratégicamente colocadas y hasta harían conjuros en fechas señaladas si hiciera falta. Si ahora pongo un muajajá, me vais a tomar por loco del todo…
SaXofón. Mis instrumentos preferidos siempre han sido los de cuerda (violín, arpa, cello…). Pero el saxofón es todo un instrumentazo y todo un guiño para poder hablar de otra serie mítica y de su protagonista más genial: Lisa Simpson. Lisa es, sin duda, el personaje con el que más me pueda identificar, y no por su inteligencia, que también (juas). Desde entonces, alguna vez me pierdo por los videos de Youtube que tienen, como único instrumento, el saxofón. Qué brutalidad. Qué personalidad. Qué música.
Yo mato. Dicho así, suena fatal. Yo mato es el título de la novela de misterio más brillante del mundo mundial. Escrita por Giorgio Faletti, relata los crímenes de un asesino en serie que vive en Montecarlo. Es absolutamente perfecta desde la primera frase hasta la última. No sé si habrán hecho película al respecto (tampoco me interesa) pero, sin duda, os recomiendo que os paseéis por la novela en algún momento de vuestras vidas. La historia es desgarradora y muy sorprendente. Y, por cierto, también tuvo su guiño en el blog (como todo lo que me gusta, vaya…), ya que una de las frases más representativas del asesino “Para aliviar mis penas, yo mato” fue título reformado para un artículo: “Para aliviar mis penas, yo ODIO”.
Zapdos. A algunos les sonará a chino, a otros a ruso, y en realidad es el nombre de un Pokémon. Sin más. La última letra sólo podía describir otro momento freak de este Odiador (creo que es la primera vez que me llamo así). Y es que la pasión por los Pokémon me vino a los 11 años, por culpa de mis dos mejores amigos de la infancia, y desde entonces no he parado –en realidad sí, pero poco tiempo y muy forzado- de jugar. Esto también es un dato revelador para algunos de mis amigos. Muajajá. Desde entonces, Odio salir a la calle y que otros entrenadores me reten a batallas. Otro guiño más.
Como decía, este artículo cierra el ciclo Amor por el I Aniversario del Blog. Gracias a todos los que seguís leyéndome. A los que empezáis a hacerlo. A los que lo habéis hecho sólo una vez. A los que me habéis detestado por odiar cosas que os gustan. A los que os sentís identificados con muchos artículos. A los que compartís la mayoría de mis Odios. A los que os reís con las comparaciones. A los que me corregís cuando me equivoco. A los que no entendéis mi humor. A Guillermo López. A Roser Murillo. A Eduardo Herrero… A todos. Gracias. Nos vemos el año que viene. Uy, perdón. Ha sido la emoción… Nos vemos el miércoles. Vosotros y yo. Y dos niñas de trece años. El último guiño, lo prometo. Hasta entonces:
¡FELIZ DÍA DEL NO ODIO A TODOS!
Roberto S. Caudet