Éxito rotundo de La
Voz en su segunda Gala. Anoche el concurso de Telecinco subió
medio millón de espectadores y alcanzó un brutal 32% de audiencia. Me alegro
absolutamente del resultado obtenido, y más siendo yo El Quinto Coach. Muajajá.
16 concursantes desfilaron anoche por el escenario, y yo pienso comentarlos
todos en esta Crónica oficial del nada oficial Quinto Coach. ¿Preparados?
¡ADELANTE!
Empezaré por los que no fueron elegidos por ningún coach.
Esos despojos del concurso que pasarán sin pena ni gloria, aunque alguno
derramó más de una lágrima y Bisbal siempre estaba ahí para decirles “eleee”,
cuando, en realidad, mientras cantaban había puesto caras de auténtico asco.
Entre ellos está Sheila, una catalana gritona que esperemos que cocine pollos mejor
que canta, o el futuro de su negocio penderá de un hilo. Jesús es otro catalán
que no pasó las audiciones a ciegas. Eligió mal el vestuario, también el color
del tinte y, además, se quedó en blanco. Los nervios le jugaron una mala
pasada, porque la elección del tema fue acertada, pero nada más. No pudo hacer
peor casting. Bueno, sí pudo. Podía haberse llamado “Jessyca”, con dos eses y
una y griega y fingir ser una negra zumbona cantando por Anastacia. Qué
destrozo de canción, señores.
Aunque para destrozo, el que se le ocurrió a Gema, que llegó
cantando “Diles”, de Malú. La semana pasada ya dije que echaba de menos que
alguien cantara sus canciones. Pues ahí lo tenéis. Naturalmente, ningún coach
en su sano juicio se hubiera atrevido a girarse. Sólo podía hacerlo Malú. Es un
pacto de no agresión no escrito. Pero Malú tampoco se giró. Gema pasó esa
delgada línea que separa la garra y la fuerza con la ordinariez y lo basto.
Horrible. El único que me gustó de los descartados fue Alfonso. Un chico que se
lo pasó bien cantando. Dio energía en el escenario y disfrutó con el tema. Pero
no fue suficiente. A mí su voz sí me decía algo. Lástima.
Y si cinco fueron los cantantes que no pasaron las
audiciones a ciegas, once fueron los que sí lograron triunfar y sumarse a los
equipos de los cuatro coaches oficiales: Malú, Melendi, Rosario y David Bisbal.
El que menos concursantes consiguió anoche para su equipo es, precisamente, el
que más tiene ya. Melendi suma un total de 7 cantantes, de manera que ya tiene
la mitad de su equipo completado. Anoche seguía en su línea de girarse cada vez
que escuchaba dos versos de una canción, sin importarle mucho nada más. Si por
él fuera, su equipo no sería de 14, sino de 140. Al equipo de Melendi se le
unieron, a última hora, Marta y Javi. La actuación del chico la viví como
cuando pasa un carro. No logró transmitirme nada y tampoco me desencantó del
todo. Dudo que llegue muy lejos en La Voz.
Puede que Marta sí lo haga. Esta cuarentona se atrevió con el
portugués (muy bien pronunciado, por cierto) y nos interpretó “Flor de Lis”.
Mis seguidores en Twitter me comentaron que tiene un timbre parecido al de Ana
Belén. Y les doy toda la razón. Marta suena como a antiguo. Pero suena bien. A
mí me encandiló bastante.
A Rosario se le unieron sólo dos cantantes, de manera que ya
suma cinco. Podríamos decir que la
Flores es la más reservada a la hora de elegir cantantes. Y
suele decantarse por los que más tablas aparentan, y los que le transmiten
algo, dicho por ella misma. Sus adquisiciones fueron Damaris (que no Daenerys) y
Ana, mis dos preferidas de la noche. Damaris es todo. Así, a lo grande. Tiene
tablas, tiene vozarrón y tiene personalidad. Escogió un grandísimo tema y tuvo
un inicio perfecto. Mojé braguitas al escucharla. Genial. Esta diva de los
musicales puede ser un claro rival durante el concurso. Y no lejos puede quedar
la eurovisiva Ana. Que tiene estilazo a la hora de vestir y también al cantar.
Su voz es muy personal aunque anoche sonaba a imitadora. Le faltó romper un
poco más, la note demasiado comedida. Me gustan mucho las dos.
El sobreactuado y falso hasta decir basta de David Bisbal
logró anoche captar a tres adeptas. A sus caras de asco y de rechazo se suman
los “eleee” y los comentarios halagadores en cuanto se gira. Cuanto peor es su
cara mientras un concursante canta, mejor es su comentario al girarse. Este
chico es de lo que no hay. Y empieza a resultarme cargante e innecesario. Nos
lo vendieron como la estrella y él solito está estrellándose. Como decía,
anoche se le sumaron a su equipo tres cantantes, de manera que también tiene un
total de cinco. Lola, Sandra y Nieves forman ya parte del “Team Bisbal”. Lola
me gustó bastante. Tiene garra, tiene impulso y se la ve descarada. Su versión
de “Respect” fue fantástica, pero estuvo ahogada después hasta el punto de no
poder ni hablar. Cuidado con eso. A la hora de la verdad, en un concierto no se
puede dar todo en una canción y morir para la siguiente. Veremos cómo
evoluciona. Sandra es una coplera con unos ojazos que enamorarían a cualquiera.
Pero no logró lucirse de verdad con su tema de Rocío Jurado. Tiene canciones
mucho mejores, pero escogió “Se nos rompió el amor”. Vestida de rojo y con
tacones leopardo, ayer ya avancé por Twitter que, quizá, pegaría más en Jersey
Shore. Le deseo suerte. La misma que a Nieves. Porque imagino que la
necesitará. Tampoco me convenció. Le faltó salirse. Creerse de verdad que
estaba ante media España cantando y sentirlo. Hacernos vibrar. No estuvo mal,
pero no creo que haya sido la actuación de su vida. Y siempre ha de serlo.
Pero si hubo alguien que engordó anoche su equipo, esa fue
Malú. De sólo un cantante ha pasado ya a cinco, empatando con Rosario y Bisbal.
Esta segunda Gala ha servido para que Malú coja algo más de confianza y además
se haga con un equipo de lo más variopinto, gracias a Héctor, Manuela, Pau y
Nuria. Manuela es, de los cuatro, la que menos me gustó. Su look a lo Shakira y
su hilo de voz me resultaron bastante desagradables. Que escogiera “Roxanne”
fue un punto a su favor, pero el único. La música se la comió durante toda su
actuación, carente de fuerza y vitalidad. Nuria me gustó algo más. En el
escenario estuvo muy bien y demostró gran actitud –y aptitud-. Eso sí, temí
verle el pezón derecho mientras saltaba. ¡Ooooaaaaj, qué guarrilla!, que diría
El Recio. El que tampoco terminó de convencerme es Héctor, mi paisano. Sus ojos
azules y su sonrisa de ligón de playa no fueron suficientes para que yo me
plantease el sumarlo a mi equipo, en caso de tener uno. Sin embargo, Malú mojó
braguitas y terminó dando palmas con su actuación. Lo peor, es que el chico,
con novia, decidió irse con ella, y probablemente tengamos un final feliz de
cuento de hadas. O de peli porno, poco importa.
El mejor de su equipo es Pau Piqué. Su apellido hizo que
Gerard, el futbolista del Barça, decidiera bromear con que era su tío. Pero
para nada. Pau es actor de doblaje y tiene la misma voz que Frank Sinatra.
Desde luego, es la voz del concurso, sin lugar a dudas. Pero todo lo demás
parece fallar en él, y no hablo con doble sentido. Tiene clase, elegancia y
mucha experiencia. “Es escuela”, dijo Malú de él. Estoy muy de acuerdo. Pero
tiene un estilo muy hecho ya. Y quizá es demasiado galán, demasiado mayor. Yo
me hubiera girado, sin lugar a dudas, y le hubiera dicho: “tú, para mí”. Le
deseo lo mejor en este concurso. Está hecho a su medida.
El que mide cada vez menos en este concurso es el
presentador, Jesús Vázquez. Su papel aquí es casi anecdótico. Sólo hace la voz
en off de los vídeos y habla un poco con los concursantes en esos momentos
patrocinados por Bimbo, con varios sándwich de lechuga y tomate perfectamente
apilados, que parecen sacados de una de esas escenas de Los Serrano o El Barco,
tan fatalmente colocados. Pero así mejor. El jurado ya tiene bastante protagonismo
como para que el presentador también acapare vídeos. Y el que no os va a
acaparar más tiempo soy yo. Que me despido hasta el jueves que viene. Bueno,
hasta el miércoles, si es que preferís seguirme por Twitter, comentando lasGalas en directo. Hasta entonces…
¡FELIZ DÍA VOCAL A TODOS!