Ya está. Ya pasó todo. La magnífica gran final de Eurovisión
2013 ha
llegado a su fin, y con ella se han cumplido los sueños de decenas de cantantes
y millones de fans. El nivel era alto, y al final quedó una gala muy variada
con temas muy diferentes entre sí. Cada país hizo lo que pudo o lo que le
dejaron. Y ahora ya tenemos los resultados, los ganadores, los perdedores, los
puntos, las experiencias… Señores, demasiada tela que cortar. ¡Que suene, por
última vez, la revolución musical!
De nada sirvió el petardeo este año. Los temas bailables y
más comerciales no encajaron este año en el gusto europeo. Ni el guapísimo
Ryan, de Irlanda, con su himno latino, ya que quedó último; ni la boda lésbica
de Finlandia que aportó la máxima nota de color aunque obtuvo la posición 24ª;
tampoco la escandalosa e infernal Francia, con sus ganas de venganza y su
infierno interior que se quedaron en el 23º; ni logró convencer Cascada, que de
gran favorita, sólo pudo rascar 18 puntos y escalar hasta un mínimo 21º puesto
de la tabla. Europa entera bailará todo el verano su “Glorious”, de eso no
tengáis la más mínima duda. La puesta en escena fue demasiado cutre. Yo habría
llevado a las bailarinas del videoclip y me habría alejado de esos andamios
convertidos en escaleras... Chafón para Alemania. Todas ellas dieron luz y vida al festival, pero
está visto que este año se jugaba mucho más.
Quizá por ello hubo también cuatro baladones entre los
puestos más bajos. Europa no llegó a aprobar la sobriedad Lituania, que pecaba
de lineal y aburrida. Quedó 22ª. Tampoco conquistó Estonia, cuya cantante
apareció embarazadísima en el escenario. Su puesto fue el 20º. Poco pudo hacer
también Bonnie Tyler por su Reino Unido. Su actuación fue de mito musical, pero falló el
acompañamiento. Quedaba sosa en exceso. Tan sólo logró el puesto 19º, una
auténtica lástima. Como el 17º de Islandia, que pese al vozarrón del cantante,
apenas nadie quiso votar por él.
A mitad de tabla quedaron seis canciones que bien se
merecieron llegar hasta los puestos más altos como otras debieron haber marcado
un 0 en sus casilleros finales. En este último sector encontramos a Armenia que
con 41 puntos pudo ser 18ª; a mí me pareció un momento perfecto para ir al
baño. Y así lo fui anunciando por Twitter. Idéntica situación es la de Bélgica,
que aún no logro entender cómo pasó a la Final y cómo obtuvo hasta 71 puntos, quedándose
la 12ª clasificada. El pedazo de “Solayoh” que nos trajo Bielorrusia tampoco
marcó en exceso este año. Ya avisé de que las divas están de capa caída en
Eurovisión desde 2008. Ahora se lleva más otro tipo de cantante y puesta en
escena. Una pena. Pienso seguir coreando y bailando “Solayoh” en mi casa hasta
que me canse. Igual que seguiré amando la barbaridad de balada y de dúo que
vino de la mano de Georgia y que a cada minuto me conquistaba más y más.
Terminaron 15º, con solo 50 puntos. Una aberración al buen gusto, qué queréis
que os diga.
La 14ª clasificación de Suecia también me pareció casi un
insulto. Robin cantó de maravilla. La actuación fue impecable. Y la canción era
genial. Además, estaban en su propio país. Me pareció rarísimo que casi ningún
país le diese esos “puntos bajos” a modo de regalo por la organización… Para mí
era podio clarísimo. Aunque el que casi hace podio es el de Rumanía. Llega a
subir más alto y a mí me tienen que asistir de urgencia. Bofetada en la cara
fue su 13ª clasificación. Por el amor de Dios, que logró 65 puntos… ¿Pero qué
clase de gente vota en Eurovisión? Menos mal que España no le dio ni un solo
voto. Me habría muerto allí mismo. Aunque con la que casi quise morir fue con
Moldavia. La falda creciente de Aliona y su voz prodigiosa sólo le sirvieron
para quedarse en el puesto 11º, a sólo 13 puntos del Top10. Aún así, obtuvo un
total de 71 puntos que yo celebraba con mucho gusto. Siempre pensé que sería la
actuación que le haría sombra a mi Ucrania. Pero no fue así. Bien.
El Top10 de Eurovisión 2013 se inicia con Hungría y sus 84
puntos. Estaba claro que podía colarse por ahí. La canción no me gusta. Es
lineal, cansina y los estribillos se repiten tanto que me saturan. Pero tenía
un algo que te incitaba a quedarte oyéndola, al menos una vez. El 9º puesto fue
para los Países Bajos. Los pájaros de Anouk recibieron 114 puntos. La voz de la
cantante es puro amor. La puesta en escena fue sosa pero atrapaba, porque la
canción es íntima a morir. Hacía 8 años que Países Bajos no estaba en la Final. Todo un regalo. ¿No os
parece? Que sigan apostando fuerte, que ya han visto que los esfuerzos tienen
su recompensa.
Para recompensa, la de Malta. La actuación era sencilla,
pero amena. La canción es buenrollista y muy enérgica. Y Gianluca… Bueno, iba
vestido como yo. No le puedo pedir más, ¿no? Qué sonrisa, qué carita, qué
vocecita… Para mí fue un éxito personal. Celebraba muchísimo cuando iba
subiendo por la tabla. Al final se quedó 8º, con 120 puntos. Alegría máxima. También
me alegré absolutamente por mi Marco. Los dos Mister Eurovisión seguiditos. El
de Italia se llevó el 7º puesto, y la friolera de 126 puntazos. No me esperaba
menos. La canción es casi perfecta. Marco es perfecto y más. Y la actuación fue
de una sobriedad impecable. Fue el único en aparecer completamente solo en
escena. Se merecía un regalo a su voz y a su interpretación. Gigante.
Enorme también fue la posición de Grecia, con 152 puntos.
Quedó 6ª, para sorpresa de medio Twitter, que iba como loco con su alcohol
gratis. En Eurovisión hay dos tipos de gamberradas. Unas no se toleran, que son
esas canciones protestas con trasfondo político o social que no vienen a
cuento. Y la otra es un tema fresco, divertido, pegadizo y machacón como el
griego. Esos se reciben con buen agrado. Fantástica, Grecia. Espero que el año
que viene siga viniendo. Porque ese empujón de este año lo necesitaban. Y no sé
qué sería de Eurovisión sin Grecia. Ni tampoco sin Rusia. Es uno de esos países
fundamentales. Y encima anoche llevaban un himno. Dina cantó con su voz
celestial. La puesta en escena les quedó perfecta. El tema estaba ejecutado sin
ningún pero. Y la letra es bella a morir. Consiguió quedarse en el TOP5 con 174
puntos. Genial.
Esperad un momento… ¿En serio no os habéis dado cuenta de
que ya voy a por el cuarto puesto y aún no he nombrado a España? Muajajá. O la
metía ahora, así con calzador, o no sabía cómo comentarla. Porque aparecimos
así, cogidos con pinzas. La canción no era apta para Eurovisión. La puesta en
escena fue tan aburrida como olvidable. Y Raquel del Rosario… Bueno, tuvo 3
minutos para demostrar a toda España que nos equivocábamos al decir que fue una
pésima elección el llevarla. Desgraciadamente, no calló ninguna boca. Su voz
tembló en todos los graves del tema. Entró fatal. Su cara ilustraba los nervios
que tenía. ¿Pero qué clase de cantante llevamos anoche? El año pasado quedamos
décimos. Y este hemos sido penúltimos. Creo que es más que evidente que España
sí puede quedar bien en Eurovisión. Siempre y cuando se quiera quedar bien. No
más sueños, y sí más realidades. Gracias.
Para ser justo, diré que España tuvo el mismo éxito que
otros 7 países. Porque de los 8 primeros países que actuaron en primer lugar
(del primero al octavo, quiero decir), ninguno logró pasar del 11º puesto. Es
muy destacable que, como siempre se ha dicho, actuar al principio del concurso
no beneficia nada. Un año más se ha demostrado. En cambio, el podio al
completo, y también el cuarto puesto, actuaban desde el 18º en adelante. ¿No os
parece suficiente señal? De hecho, los cuatro primeros puestos actuaron
seguidos pero salteados: en el 18º, 20º, 22º y 24º lugar. Fantástico. Y así
quedaron, ¿eh? Primero, segundo, tercero y cuarto. Es como mágico. Llamaré a
Iker Jiménez por si puede aclararme alguna teoría conspiratoria.
Bien, voy con el último de ellos. El 4º puesto. Noruega. He
de confesar que sufrí mucho cuando escalaba puestos como la espuma, aunque
gritaba cuando le daban puntos bajos o ni le daban. El desfase noruego no se
mereció, siempre a mi juicio, esa barbaridad de 191 puntos. Pero bueno, no hizo
podio. Y yo me alegro. Ahora que suene en discotecas desfasadas y lo que
quiera. Ya me da igual. Lo que no me daba nada igual eran los puntos que le
iban dando a mi querida Zlata. Mi grandísima Ucrania. Sabía que no me fallaría.
Y no lo hizo. Siempre que he apostado firme por este país me ha respondido
maravillosamente. Y este año, también. Me pareció la actuación de la noche. La
canción es preciosa, mágica, fantástica, elegantísima y soberbia. Una voz
impecable. Una belleza de póster. La seguiré cantando hasta que me aburra, y
eso no ocurrirá. 214 puntos, obtuvo mi Ucrania querida. Y el tercer puesto. Ahí
estaba mi ganadora. Y yo muy feliz.
Para feliz, mi mami. Porque su favorita se quedó justo por
encima de la mía. Ella apostaba por Azerbaiyán. Razones no le faltaban. Yo la
terminé subiendo al décimo puesto tras su actuación final. Farid canta muy bien
en registro más agudo. La actuación fue para enmarcarla. Original, fresca,
atrayente… Lo tenía todo. Quedó magnífica. Se mereció una gran clasificación, y
la obtuvo. 234 puntos y una medalla de plata, un 2º puesto muy digno.
Y, señores, la ganadora fue, como no podía ser de otra manera,
mi queridísima –y quizá miembro de la realeza británica- Emmelie de Forest. La Emilia de los bosques, en
castellano. Jovencísima, con mucho talento, con una canción recogidísima y muy
internacional. Con una puesta en escena pensada para el éxito. Arrolladora.
“Only teardrops” es buenísima. Nadie podrá decir lo contrario. Como sabéis por
mi Especial de estos días, fue mi favorita a ganar hasta que vi a Ucrania en
los ensayos, que pasó a ser segunda. Anoche la mantuve cuarta, por detrás
también de Rusia e Italia. Qué poquito me fui. Mi TOP4 estuvo al completo en el
TOP7, sólo que en distinto orden. Este Eurovisión no ha podido gustarme más. El
podio además es maravilloso.
Dinamarca ganó anoche Eurovisión 2013 con 281 puntos. Y, por
cierto, ella también iba descalza. Como Loreen. Y como El Sueño de Morfeo. Lo
digo por esos “enterados” que hablan de un “Remedios Amaya”. Que se callen la
boca. Es la tercera victoria en Eurovisión que ostenta Dinamarca. Y, cuidado,
porque el TOP6 de este año lo completan países que han ganado ya desde el año
2000. Grecia lo hizo en 2005, Rusia en 2008, Noruega en 2009, Ucrania en 2004,
Azerbaiyán en 2011 y, finalmente, Dinamarca en 2000 y 2013. Otro dato a
recordar.
Más datos para completar esta crónica final de Eurovisión.
Moldavia, Bélgica, Bielorrusia, Países Bajos, Suecia y Hungría recibieron los
12 puntos en una ocasión. Rusia y Grecia los consiguieron dos veces. Italia y
Noruega los obtuvieron 3 veces. Mi querida Ucrania, que quedó tercera, tuvo la
más alta puntuación en 5 ocasiones. Dinamarca, la ganadora, recibió los 12
puntos de 8 países, y sólo dos (San Marino y Chipre) no la votaron, frente a
los 37 países que sí se decantaron por la danesa, la más puntuada. Pero el
ganador de los 12 puntos fue Azerbaiyán, a quien se lo dieron un total de 10
países. Finalmente quedó 2º.
Los puntos de España fueron: 1 para Malta, 2 para Moldavia,
3 para Alemania, 4 para Reino Unido, 5 para Noruega, 6 para Rusia, 7 para
Azerbaiyán, 8 para Dinamarca, 10 para Ucrania y 12 para Italia. Recibimos sólo
8 puntos. Dos de Italia y seis de Albania.
Y yo… Bueno. Yo he recibido tantos puntos de todos vosotros
que sólo puedo agradeceros un año más que me hayáis estado acompañando en esta
barbaridad de Especial. Para que os hagáis una idea, ahora mismo estoy en la 4ª
página de Word. Gracias. De verdad. El año que viene vuelvo. Y prometo mucho
más. Hasta entonces, por última vez en 2013…
¡FELIZ DÍA EUROVISIVO A TODOS!