jueves, 27 de septiembre de 2012

Ya sumamos 22 Voces



Éxito rotundo de La Voz en su segunda Gala. Anoche el concurso de Telecinco subió medio millón de espectadores y alcanzó un brutal 32% de audiencia. Me alegro absolutamente del resultado obtenido, y más siendo yo El Quinto Coach. Muajajá. 16 concursantes desfilaron anoche por el escenario, y yo pienso comentarlos todos en esta Crónica oficial del nada oficial Quinto Coach. ¿Preparados? ¡ADELANTE!

Empezaré por los que no fueron elegidos por ningún coach. Esos despojos del concurso que pasarán sin pena ni gloria, aunque alguno derramó más de una lágrima y Bisbal siempre estaba ahí para decirles “eleee”, cuando, en realidad, mientras cantaban había puesto caras de auténtico asco. Entre ellos está Sheila, una catalana gritona que esperemos que cocine pollos mejor que canta, o el futuro de su negocio penderá de un hilo. Jesús es otro catalán que no pasó las audiciones a ciegas. Eligió mal el vestuario, también el color del tinte y, además, se quedó en blanco. Los nervios le jugaron una mala pasada, porque la elección del tema fue acertada, pero nada más. No pudo hacer peor casting. Bueno, sí pudo. Podía haberse llamado “Jessyca”, con dos eses y una y griega y fingir ser una negra zumbona cantando por Anastacia. Qué destrozo de canción, señores.

Aunque para destrozo, el que se le ocurrió a Gema, que llegó cantando “Diles”, de Malú. La semana pasada ya dije que echaba de menos que alguien cantara sus canciones. Pues ahí lo tenéis. Naturalmente, ningún coach en su sano juicio se hubiera atrevido a girarse. Sólo podía hacerlo Malú. Es un pacto de no agresión no escrito. Pero Malú tampoco se giró. Gema pasó esa delgada línea que separa la garra y la fuerza con la ordinariez y lo basto. Horrible. El único que me gustó de los descartados fue Alfonso. Un chico que se lo pasó bien cantando. Dio energía en el escenario y disfrutó con el tema. Pero no fue suficiente. A mí su voz sí me decía algo. Lástima.

Y si cinco fueron los cantantes que no pasaron las audiciones a ciegas, once fueron los que sí lograron triunfar y sumarse a los equipos de los cuatro coaches oficiales: Malú, Melendi, Rosario y David Bisbal. El que menos concursantes consiguió anoche para su equipo es, precisamente, el que más tiene ya. Melendi suma un total de 7 cantantes, de manera que ya tiene la mitad de su equipo completado. Anoche seguía en su línea de girarse cada vez que escuchaba dos versos de una canción, sin importarle mucho nada más. Si por él fuera, su equipo no sería de 14, sino de 140. Al equipo de Melendi se le unieron, a última hora, Marta y Javi. La actuación del chico la viví como cuando pasa un carro. No logró transmitirme nada y tampoco me desencantó del todo. Dudo que llegue muy lejos en La Voz. Puede que Marta sí lo haga. Esta cuarentona se atrevió con el portugués (muy bien pronunciado, por cierto) y nos interpretó “Flor de Lis”. Mis seguidores en Twitter me comentaron que tiene un timbre parecido al de Ana Belén. Y les doy toda la razón. Marta suena como a antiguo. Pero suena bien. A mí me encandiló bastante.

A Rosario se le unieron sólo dos cantantes, de manera que ya suma cinco. Podríamos decir que la Flores es la más reservada a la hora de elegir cantantes. Y suele decantarse por los que más tablas aparentan, y los que le transmiten algo, dicho por ella misma. Sus adquisiciones fueron Damaris (que no Daenerys) y Ana, mis dos preferidas de la noche. Damaris es todo. Así, a lo grande. Tiene tablas, tiene vozarrón y tiene personalidad. Escogió un grandísimo tema y tuvo un inicio perfecto. Mojé braguitas al escucharla. Genial. Esta diva de los musicales puede ser un claro rival durante el concurso. Y no lejos puede quedar la eurovisiva Ana. Que tiene estilazo a la hora de vestir y también al cantar. Su voz es muy personal aunque anoche sonaba a imitadora. Le faltó romper un poco más, la note demasiado comedida. Me gustan mucho las dos.

El sobreactuado y falso hasta decir basta de David Bisbal logró anoche captar a tres adeptas. A sus caras de asco y de rechazo se suman los “eleee” y los comentarios halagadores en cuanto se gira. Cuanto peor es su cara mientras un concursante canta, mejor es su comentario al girarse. Este chico es de lo que no hay. Y empieza a resultarme cargante e innecesario. Nos lo vendieron como la estrella y él solito está estrellándose. Como decía, anoche se le sumaron a su equipo tres cantantes, de manera que también tiene un total de cinco. Lola, Sandra y Nieves forman ya parte del “Team Bisbal”. Lola me gustó bastante. Tiene garra, tiene impulso y se la ve descarada. Su versión de “Respect” fue fantástica, pero estuvo ahogada después hasta el punto de no poder ni hablar. Cuidado con eso. A la hora de la verdad, en un concierto no se puede dar todo en una canción y morir para la siguiente. Veremos cómo evoluciona. Sandra es una coplera con unos ojazos que enamorarían a cualquiera. Pero no logró lucirse de verdad con su tema de Rocío Jurado. Tiene canciones mucho mejores, pero escogió “Se nos rompió el amor”. Vestida de rojo y con tacones leopardo, ayer ya avancé por Twitter que, quizá, pegaría más en Jersey Shore. Le deseo suerte. La misma que a Nieves. Porque imagino que la necesitará. Tampoco me convenció. Le faltó salirse. Creerse de verdad que estaba ante media España cantando y sentirlo. Hacernos vibrar. No estuvo mal, pero no creo que haya sido la actuación de su vida. Y siempre ha de serlo.

Pero si hubo alguien que engordó anoche su equipo, esa fue Malú. De sólo un cantante ha pasado ya a cinco, empatando con Rosario y Bisbal. Esta segunda Gala ha servido para que Malú coja algo más de confianza y además se haga con un equipo de lo más variopinto, gracias a Héctor, Manuela, Pau y Nuria. Manuela es, de los cuatro, la que menos me gustó. Su look a lo Shakira y su hilo de voz me resultaron bastante desagradables. Que escogiera “Roxanne” fue un punto a su favor, pero el único. La música se la comió durante toda su actuación, carente de fuerza y vitalidad. Nuria me gustó algo más. En el escenario estuvo muy bien y demostró gran actitud –y aptitud-. Eso sí, temí verle el pezón derecho mientras saltaba. ¡Ooooaaaaj, qué guarrilla!, que diría El Recio. El que tampoco terminó de convencerme es Héctor, mi paisano. Sus ojos azules y su sonrisa de ligón de playa no fueron suficientes para que yo me plantease el sumarlo a mi equipo, en caso de tener uno. Sin embargo, Malú mojó braguitas y terminó dando palmas con su actuación. Lo peor, es que el chico, con novia, decidió irse con ella, y probablemente tengamos un final feliz de cuento de hadas. O de peli porno, poco importa.

El mejor de su equipo es Pau Piqué. Su apellido hizo que Gerard, el futbolista del Barça, decidiera bromear con que era su tío. Pero para nada. Pau es actor de doblaje y tiene la misma voz que Frank Sinatra. Desde luego, es la voz del concurso, sin lugar a dudas. Pero todo lo demás parece fallar en él, y no hablo con doble sentido. Tiene clase, elegancia y mucha experiencia. “Es escuela”, dijo Malú de él. Estoy muy de acuerdo. Pero tiene un estilo muy hecho ya. Y quizá es demasiado galán, demasiado mayor. Yo me hubiera girado, sin lugar a dudas, y le hubiera dicho: “tú, para mí”. Le deseo lo mejor en este concurso. Está hecho a su medida.

El que mide cada vez menos en este concurso es el presentador, Jesús Vázquez. Su papel aquí es casi anecdótico. Sólo hace la voz en off de los vídeos y habla un poco con los concursantes en esos momentos patrocinados por Bimbo, con varios sándwich de lechuga y tomate perfectamente apilados, que parecen sacados de una de esas escenas de Los Serrano o El Barco, tan fatalmente colocados. Pero así mejor. El jurado ya tiene bastante protagonismo como para que el presentador también acapare vídeos. Y el que no os va a acaparar más tiempo soy yo. Que me despido hasta el jueves que viene. Bueno, hasta el miércoles, si es que preferís seguirme por Twitter, comentando lasGalas en directo. Hasta entonces…

¡FELIZ DÍA VOCAL A TODOS!

jueves, 20 de septiembre de 2012

El Quinto Coach




Anoche se estrenó La Voz en Telecinco, un concurso que ha cosechado éxitos a nivel mundial y que cuenta con jurados inmejorables de la talla de Christina Aguilera o Adam Levine. España se merecía su propia versión del talent show y la primera Gala ha resultado ser el programa más visto del verano, y con diferencia. Pero, ¿cuál es la clave de tantos aplausos? ¿De verdad se los merece? ¿Quiénes son los concursantes seleccionados y quiénes sus coaches (o jurado-asistentes)?

Sin duda, una de las grandes bazas del concurso es su propia mecánica. Ese morbo de ver a cuatro jurados de espaldas a los concursantes, escuchando y sintiendo sus voces pero sin verlos, sin saber cómo son, cómo se venden, si bailan, si se mueven bien o si por el contrario se hacen pequeñitos en el escenario. Estos cuatro jurados son a la vez los profesores-asistentes de los concursantes, por lo que a veces han de pelearse entre ellos (no literalmente, creo) para que los cantantes en proyecto los escojan como coach.

Pero, cuidado, porque esta primera fase del concurso corre un riesgo que, anoche, ya quedó más que patente. Bisbal, Malú, Rosario y Melendi pueden acaparar más vídeos de los que deberían, y el público puede centrarse más en sus reacciones que en los cantantes que concursan y que, teóricamente, son el centro y la meta de este programa. También Telecinco cometió anoche otro gran fallo. La Gala no fue dinámica para nada. La mecánica para presentar a cada concursante fue la misma. Y los momentos de felicidad o angustia de sus familiares ocuparon demasiado tiempo, teniendo en cuenta que sólo cantan minuto y medio de canción en el escenario. Pido más ritmo, menos vídeos y más canción.

El último error que quiero resaltar viene por parte de los propios concursantes. A la hora de escoger su canción, todos pensaron en lo mismo: lucirse con un medio tiempo o una balada para que los coaches los cogieran por sus grandes aptitudes y sus voces inimitables. Pero, ojo, tanta semibalada termina aburriendo. Al final crees que todos han cantado la misma canción y termina siendo un casting descafeinado y sin mucho valor. Como el jurado está de espaldas, se obviaron los temas rítmicos, los que se bailan, los que te hacen moverte por todo el escenario. ¿Qué más da, si no te pueden ver? Alerta con eso, porque el público, desde casa, lo vemos todo…

Mis queridos lectores, después de infinitas crónicas sobre Gran Hermano, Operación Triunfo y Eurovisión, llego de nuevo autoproclamado como El Quinto Coach. Vamos a repasar un poquito la Gala de Estreno y a darles un pequeño repaso a todos… ¡Bienvenidos!

Malú es una de esos cuatro coach. Esta cantante, descubierta a los 15 años, es una de las mejores voces femeninas que tenemos en España. Completamente personal y desgarradora, sus temas son éxitos rotundos casi incluso antes de salir al mercado. Quizá por ello anoche no se giraba tanto como sus compañeros. Dudaba, se lo pensaba y hasta comentaba con Rosario (con la que comparte un buen rollo tremendo) o Melendi, que en más de una ocasión le echó un pequeño rapapolvo por no darle al botón para elegir al cantante para su grupo. Y de todas las veces que se giró, sólo una concursante decidió irse con ella. Vista desde fuera, Malú inspira seriedad, rectitud y excesiva corrección. Vamos, que te imaginas con ella de coach y es un auténtico pavor y sufrimiento.

Esta concursante que decidió irse con Malú fue Rebeca. Otra cantante con voz desgarrada que debe de pensarse mucho lo de seguir poniéndola ronca, antes de destrozársela por completo. Una diva mundial de su pueblo que finge tener 25 años aunque aparenta más de 40. Choni de la cabeza a los pies pero inmejorable en un escenario. Eligió una de mis canciones preferidas: “Run to you”, una de esas canciones con las que brilló Whitney Houston. Veremos cómo sigue esta mujer.

Rosario Flores también forma parte del concurso como coach. Probablemente sea la más profesional y la que más en serio se toma su papel. Anoche se mostró seria y dubitativa. Ella tiene claro que ha de formar a un cantante para darle una carrera musical, no un cheque para que se compre un apartamento en Benidorm. Por ello eligió siempre a futuras voces que pudieran moldearse y que tuvieran duende, como dice ella. Abraham es uno de sus seleccionados, aunque fue él quien la quiso a ella. Cantó "Hallelujah", la última canción que yo me planteo para acudir a un casting. Por difícil y demasiado melodiosa. Sin embargo el chico se lució, aunque tampoco especialmente. Yo no me hubiera girado. Si el chico es capaz de hacer lírica, que sea bienvenido, pero su voz me parece de lo más corriente.

También se quedó Rosario con Angélica, cuyo nombre artístico es “La Tremen”. Dios sabe que un mote así sólo está reservado para travestis y actrices porno que también sean travestis. Su voz rota me impresionó pero su actuación tampoco fue del otro mundo. Eso sí, se notaba que sentía lo que cantaba. Y eso se agradece siempre. El trío de cantantes de Rosario hasta la fecha lo forma la versión mejorada de Pitingo, Juan Carlos, que anoche no se supo muy bien si cantaba en inglés, en flamenco, estaba haciendo soul, jazz, funky o una parodia de sí mismo. Tiene mucho poder vocal y una gran base de registros graves que le ayudará con muchos temas. Pero, personalmente, me da algo de miedo. Y estoy casi convencido de que no compraría un single suyo ni aunque fuese a dúo con Leticia Sabater.

David Bisbal es el tercero de los coaches. No necesita mayor carta de presentación que el hecho de repetir su nombre: David Bisbal. Quedó segundo en la primera edición de Operación Triunfo y, quizá por ello, me esperaba de él mayor humildad y empatía para con los concursantes. Pero no. El señor de los rizos perfectos gracias a Giorgi me resultó altanero, divo hasta cansar y sobreactuado a niveles de Antonio Resines. Sus caras cuando estaba girado decían todo lo contrario que cuando se volvía a los concursantes. Imagino que se piensa que luego esos vídeos no se ven en casa. Su exceso o, mejor dicho, sus excesos de “guayismo” y de simpatía campechana van a hacer que sus seleccionados terminen hartos de él.

Bisbal cogió a Mara, una tinerfeña cuyas pestañas naturales me dejaron sin palabras. Un ejemplo de sutileza y elegancia que sólo consiguió un aprobado raspado. Su voz está demasiado acostumbrada a las orquestas y eso se nota. Al final, todas cantan con el mismo timbre. Es como si la orquesta las neutralizara a todas las cantantes por igual. No me transmitió nada y el tema que escogió no estaba a su altura. Pero bien, siempre se necesitan concursantes de relleno. Y su otra concursante fue Virginia, una enfermera con un estilazo propio para triunfar donde se lo proponga. Tiene carácter y mucho carisma, y se llevó a “La flaca” a su terreno para arrasar en el escenario. Bien por ella.

El que no necesita suerte, sino un equipo más grande, es Melendi. Anoche se giraba hasta cuando alguien del público tosía. ¡Qué barbaridad! Ya tiene a cinco concursantes (todo mujeres), lo que supone un tercio de su equipo completado. Hablo en nombre de todos los que pensábamos que Melendi era un tipejo insoportable y cansino: este chico es un puto crack. A mí me ha conquistado del todo y me parece de lo más natural y fresco. Se necesita alguien así para este tipo de concursos. De momento, Melendi es el que más cantantes ha sumado en su poder. A saber, tiene a Neus, una conocida de Soledad Jiménez que tiene ciertos aires a Céline Dion, pero mucho más rockera. También está con él Mercedes, una abuelita peluquera que, además, es fan del cantante desde hace años. Sin duda dará juego porque es encantadora y tiene tablas. Pero un estilo que quizá no sea el más adecuado para el panorama musical actual. Maika es otra de sus cantantes. Su voz es la de un hombre, y eso nos encantó a todos. Para empezar, porque la diferencia, ella ya tiene marca. También porque es una voz igualmente válida y muy correcta. Y además es que su directo fue impresionante y de los más afinados. Parecía una versión de estudio. Genial.

La artistaza que se llevó Melendi (Bisbal decía que tenía muchas carencias...) fue Mirela. Los eurofans la conocemos de lejos ya. Intentó representarnos en Eurojunior el mismo año que María Isabel, la del “Antes muerta que sencilla”. También quedó segunda el año del “I love you mi vida”, con su tema “La reina de la noche”. A mí me encanta de siempre y espero que se luzca más que anoche. Tiene un vozarrón y muchas tablas, pero nunca ha sabido escoger muy bien las canciones con las que presentarse. Suerte, guapísima.

Y me dejo para el final a la que más me gustó de todos. Paula Rojo. A ella le doy el honor de tener nombre y apellido que para eso se lo ha cambiado expresamente para su vida artística. Paula es una niñita dulce, carismática y de lo más comercial que, además, ha compuesto un tema precioso para su hermano pequeño y que cantó en directo y a capella dejándonos a todos boquiabiertos. Su arma principal es su dulzura y su voz tan personal como atrayente. Y su ukelele. Alguien capaz de tocar y querer un ukelele lo tiene todo ganado. Y punto.

Por el camino quedaron otros tantos cantantes, algunos con mejor perder que otros, que miraban a los cuatro coaches con la misma cara que mira Angela Merkel a España cuando sube la prima de riesgo. Eché de menos más drama. Que alguno de los concursantes cantara una canción en el casting de alguno de los coaches. Que ninguno fuera muy muy friki. Que no llevase nadie una estampita del Ecce Homo. Que Melendi no se fumara un porro o Bisbal no dijera que alguien era “increíble”. En fin. Destaco también que salvo Paula y Maika, ninguno me llama especialmente la atención. Y que tampoco hay bellezones ni musculitos ni súper asiliconadas. También que Tina, Charo, Borja, Rocío y Yago ya están fuera del concurso. Y no creo que nos perdamos nada de ninguno de ellos. Los que no os podéis perder mis próximas crónicas sois vosotros. Como siempre (y a menos que cambien de día el programa), cada jueves aquí. En el blog oficial del nada oficial Quinto Coach. Gracias, bienvenidos y…

¡FELIZ DÍA VOCAL A TODOS!