Todavía visiblemente emocionado, me despierto a las nueve y media de la mañana para volver a ver aquellas imágenes en mi cabeza. No me hacen falta especiales en televisión. Ni tampoco reportajes gráficos en el periódico del domingo. Mi cabeza me las muestra, de manera fugaz pero penetrante, cada once de septiembre cuando me despierto. Hace justo un año escribí el que para mí ha sido el texto más humano, directo, sencillo y personal en todo el blog: “El primer día del resto de su vida”. En aquel artículo os conté uno de los días más impactantes de mi vida. Os conté la historia oficial sobre el atentado contra las Torres Gemelas. La historia que vieron mis ojos. La que escucharon mis orejas. Y recibí visitas. Miles. Y recibí mensajes. Varias docenas. Hoy toca quitarse ese sentimentalismo –al menos durante treinta y cuatro minutos- y contar la Cara B.
El video que os he publicado es la segunda de las tres partes en las que se divide el documental titulado “Zeitgeist”, que tanto éxito tiene a nivel mundial (124 millones de visitas sólo con el video principal subido en Google). En esta segunda parte titulada “Todo el mundo es un escenario”, de treinta y cuatro minutos, se nos intenta explicar, de manera detallada, rigurosa y veraz lo que ocurrió realmente aquel once de septiembre de 2001. Aquella tarde que, tras un doble atentado terrorista, cambió al mundo. En este documental, sin embargo, los terroristas son otros. Somos otros, me atrevería a decir. Porque yo formo parte de esa gran masa atontada, ciega, sorda y hasta muda –que diría Shakira- que sigue versionando lo que Bush nos hizo creer a todos. Estúpidos. Somos una panda de alelados que nos hemos dejado llevar por el sistema capitalista yanqui y nos hemos olvidado de la verdad. Esperad un momento. Estoy conteniéndome la risa.
El documental “Zeitgeist” (en castellano sería algo así como “El espíritu del tiempo”) es realmente impactante. Muy educativo. Muy de proyecto que realiza un estudiante universitario –incluso de bachiller- pretendiendo que su profesor se quede con la cara de bobo y le ponga una matrícula de honor mientras castiga al resto de los compañeros por haber sido tan idiotas todo este tiempo. Zeitgeist es un documental que parece inspirado en una nueva novela de Dan Brown. Sólo faltan por allí los templarios. Y quizá, Esperanza Aguirre. Pero, cuidado, que aquí hay gato encerrado.
El director del documental, Peter Joseph, parte desde un principio equivocado. Y es el de que lo vamos a creer a él porque sí nos cuenta la verdad mientras que todo el mundo nos miente. ¿Por qué tendríamos que creerle a él y a sus múltiples personitas que declaran en el video? ¿Quiénes son? ¿Qué pretenden? ¿Qué pruebas tienen de lo que dicen? La cantidad de imágenes y cortes de voz están editadas y cortadas para que digan y muestren lo que ellos quieren vender, igual que, según ellos mismos, los medios de comunicación han hecho con nosotros. Con todo el globo. Esto es, definitivamente, el día de todo al revés.
Que no se hayan publicado imágenes sobre esto o aquello no implica que no las haya. Que se haya mentido sobre las armas de destrucción masiva no implica que el resto de información ofrecida sea mentira. Y, por supuesto, tal y como dice Joseph, si no explotaron los aviones en el Pentágono y en aquel bosque… ¿dónde están? Imagino que en la isla de Perdidos. O quizá peor. En el próximo capítulo de El Barco chocarán con uno de estos aviones. Y, naturalmente, para celebrarlo, todos se quitarán la ropa.
Es absolutamente terrible cómo la gente cree a pies juntillas lo que dicen los que van de rebeldes, lo que dicen los que dan la contra. Porque cuando ofreces una supuesta Cara B, tienes un as ganador guardado en la manga. Es así de sencillo. Cuando a la gente le cuesta creer algo, sea por duro, por inverosímil o por el motivo equis, es fácil hacerles creer que todo es mentira. Qué fácil es hacer dudar a la gente sobre una historia que han visto. Y meterles miedo. ¿Dónde está vuestro ojo crítico cuando habéis visto ese documental? Porque se deja por responder todas las cuestiones importantes, y simplemente se basan en que todo el 11-S y el 7-J ha sido un pretexto. ¿También el 11-M? ¿Aznar pactó con Bush una serie de bombas en Atocha?
Que no se hayan publicado imágenes sobre esto o aquello no implica que no las haya. Que se haya mentido sobre las armas de destrucción masiva no implica que el resto de información ofrecida sea mentira. Y, por supuesto, tal y como dice Joseph, si no explotaron los aviones en el Pentágono y en aquel bosque… ¿dónde están? Imagino que en la isla de Perdidos. O quizá peor. En el próximo capítulo de El Barco chocarán con uno de estos aviones. Y, naturalmente, para celebrarlo, todos se quitarán la ropa.
Es absolutamente terrible cómo la gente cree a pies juntillas lo que dicen los que van de rebeldes, lo que dicen los que dan la contra. Porque cuando ofreces una supuesta Cara B, tienes un as ganador guardado en la manga. Es así de sencillo. Cuando a la gente le cuesta creer algo, sea por duro, por inverosímil o por el motivo equis, es fácil hacerles creer que todo es mentira. Qué fácil es hacer dudar a la gente sobre una historia que han visto. Y meterles miedo. ¿Dónde está vuestro ojo crítico cuando habéis visto ese documental? Porque se deja por responder todas las cuestiones importantes, y simplemente se basan en que todo el 11-S y el 7-J ha sido un pretexto. ¿También el 11-M? ¿Aznar pactó con Bush una serie de bombas en Atocha?
Zeitgeist me ofrece la misma credibilidad que cualquier loco que nos cuenta una historia sobre el fin del mundo. Que los típicos señores que nos dicen que en su casa han aparecido las caras de Dios, la Virgen y La Macarena de Los del Río... Porque al fin y al cabo, todos son iguales. Peter Joseph nos da su versión de lo ocurrido como la única verdad posible. Si nos dice que había columnas de acero derretidas, tenemos que creérnoslo. Aunque sólo veamos unas imágenes que pueden estar manipuladas. Que pueden ni ser del World Trade Center. Nos dice que todo es una estafa. Pero a él, naturalmente, lo tenemos que creer. Suena divertido.
“No os creáis a los medios”. “No creáis a Bush ni a su Gobierno”. “Creedme a mí”. Si estas mismas palabras las pronunciase el Papa, todos pensaríamos que está adoctrinando. Pero lo hace un tal Peter Joseph y nos creemos sus teorías conspiratorias. Que si al señor Assange de Wikileaks intentaron llevarlo a prisión… ¿por qué este tipejo sigue vivito y coleando? ¿Por qué la Administración Norteamericana no ha ido contra él? Claro, porque, como muchos me podréis decir, “nadie va a creerse realmente su historia”. Y quizá de inverosímil, surrealista y catastrófica es cierta. Pero quizá no.
Decidme: Si los Reyes son los padres, el Ratoncito Pérez también lo es, Dios es un invento para dar miedo y sacar dinero… ¿Por qué los atentados del 11-S no son también una gran inocentada? ¿De qué esta hecha, realmente, la Coca Cola? ¿Cómo se construyeron las pirámides de Egipto? ¿Qué hay en el fondo del mar? ¿Por qué el Sol se esconde por las noches? ¿Se va de fiesta con Pocholo?
“Muchas noches hemos rezado,
Sin la prueba de que alguien nos pudiera escuchar.
En nuestros corazones, la esperanza por una canción
Que apenas entendíamos.
Ahora no tenemos miedo,
A pesar de que sabemos que hay mucho por temer.
Hemos estado moviendo montañas
Mucho antes que supiéramos que podíamos.
Puede haber milagros
Cuando tengas fe.
Aunque la esperanza sea débil,
Es difícil de matar”.
( "When you belive", BSO. El Príncipe de Egipto ).
¡FELIZ DÍA DEL ODIO A TODOS!
Roberto S. Caudet