Esta es mi vida

Es muy rubia, es muy joven y canta como los ángeles. No por tener un timbre agudo, sino porque te embelesa de principio a fin. Así es Anna Bergendahl, la representante sueca a la que homenajeamos hoy en el quinto lugar de las 16 Mejores Actuaciones de Eurovisión que no pasaron a la Final. Curioso que pese a los muchos intentos, nadie haya acertado este tema, cuando el nombre de Anna es uno de los que incluí el primer día vía Twitter y Facebook como cantantes que aparecerían por aquí. Si es que no me prestáis atención…

Canción: This is my life (Esta es mi vida)

Canta: Anna Bergendahl

País: Suecia

Año: 2010

Posición en la Semifinal: 11º

Siempre diré que Suecia es uno de los países más maltratados en Eurovisión. Junto a Armenia, Grecia, Rusia y Rumanía es uno de esos países que casi siempre deberían estar en el TOP5. Sin embargo, en más de una ocasión se han llevado un batacazo increíble. En el caso sueco, sólo han quedado en dos ocasiones en último lugar, y tan sólo un año no pasaron a la Final. Éste que os anuncio hoy. Por el contrario, ostentan cinco terceros puestos, un segundo y cuatro victorias. Salvo el tercer puesto (inmerecidísimo, se mereció ganar) de mi Eric Saade el año pasado, con su “Popular”, todas las últimas representaciones de Suecia lo han pasado mal en la Final. La pobre Anna ni siquiera llegó.

El tema era dulce, muy dulce. De esos que uno escucha cuando está deprimido, o quiere sentir la música en el sofá, en la cama. Sin duda, no es un tema que te anime mucho, pero te da subidón al escucharlo en la voz de Anna. Una niña de tan sólo 18 años (cuando pisó el escenario noruego de Eurovisión). Pero de niña no tiene nada, ya lo habréis visto. Su aspecto físico es de una persona más madura. Y su voz parece labrada en la experiencia y las vivencias de una auténtica mujer. Eso es lo que hace también más mágica a esta cantante sueca que quedó cuarta en su Operación Triunfo.

La puesta en escena que nos presentaba Suecia era completamente sobria. Nada de excesos, ni florituras, ni decorados innecesarios. Anna sola junto a su guitarra, que rápidamente abandonaría, y a mitad de canción los cinco coristas se pondrían en filita al fondo del escenario. Los focos primero serían rojo pasión, y luego se bajarían a un azul cielo que quedaba todavía mejor a la canción. Una canción sentida que Anna interpretaba con bastante corrección. Su voz, en cambio, era magia. Si uno cerraba los ojos y escuchaba su timbre desgarrado, no hacía falta ver nada más. La canción te enamoraba.

“Marcho por los caminos ya tan utilizados, a lo largo del río, con una bolsa vacía. Al final, ella me decía: “¿Pero qué haces aquí junto a las hojas del otoño?” Porque esta es mi vida, amiga mía. Y este es mi momento para estar. Esta es mi vida, ahora, querido amigo. Y no es la de nadie más. Ya he terminado de inclinar mis dedos, golpear el hierro y atacar a mi alma. Luna mística, ahora verás como canto tu blues en cuanto me ponga de pie. No quiero correr ni pienso luchar. No quiero esconderme, sólo quiero ser libre para poder ser yo. No quiero ganar ni tampoco perder. No voy a jugar. Sólo quiero recordar mi nombre. Porque ésta, esta es mi vida, amiga mía”.

Un tema precioso, ¿no os parece? A cinco puntos (y una posición) se quedó de poder clasificarse a la Final. No veríamos el sábado a esta preciosa niña rubia con un parecido increíble a Edith Piaf. Ni a su vestido con tutú. Ni sus converse. Ni su directazo que parecía playback de lo bueno que era. Ni nada. Una lástima. Mañana nos ocuparemos ya del cuarto puesto. Os aviso que viene otra balada preciosa y muy blanca. Será el último tema de este precioso año 2010. Y la cantante es todavía más joven que Anna. No digo más, porque ya está todo dicho.

¡FELIZ DÍA DEL ODIO A TODOS!

Roberto S. Caudet